Valoración del Trabajo y la Técnica a Través de la Historia

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Introducción

El trabajo, mediante la técnica, produce herramientas, obras y bienes duraderos. A diferencia de la actividad animal para satisfacer necesidades, el trabajo humano transforma tanto al hombre como a la naturaleza. El trabajo ha existido desde el origen del hombre, aunque su forma y valoración han variado a lo largo de la historia.

Consideraciones Históricas del Trabajo

El Mundo Griego

En la antigua Grecia, el trabajo físico y manual no se valoraba. Se consideraba una actividad indigna, reservada para esclavos y mujeres. Las élites se dedicaban a actividades intelectuales, consideradas "más propiamente humanas". Aristóteles, en su obra "Política", refleja esta visión:

"La vida es acción, no producción, y por ello el esclavo es un subordinado para la acción (...) Tanto los esclavos como los animales domésticos suministran lo necesario para el cuerpo (...) Los ciudadanos no deben llevar una vida de obrero ni de mercader (porque tal genero de vida carece de nobleza y es contrario a la virtud) ni tampoco deben ser labradores los que han de ser ciudadanos (porque tanto para que se origine la virtud como para las actividades políticas es indispensable el ocio)".

La Edad Media

Con la llegada del cristianismo, el trabajo se consideró un castigo divino, como se menciona en el Génesis: "comerás el pan con el sudor de tu frente". Esta visión persistió durante toda la Edad Media en muchas sociedades.

La Edad Moderna

Tras el Renacimiento, la valoración del trabajo comenzó a cambiar, especialmente en zonas de Europa donde el protestantismo y el calvinismo se habían afianzado. El trabajo se percibió como una bendición divina y la riqueza obtenida a través de él dejó de considerarse negativa. Este cambio de perspectiva sentó las bases para el surgimiento de la burguesía y el capitalismo inicial.

Reflexiones Filosóficas sobre el Trabajo

Desde la Edad Moderna, diversos autores han reflexionado sobre el trabajo:

John Locke (1632-1704)

  1. Afirmó que el trabajo confiere valor a las cosas, ya que se vuelven más valiosas cuanto más elaboradas están.
  2. Justificó el derecho a la propiedad argumentando que el dueño legítimo de algo es quien ha invertido su trabajo en ello.

Jean Jacques Rousseau (1712-1778)

Sostenía que el trabajo era "antinatural" porque, en el estado de naturaleza, el hombre viviría libre y perezoso. El trabajo sería un producto de la civilización, un fenómeno cultural, no natural.

Inmanuel Kant (1724-1804)

Coincidía con Rousseau en que el trabajo surge con el paso del estado de naturaleza a la cultura, pero le atribuía un papel mediador en este proceso. El trabajo también mediaría en la realización de la libertad humana, haciéndonos conscientes de la realidad material y sus leyes. Kant consideraba el trabajo un modo de educación único, como expresa en su obra "Sobre Pedagogía": "es de la mayor importancia que los niños aprendan a trabajar. El hombre es el único animal que tiene que trabajar". A través del trabajo, el hombre alcanzaría su autoestima.

G. W. F. Hegel (1770-1831)

Destacó que, además de la autoestima, el hombre necesita el reconocimiento de los demás a través de su trabajo. El trabajo sería el "lugar de encuentro" de los seres humanos, mediados por la naturaleza. Sin embargo, este encuentro no se daría entre iguales, sino entre "señores" y "siervos". Hegel planteó una dialéctica entre amo y esclavo, donde ambos se necesitan: el señor depende del siervo y el siervo toma conciencia de esta dependencia, lo que le lleva a reconocer su propia libertad.

Karl Marx (1818-1883)

Pensador económico surgido tras la Revolución Industrial, Marx se inspiró en la dialéctica hegeliana del amo y el esclavo para desarrollar su concepto de "alienación". Tanto Hegel como Marx y Engels consideraban el trabajo como la esencia del hombre. Sin embargo, en el sistema capitalista, el trabajador se encuentra alienado de su propia esencia. Según Marx, la sociedad capitalista se divide en dos clases: los explotadores (burguesía) y los explotados (proletariado). Esta relación dialéctica provoca la alienación de ambas clases: el burgués se aliena porque sus ganancias provienen del trabajo ajeno, y el proletario se aliena porque su trabajo está en manos del burgués, dueño de los medios de producción. Para Marx, la solución a la alienación reside en la abolición de la propiedad privada y la instauración de un sistema de propiedad común (comunismo), donde la ausencia de clases eliminaría la deshumanización y cada individuo recuperaría su esencia, siendo dueño de su trabajo y su fruto.

Friedrich Nietzsche (1844-1900)

Con un espíritu crítico hacia la sociedad y la filosofía occidental, Nietzsche anticipó la "glorificación del trabajo" en el mundo post-industrial. Observó que la realidad social se estaba volviendo excesivamente productiva, generando una fiebre de laboriosidad desmedida.

Conclusión

La valoración del trabajo y la técnica ha experimentado profundas transformaciones a lo largo de la historia. Desde su desvalorización en la antigua Grecia hasta su centralidad en el pensamiento moderno y contemporáneo, el trabajo ha sido objeto de reflexión filosófica y debate social. Las ideas de autores como Locke, Rousseau, Kant, Hegel, Marx y Nietzsche han contribuido a comprender la complejidad del trabajo y su impacto en la vida humana, la sociedad y la cultura.

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