El Ello es el único componente de la personalidad que está presente desde el nacimiento. Este aspecto de la personalidad es completamente inconsciente e incluye los comportamientos instintivos y primitivos. Según Freud, el Ello es la fuente de toda l

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La mente consciente

Incluye todo aquello de lo que somos conscientes. Este es el aspecto de nuestro proceso mental que nos permite pensar y hablar de forma racional. A parte de esto, incluye nuestra memoria, que no siempre es parte de la conciencia, pero se puede recuperar fácilmente en cualquier momento y se pone en nuestro conocimiento. Freud llamó a esto el preconsciente.

La mente preconsciente

Es la parte de la mente que representa la memoria ordinaria. Si bien no somos conscientes de esta información en cualquier momento dado, podemos recuperarla y tirar de ella en la conciencia cuando sea necesario.

La mente inconsciente

Es donde guardamos nuestros sentimientos, pensamientos, impulsos y los recuerdos que se encuentran fuera de nuestro conocimiento consciente. La mayor parte de los contenidos del inconsciente, según Freud, son inaceptables o desagradables, como los sentimientos de dolor, ansiedad o conflicto. Para él, el inconsciente puede influir en nuestra conducta y experiencia, a pesar de que no somos conscientes de estas influencias subyacentes.

El Ello

  • El Ello es el único componente de la personalidad que está presente desde el nacimiento.

  • Este aspecto de la personalidad es completamente inconsciente e incluye los comportamientos instintivos y primitivos.

  • Según Freud, el Ello es la fuente de toda la energía psíquica, por lo que es el componente principal de la personalidad.

El ello es impulsado por el principio del placer, que se esfuerza por lograr la satisfacción inmediata de todos los deseos y necesidades. Si estas necesidades no se satisfacen inmediatamente, el resultado es un estado de ansiedad o tensión.

El Ello es muy importante desde los momentos más tempranos de la vida, ya que asegura que se satisfagan las necesidades de un bebé. Si el bebé tiene hambre o se siente incómodo, él o ella van a llorar hasta que las demandas del Ello sean satisfechos. Sin embargo, cumplir inmediatamente estas necesidades no siempre es realista ni posible. Este tipo de comportamiento sería tanto perjudicial como socialmente inaceptable.

Según Freud, el Ello intenta resolver la tensión creada por el principio del placer a través del proceso primario, que consiste en la formación de una imagen mental del objeto deseado como una manera de satisfacer la necesidad.

El Yo

  • El Yo es el componente de la personalidad que se encarga de tratar con la realidad.

  • El Yo se desarrolla a partir del Ello y asegura que los impulsos del Ello puedan expresarse de una manera aceptable en el mundo real.

  • Las funciones del Yo son utilizadas en el consciente, el preconsciente y el inconsciente de la mente.

El Yo funciona basándose en el principio de la realidad, que se esfuerza por satisfacer los deseos del Ello de forma realista y socialmente adecuada. El principio de realidad sopesa los costos y beneficios de una acción antes de decidirse a actuar sobre los impulsos o abandonar. En muchos casos, los impulsos del Ello pueden ser satisfechos a través de un proceso de retraso de la gratificación. El Yo finalmente permitirá el comportamiento que busca el Ello, pero sólo en el lugar y momento adecuado.

El Yo también descarga la tensión creada por los impulsos no satisfechos a través de un proceso secundario, en el que el Yo trata de encontrar un objeto en el mundo real que coincida con la imagen mental creada por el proceso primario del Ello.

El Superyó

  • El Superyó es el aspecto de la personalidad que contiene todos nuestros estándares morales interiorizados e ideales que adquirimos de ambos padres y de la sociedad; nuestro sentido del bien y el mal.

  • El Superyó nos proporciona directrices para hacer juicios.

  • El Superyó comienza a surgir en torno a los cinco años.

Existen dos partes fundamentales del Superyó:

  1. El ideal del Yo, que incluye las reglas y normas para el buen comportamiento. Incluyen aquellos que son aprobados por las figuras de autoridad de los padres y otros. Aquí se encuentran los sentimientos de orgullo, valor y logro.

  2. La conciencia, que incluye información acerca de las cosas que son consideradas por los padres y la sociedad. Se trata de comportamientos que a menudo están prohibidos y dan lugar a malas consecuencias, castigos o sentimientos de culpa y remordimientos.

El Superyó actúa para perfeccionar y civilizar nuestro comportamiento. Trabaja para suprimir todos los impulsos inaceptables del Ello y se esfuerza por hacer que los actos de Yo se encuadren en las normas sociales, más que en principios realistas. El Superyó está presente en el consciente, preconsciente e inconsciente.

La interacción entre el Ello, el Yo y el Superyó

Con tantas fuerzas en competencia, es fácil ver cómo podría surgir un conflicto entre el Ello, el Yo y el Superyó. Freud utilizó el término fuerza del ego para referirse a la capacidad del ego para funcionar a pesar de estas fuerzas en duelo. Una persona con buena fuerza del Yo es capaz de gestionar eficazmente estas presiones, mientras que aquellos con muy poca fuerza del Yo, pueden llegar a ser demasiado inflexibles o antisociales. Según Freud, la clave de una personalidad sana es un equilibrio entre el Ello, el Yo y el Superyó.


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