Wegener: La primera hipótesis de los procesos tectónicos
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Wegener: La primera hipótesis de los procesos tectónicos
La primera hipótesis de los procesos tectónicos fue la deriva de los continentes. Wegener sostenía que en el pasado hubo un supercontinente llamado Pangea que se fragmentó en los continentes actuales. Aquellos fragmentos se deslizaron lentamente sobre el manto hasta alcanzar su posición actual. Las pruebas que aportó a la hipótesis fueron las siguientes: se percató de que las líneas de la costa este de Sudamérica y de la costa oeste de África encajaban como si hubiesen estado unidas. También observó continuidad en ciertas formaciones geológicas que hoy están en lugares separados por el océano, como cadenas montañosas. Finalmente, descubrió fósiles de las mismas especies de seres vivos en rocas de la misma edad que hoy en día están en continentes separados. La hipótesis de Wegener fue rechazada por dos razones: porque no daba una explicación satisfactoria sobre qué fuerzas movían los continentes y por la imposibilidad demostrada por los geólogos de la época de que las masas de rocas continentales flotaran sobre las rocas del fondo oceánico.
El estudio de la geosfera
El estudio de la geosfera puede llevarse a cabo de manera directa, mediante la obtención directa de materiales, o de manera indirecta, basándose en estudiar las propiedades físicas terrestres o la variación de dichas propiedades. Métodos de estudio directo: exploración superficial, estudio del relieve y los afloramientos superficiales; los sondeos y minas, son perforaciones directas de la geosfera que permiten conseguir muestras de rocas situadas en la profundidad; estudio de material volcánico, el análisis petrológico de lavas y material procedente del interior de la Tierra ofrece información sobre la composición química de determinadas regiones del interior terrestre; fotografía aérea y de satélites, dada la gran dimensión de algunas estructuras terrestres, su estudio requiere la observación desde el aire o el espacio gracias al desarrollo tecnológico; radar y sonar, instrumentos que emiten ondas que pueden atravesar el agua y viajan a una velocidad conocida, estas rebotan con la geosfera y llegan al punto de origen, esto permite realizar mapas de los fondos marinos.
Métodos de estudio indirecto
Métodos de estudio indirecto: estudio de meteoritos, su composición es similar a los materiales que formaron nuestro planeta, ya que son fragmentos primigenios que no llegaron a reunirse en la formación de nuestro sistema solar; método gravimétrico, donde se comparan los valores teóricos con los valores reales medidos con un gravímetro en un punto de la superficie. Si hay diferencias, estas se deben a las variaciones de densidad de los materiales. Anomalías positivas, valores superiores a los teóricos, y anomalías negativas, valores inferiores a los teóricos; método magnético, se basa en el estudio del campo magnético terrestre. La propia existencia de dicho campo implica la presencia en el interior de la Tierra de un núcleo interno sólido rodeado del núcleo externo fluido que hace que esta capa funcione como una gigantesca dinamo, responsable del campo magnético del planeta; método sísmico, se basan en el estudio de las vibraciones (ondas) producidas por los terremotos. Dichas vibraciones se llaman ondas sísmicas y se propagan por el interior y por la superficie del planeta como un movimiento ondulatorio. Su estudio mediante sismógrafos proporciona información sobre las capas que han atravesado. Tipos de ondas sísmicas: ondas P o primarias. Son las ondas más rápidas, las primeras en ser recibidas por los sismógrafos. Las partículas vibran en la misma dirección que la de propagación de las ondas sísmicas. Se transmiten a través de los medios sólidos y líquidos. Ondas S o secundarias. Son más lentas que las ondas P. Las partículas vibran en dirección perpendicular a la de propagación de las ondas. Sólo se transmiten a través de los medios sólidos. Ondas L y R. Aparecen cuando las ondas P y S llegan a la superficie terrestre. Son las más lentas, las últimas en ser registradas por los sismógrafos. Son las ondas más destructivas, ya que tienen mayor longitud de onda. Como son superficiales, no aportan información sobre el terremoto.
La corteza continental y la corteza oceánica
La corteza continental forma los continentes y sus plataformas continentales sumergidas. Su espesor varía entre los 30 y los 40 km, y está compuesta por una gran variedad de rocas, sobre todo granito, rocas metamórficas y rocas sedimentarias. La corteza oceánica forma el resto de las zonas cubiertas por los océanos. Su espesor varía entre los 5 y los 15 km, y su composición, bastante uniforme, es de rocas más densas que la corteza continental, como los basaltos o los gabros.