Trastornos de la Personalidad: Diagnóstico, Tratamiento y Características por Clústeres
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Introducción
Las personas con personalidad obsesivo-compulsiva suelen sentirse incómodas en situaciones que están fuera de su control y, como consecuencia, tienen dificultad para mantener relaciones interpersonales positivas y sanas.
Tratamiento de los Trastornos de la Personalidad
El tratamiento específico de cada trastorno de la personalidad será determinado por su médico basándose en lo siguiente:
- Su edad, su estado general de salud y su historia médica.
- El tipo y severidad de los síntomas.
- Qué tan avanzada está la enfermedad.
- Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
- Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
- Su opinión o preferencia.
Los trastornos de la personalidad suelen ser difíciles de tratar y pueden requerir atención a largo plazo para modificar los patrones de comportamiento y de pensamiento inadecuados. El tratamiento puede incluir:
- Medicamentos: Aunque su eficacia puede ser limitada y existe el riesgo de abuso.
- Tratamiento psicológico: Incluyendo la participación de la familia.
Bienestar y Estilo de Vida
1. Criterios Diagnósticos Generales de los Trastornos de la Personalidad. Distinguir los Elementos Centrales del Diagnóstico para cada uno de los Clústeres
a) Criterios diagnósticos generales de los trastornos de la personalidad (T.P.)
En el DSM-IV, se definen los trastornos de la personalidad como comportamientos o rasgos que son característicos del funcionamiento reciente y a largo plazo de la persona (generalmente desde que es adolescente o adulto joven).
Los rasgos de carácter deben causar un deterioro significativo en el funcionamiento social o laboral, o aflicción subjetiva. Es importante destacar que estos comportamientos o rasgos no están limitados a un episodio de enfermedad, sino que representan un funcionamiento a largo plazo.
Las características de estos pacientes los llevan a tener problemas en el trato con otras personas, así como dificultades en otros aspectos de la vida. Estos individuos tienden a ser solitarios, aislados, ansiosos o dependientes. También tienden a desarrollar dificultades interpersonales y experimentar infelicidad.
Lo que une a todos estos pacientes, a pesar de sus diferencias de carácter, es la forma en que el desorden causa problemas penetrantes en su ajuste social y ocupacional.
Muchos pacientes con desorden de personalidad tienden a no darse cuenta de sus rasgos maladaptativos o a no aproblemarse por ellos (egosintonía). Otros reconocen su problema de personalidad, pero no pueden hacer nada al respecto.
En resumen:
- Rasgos disfuncionales que son globales (perturban en todos los ámbitos).
- Estables a lo largo del tiempo, se consolidan al final de la adolescencia.
- Dificultad para reconocer su propio problema (poco insight).
- Rasgos son egosintónicos (se sienten bien como son).
- No son psicóticos (pero puede haber episodio psicótico leve).
- Trastorno emocional del terapeuta (gatillan sentimientos importantes en el otro).
B) Distinguir los elementos centrales del diagnóstico para cada uno de los clústeres:
El DSM-IV divide los 10 desórdenes de personalidad en tres clústeres, cada uno caracterizado por desórdenes que fenomenológicamente son similares o cuyos criterios se sobreponen.
- Clúster A, trastornos excéntricos: T.P. esquizoide, esquizotípico y paranoide. Estos trastornos se caracterizan por un patrón penetrante de cognición (por ej. sospecha), expresión (por ej. lenguaje extraño) y relación con otros (por ej. aislamiento) anormales.
- Clúster B, trastornos dramáticos: T.P. antisocial, limítrofe, histriónico y narcisista. Estos trastornos se caracterizan por un patrón penetrante de violación de las normas sociales (por ej. comportamiento criminal), comportamiento impulsivo, emotividad excesiva y grandiosidad.
- Clúster C, trastornos ansiosos: T.P. evitativo, dependiente y obsesivo-compulsivo. Estos trastornos se caracterizan por un patrón penetrante de temores anormales, incluyendo relaciones sociales, separación y necesidad de control.
Los pacientes de los clústeres A y C, a diferencia de los del clúster B, tienden a tener trastornos que están dirigidos hacia el interior.