La Vida y Cultura de los Mayas: Tradiciones, Alimentación y Estructura Social

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La Vida y Cultura de los Mayas

Las crónicas mayas establecen claramente que los putunes conservaron su poder sobre la región de constantes, herencia de las luchas sin tregua entre los xiu y los cocomes.

Usando su pasta (nixtamal, palabra azteca para una masa de maíz hecha con cal), cocinaban elaborar una bebida (chocolate o xocolatl en náhuatl) preparada con agua, pues no había ganado. No acostumbraban beber agua sola; el agua se mezclaba con derivados (bebida alcohólica fermentada) usado en las ceremonias, que se elaboraba con la corteza del árbol. De las bebidas del maíz encontramos el origen del pozole, el atole y el pinole.

Los productos muy consumidos eran:

  • La chaya (planta similar a la ortiga que es muy rica en vitaminas)
  • El armadillo
  • El manatí
  • El conejo
  • El malixpec (xoloitzcuintle entre los aztecas)
  • El tapir
  • El jabalí
  • El mono
  • La tuza
  • La tuza real
  • El cereque
  • El faisán
  • Las palomas
  • El pavo de monte
  • El guajolote o pavo doméstico
  • La perdiz
  • La codorniz
  • La chachalaca
  • La gallinola
  • La gallina de monte
  • La iguana
  • El pez normal o salado
  • El ostión
  • Y otras aves y mamíferos que les proporcionaron su carne.

Las casas unifamiliares donde vivían los padres y los hijos adoptaban a miembros viejos, habitadas por personas de lazos sanguíneos comunes de elevada posición social. Estaban formadas por tres estructuras principales separadas: dormitorios, la cocina y la bodega. Podían construir otras estructuras separadas (talleres, baños saunas) (Ejemplo: Joya de Cerén). Dormían en algodón (las hamacas fueron una adaptación de las redes de pesca, invento de los indígenas caribes). Este tipo de habitaciones tenía poca ventilación y luz porque carecían de ventanas.

Es necesario considerar y advertir que la gente común vivía en las denominadas palapas alrededor de las ciudades. Los materiales que usaban eran renovables, como la palma chit y el guano (para los techos). Parte de la población estaba dedicada a las jornadas agrícolas, por ello usaron ropa adecuada. La gente vestía sencillamente: las mujeres con el huipil o hipil, o una falda y su manto; atuendos bordados con plumas y gemas, calzaban sandalias de cuero y lucían grandes tocados de plumas, además de collares, pectorales y pesados cinturones con incrustaciones de nácar. Llevaban largas chaquetas (generalmente de piel de jaguar o algodón), adornos de conchas, caracoles y diseños, brazaletes y anillos de jade, cuarzo y oro, y se perforaba la barbilla, bajo el labio inferior. Los accesorios incluían sombreros, turbantes, penachos, diademas y gorros cónicos.

Las armas, escudos y cotas o chalecos protectores también eran profusamente y bellamente adornados. Para el color rojo, se obtenía de la Grana Cochinilla (insecto parásito que ataca al nopal, del que hay varias especies importantes para la economía familiar, pues elaboraban piezas de cerámica, diseñaban piezas en barro o esculpidas o talladas a modo de escultura, y tejían el algodón para confeccionar vestidos).

En el posclásico, las mujeres no participaban en el autosacrificio, pero en el clásico sí, al menos las de la élite. La mujer maya fue casi la principal en el hogar, en cuanto a los tipos de trabajo que realizaba en su comunidad. No solo el hombre era responsable del hogar, como en otras culturas. La estatura media es de 154.61 cm y 142.65 cm, el peso de 52.86 kg y 50 kg, y el índice cefálico medio es de 85.8 y 86.8 para hombres y mujeres, con un menor índice cefálico.

De acuerdo con las evidencias arqueológicas (estudio de los monumentos y artes de la antigüedad) y etnográficas (estudio, descripción y clasificación de razas o pueblos), se deduce que los mayas tienen la cabeza ancha (braquicéfalos), nariz aguileña, el pelo negro y lacio, los pómulos salientes, la frente amplia (ancha y plana) y los ojos almendrados (con un pronunciado y notable pliegue en los párpados que les da un toque marcadamente oriental) de color oscuro.

Las características de estos grupos eran modificadas por influencias mágicas y/o rituales, ya que modificaban la posición de los ojos para obtener una vista estrábica, causada (según el fray Diego de Landa) con cuentas de cera que los padres ponían enfrente de los ojos de sus hijos.

Desde nacidos y hasta los dos años, los cráneos no están sólidos y son moldeables (había dos variantes de deformación que tenían fines mágico-espirituales). Estas eran la pintura corporal (como los tatuajes en pecho, brazos y piernas), la excoriación o escarificación (técnica que consiste en causar cicatrices con fines decorativos), el limado y perforación de los dientes para colocar "piedras semipreciosas" (pedacitos de jade, obsidiana o pirita) y adornos como orejeras (especie de aretes), pectorales y bezotes.

La vida en los grandes centros urbanos del prehispánico debía ser tan compleja como lo es en las modernas. La imagen del hombre maya como primitivo agricultor pacífico practicando ritos religiosos es un estereotipo erróneo. La sociedad maya estaba organizada sobre la base de una marcada estratificación social, a la cabeza del grupo privilegiado que monopolizaba el poder y la autoridad al ostentar los puestos políticos y religiosos. Sus emblemas eran el escudo redondo y el cetro en forma de figura antropomorfa.

