Utilitarismo: Principios, Críticas y Comparaciones
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El Utilitarismo como Concepción Moral
El utilitarismo se define como una concepción moral que equipara lo bueno con lo útil. En consecuencia, el principio de utilidad se convierte en el pilar fundamental para evaluar la moralidad de las acciones.
El utilitarismo es un marco teórico que busca la maximización cuantitativa de las consecuencias positivas para una población. La moralidad de una acción o ley se determina por su utilidad para la humanidad. El término "utilidad" implica la maximización de las consecuencias positivas, que generalmente se traducen en felicidad o satisfacción de las preferencias.
En resumen, el utilitarismo se puede resumir como "el máximo bienestar para el máximo número de personas". Recomienda emplear métodos que generen mayor felicidad o la incrementen en el mundo.
Relación entre Felicidad y Virtud
Partiendo de las Consecuencias
Cualquier fin que perseguimos está vinculado a la felicidad. La virtud y la felicidad comparten un punto en común: ser virtuosos nos produce placer, mientras que ser conscientes de no serlo nos provoca dolor o insatisfacción. Por lo tanto, la felicidad y la virtud coinciden en sus componentes básicos (placer y dolor).
- Felicidad: Obtención de placer o eliminación del dolor (individual y/o colectivamente).
- Virtud: Cumplir con las normas o reglas por sí mismas.
Conclusión
No se puede criticar al utilitarismo por no ser deontológico y ser únicamente consecuencialista, ya que también reconoce que cumplir con el deber proporciona satisfacción, una sensación agradable de placer o bienestar emocional.
- Desear desinteresadamente: No egoístamente. Se refiere a la virtud o moral autónoma (en sentido kantiano), no consecuencialista (deontológica).
- Hecho psicológico: Sensación de satisfacción, de bienestar psicológico al cumplir con el deber.
Sentimientos Morales: Adquiridos vs. Innatos
Otra Perspectiva
Los sentimientos morales no son innatos, sino que se adquieren a través de la experiencia. La práctica los convierte en algo natural, similar a otras habilidades que los humanos hemos desarrollado mediante la práctica. Es la capacidad de adquisición y aprendizaje moral la que es natural y espontánea.
- Naturales: Propio de la naturaleza humana, innato, no adquirido por la experiencia.
- Trascendental: Que posibilita la adquisición (en sentido kantiano). En cierto sentido, se puede decir que es "innato" (pero no en el sentido racionalista).
Comparación entre la Moral Utilitarista e Intuicionista
No es Necesario
No es necesaria una comparación entre la moral utilitarista y la intuicionista, "innata" o "trascendental". La moral utilitarista coincidiría con la intuicionista o innata en la capacidad de calcular la cantidad de dolor y placer de los demás. En este aspecto, la moral trascendental no es superior a la moral utilitarista.
- Implantado: Adquirido, no innato.
- Intuicionista: Moral que no se adquiere por experiencia.
Sanción Social y Moralidad
Consecuencias de No Actuar en Interés de los Demás
Quien no actúa según los intereses y sentimientos de los demás, es objeto de sanción social. No se puede excusar tras el argumento de la privacidad, ya que causa perjuicios a la colectividad.
- Moralidad privada: Comportamiento o actitud que solo afecta a la esfera privada; espacio libre de la injerencia pública.
- Ámbito de la libertad: Reprobación o crítica pública (sea de los poderes o mayorías sociales) a un comportamiento dado.
Daño Autoinfligido y Afectación a los Demás
Admisión del Daño
El daño que nos autoinfligimos también puede afectar a los demás. En este caso, esta acción trasciende el ámbito privado y, por lo tanto, la sociedad o el Estado deben intervenir.
- Moralidad privada: Comportamiento que solo afecta a la esfera particular o individual; espacio libre de la injerencia pública.
- Desaprobación moral: Reprobación o crítica pública (sea de los poderes o mayorías sociales) a un comportamiento individual dado.
Comparación entre la Moral Emotivista de Hume y el Utilitarismo de Mill
Similitudes y Diferencias
La teoría moral emotivista de Hume debe ponerse en relación con el utilitarismo de Mill. Ambos, Hume y Mill, son profundamente indeterministas y creen en la libertad humana para elegir. Sin embargo, existe una diferencia fundamental.
Mientras que para Hume todas las acciones morales tienen el mismo valor (no hay un criterio para determinar si una acción es más o menos moral que otra), para el utilitarismo sí existe un criterio para valorar las diferentes posturas morales. Los utilitaristas defienden que la moral se rige por el criterio del máximo bien para el máximo número. Es decir, un sentimiento moral que beneficie a más personas durante más tiempo tendrá un valor moral superior. Por ejemplo, es mejor ayudar a un hospital con donaciones voluntarias que dedicar el dinero exclusivamente a pequeños placeres.
Esto no significa que los pequeños placeres personales sean malos, sino que no son tan buenos porque no aumentan la felicidad de tanta gente como se podría hacer en el otro caso. La ética de Mill es consecuencialista: un acto es mejor cuanto mejores consecuencias tiene. Por eso, el utilitarismo no podría entenderse sin el compromiso del individuo para hacer el mayor bien y, en consecuencia, sin voluntad ni libertad. Precisamente, nada de esto conforma la moral de Hume, que es puramente subjetivista.
Separación entre lo Público y lo Privado en John Stuart Mill
El Ámbito de la Libertad Individual
John Stuart Mill establece una clara distinción entre la esfera donde la colectividad puede intervenir y el ámbito privado, donde nadie debería ejercer coacción social, ya sea institucional o espontáneamente. JSM busca asegurar un espacio propio para el desarrollo individual, entendiendo que este uso de la libertad personal no perjudica a los demás.
Según JSM, este espacio (la libertad individual) es una de las características más genuinas de las sociedades civilizadas modernas: es su signo de distinción. No hay progreso social real si no existe un espacio para la peculiaridad individual. El derecho a la diferencia debe ser inherente a la democracia, ya que, según JSM, las democracias basadas en el poder de las mayorías corren el riesgo permanente de dañar (suprimir) la libertad individual, ya sea de forma más o menos evidente o sutil, mediante los poderosos mecanismos de la opinión pública.