Velázquez y David: Dos Visiones del Arte en 'La Rendición de Breda' y 'El Juramento de los Horacios'
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Griego
Escrito el en español con un tamaño de 3,19 KB
Estilo Barroco: *La Rendición de Breda*
*La Rendición de Breda* (popularmente conocida como *Las Lanzas*)
- Autor: Diego Velázquez
- Técnica: Óleo sobre lienzo
- Cronología: 1634-35
Realizada para el Palacio del Buen Retiro, cuyos salones fueron decorados con obras que conmemoran victorias y que reflejan el poder de la monarquía, *La Rendición de Breda* es una de las obras más famosas del autor. Narra el momento de la rendición, en 1625, de la ciudad holandesa de Breda. Es un tema histórico representado en una composición de grandes dimensiones en la que se pueden apreciar dos partes: en un lado los vencidos y en el otro los vencedores. El ritmo vertical de las lanzas resalta la superioridad de los vencedores. Casi en el centro está la llave que simboliza la entrega y justifica la cordial acogida con que el vencedor la recibe y parece consolar al vencido, acto que indica que Velázquez no se recreaba en la victoria, pues no hay generales triunfantes ni ejércitos humillados.
Es muy importante el paisaje, que además de dar profundidad a la obra, nos presenta un fondo humeante que nos habla de destrucción, guerra y muerte. Esta profundidad también se aprecia en el primer plano, con figuras de espaldas o el escorzo del caballo.
Estilo Neoclásico: *El Juramento de los Horacios*
*El Juramento de los Horacios*
- Autor: Jacques-Louis David
- Fecha: 1784
- Técnica: Óleo sobre lienzo
- Dimensiones: 3,30 x 4,27 m
- Ubicación: Museo del Louvre, París
*El Juramento de los Horacios* puede considerarse como una obra programática del Neoclasicismo. Recibió la aclamación del público no solo por sus valores formales, sino también por la intencionalidad política que veía en ella la Francia prerrevolucionaria. En ella, David intentaba revivir y celebrar las virtudes austeras de la Roma primitiva como tributo al pasado e inspiración para el futuro, destacando la importancia del sacrificio personal a la causa común.
Se trata de un tema histórico (el juramento de los tres Horacios por el que se comprometen a luchar hasta la muerte por Roma) en el que se expresa la virtud cívica y el sacrificio, y que se interpreta en el momento como la necesidad de lucha por la libertad y la virtud, como el sacrificio de los ciudadanos por la patria.
La composición rectangular, con un sobrio fondo arquitectónico que actúa como marco, presenta una teatralidad acentuada por la dramática tensión de los gestos heroicos de los personajes. Las principales figuras ocupan el primer plano y cada arco del pórtico dórico enmarca a un grupo: los tres Horacios que extienden las manos, su anciano padre que levanta las espadas y las mujeres llorando. Destacan la perfección del dibujo y del modelado, acompañados por una luz oblicua que contribuye a resaltar las figuras sombrías. Es importante la nobleza de las actitudes, la exactitud anatómica y la primacía del dibujo.