El Halach Uinik era, al mismo tiempo, el Batab o jefe local de la ciudad en la que vivía, y tenía bajo su mando al resto de los bataboob o jefes locales de las poblaciones que conformaban la provincia. Como jefe supremo, recibía tributo, convocaba a los guerreros y formulaba la política. En la guerra, cada Batab comandaba a sus soldados, pero existía un comandante militar supremo llamado Nacom, que desempeñaba el cargo durante tres años y respondía directamente ante el Halach.

El grupo de los sacerdotes, llamados genéricamente ahkincob (singular: Ahkin), tenía la misma categoría. Se encargaban de los cálculos cronológicos, la escritura jeroglífica, la educación religiosa y la administración. Llevaban a cabo los sacrificios rituales y abrían el pecho de la víctima para sacarle el corazón, tarea que recaía en el Nacom, que no debe confundirse con el jefe militar, a quien también se le llamaba así.

Los asistentes, llamados Chacoob, quienes, además de sostener a la víctima, tenían otras funciones, como la de encender el fuego nuevo en el mes de Pop, ayunar y untar de sangre a los ídolos. En esta tierra de Acalán, se usaba hacer señor al más caudaloso mercader, y así tenía gran trato de algodón, cacao, esclavos, sal, oro (aunque poco y mezclado con cobre), y otras mercancías como caracoles colorados, para atavíos de las personas, resinas y sahumerio para los templos, y tea para alumbrarse, colores y tintas para pintarse en las guerras y fiestas, y para teñirse.

Por su condición de nobles, los mercaderes fueron aliados poderosos de los jefes militares, ya que, en general, toda la tierra era propiedad comunal y pertenecía a los pueblos. Los nobles tenían mayor acceso al producto de la tierra (los frutales, las plantaciones de cacao y las salinas), no de tributos, consistentes generalmente en productos de la caza y la pesca, cultivos de la milpa.

De este complejo estrato que era la nobleza, estaba el pueblo, la gente común llamada Yalba. La "gente común" era la más numerosa y comprendía a los campesinos, pescadores, leñadores, aguadores, cargadores, labradores y escultores de las piedras que conformarían los grandes edificios, el que construía las calzadas y los templos, el que decoraba sus fachadas con pinturas y mosaicos.

Debajo del pueblo se encontraba el último peldaño en la escala social: los esclavos (ppentoc, masculino). Durante el período Clásico (290 al 909 d.C.), los gobernantes supremos recibían el título de Kinich (Rostro). En el Clásico terminal (800 al 1000 d.C.) y posclásico temprano (909 al 1451 d.C.) hubo otra forma de gobierno, no solo gobernante, sino que el gobierno se ejecutaba por medio de varias personas a la vez, quienes se dividían en Batabiloob (Batabil en singular), que estaban regidas por funcionarios de alto rango. La unidad organizativa residía en un pueblo y estaba dividido en familias extensas.

Se reunían en un consejo para solucionar los asuntos de gobierno y, según parece, el Batab también defendía los intereses de las familias: ah k ulo ub (ah k ul en singular) y los representantes nombrados por el Batab: ah kuch cabo ob (ah kuch kob en singular).

Los sacerdotes regulares se llamaban: ah kin, los sacrificadores: ah nakom, los que profetizaban: chilan, otros sacerdotes de menor grado: chakoob. En el Yucatán moderno, la agricultura es una actividad central en la vida de los mayas. Se ha especulado mucho sobre las técnicas agrícolas que utilizaban con más frecuencia en la época prehispánica: las huertas domésticas, los camellones o campos levantados, la arboricultura, la caza y la pesca.

Es importante recordar que fue principalmente la selva tropical el tipo de ecosistema en el que variaban mucho, y es posible que las diferencias en clima, suelo y vegetación determinaran la explotación. Se adaptaban a la cantidad y calidad de la tierra disponible, al tipo de cultivos y a diversos factores.

El comercio fue indispensable para la economía, ya que en el área geográfica maya proveía grandes recursos. Los comerciantes adquirían gran prestigio y fama entre la nobleza maya y, en algunas ocasiones, eran reclutados. Existían monedas para el comercio, aunque solo el trueque y, en ocasiones, se utilizó. Aunque no había un valor exacto, un conejo valía 10 semillas.

Durante un breve periodo del dominio español, el 17 de junio de 1555, por orden del rey español, se estableció un Real español a 140 semillas de cacao. En 1575, bastaban 100 semillas de cacao para un conejo. Los gobernantes supremos (ahau) otorgaban tierras a sus súbditos, según su rango social y división del trabajo. Se otorgaban parcelas de terreno cultivable por una familia para su subsistencia, para pagar tributo y para comercio en una extensión que llenara la capacidad de producción.

Era un sistema comunal, ya que la tierra pertenecía al ahau, que la podía retirar en cualquier momento. Sus embarcaciones más tempranas tenían como base el remo y carecían de la vela. Con la barrera coralífera, ayudándose de faros que les indicaban las distancias y peligros, así como adaptadas para navegar en agua dulce, después se fueron adaptando al mar, gracias a la gran diversidad y complejidad entre las extensas redes de carreteras y caminos.

Se construían caminos con arena calcárea con el fin de que la maleza no obstruyera la vialidad, y por último, se cubrían. A pesar de que conocieron la rueda, solo la utilizaron en la elaboración de juguetes artesanales. No son las ruedas en sí, sino...

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