Transformaciones Socioeconómicas en la Baja Edad Media: Del Auge a la Crisis del Siglo XIV
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 10,13 KB
El Fin del Crecimiento y el Inicio de la Crisis
A finales del siglo XIII, la sociedad occidental experimentó el fin de un largo período de crecimiento, dando paso a una era de crisis y transformaciones. Hambrunas, epidemias y guerras marcaron este período, impactando fuertemente en la población. Los efectos de la crisis se concentraron en las actividades económicas y la estructura social, alterando el sistema feudal.
Malas cosechas, escasez de alimentos y desorden de precios y salarios afectaron tanto al mundo rural como al urbano. La ruptura del equilibrio entre producción y consumo, junto al descontrol de los precios del grano, fueron las primeras expresiones de la crisis. El bienio 1315-1317 resultó trágico en Europa noroccidental, especialmente en zonas urbanas densas como París, donde el precio del grano se multiplicó.
Impacto Económico y Social
El desarrollo del comercio y las finanzas se interrumpió bruscamente. Las grandes compañías mercantiles se vieron afectadas por el incremento de la deuda pública, la reducción de los créditos y el encarecimiento del dinero, culminando en quiebras bancarias que arrastraron a diversos sectores.
La crisis económica derivó en una ruptura social. La caída de la renta señorial llevó a los señores a elevar sus exigencias, incrementando la presión fiscal y desencadenando revueltas y violencia en diversas ciudades como Languedoc, Normandía, Toscana, Barcelona, París, Toulouse, Lyon y Brujas.
Transformaciones y Adaptación
El sistema feudal, en busca de un nuevo equilibrio, experimentó transformaciones profundas. La administración monárquica, buscando la centralización, creó el aparato del Estado. La recuperación agraria se basó en el abandono de tierras marginales, el desarrollo de la ganadería, nuevas fórmulas de relación entre propietarios y campesinos, y la introducción de cultivos especulativos. Las actividades industriales y comerciales, junto a las sublevaciones rurales y urbanas, contribuyeron al establecimiento de una nueva ordenación social.
La decadencia del feudalismo dio paso a los primeros rasgos del capitalismo, un sistema que creció alimentándose del deterioro del sistema feudal.
Crisis Agraria a Finales del Siglo XIII
La economía agraria entró en una fase de crisis a finales del siglo XIII, prolongada por más de cien años. El impulso demográfico de los siglos anteriores había obligado a la extensión de los cultivos y a la reducción del tamaño de las unidades familiares de explotación. Fenómenos meteorológicos anormales y un empeoramiento del clima propiciaron malas cosechas, hambrunas y crisis social.
La recuperación se centró en la reorientación de la producción cerealista, la búsqueda de equilibrio entre precios y salarios agrarios, y la introducción de policultivos para satisfacer la demanda del mercado. La clave fue reducir la superficie dedicada al trigo para incrementar la productividad y adaptar la producción al consumo.
Descenso de los Precios y Ascenso de los Salarios
El precio de los cereales dependía de la capacidad de producción. Las alteraciones climáticas y la especulación provocaban oscilaciones violentas en los precios. Sin embargo, la tendencia general de los precios del trigo fue a la baja, coincidiendo con el incremento de los salarios. Esto trasladó los problemas desde los consumidores urbanos y pequeños productores hacia los propietarios y rentistas medianos.
Los asalariados bajomedievales vieron un progreso en sus ingresos. El descenso de los precios de los alimentos básicos, especialmente el trigo, repercutió en su capacidad de consumo. La mano de obra asalariada se volvió imprescindible en las grandes explotaciones rurales, abriendo las puertas a un activo tráfico de jornaleros.
Reorientación de las Producciones Agrícolas
El abandono de campos, el descenso del precio del trigo, el incremento de los salarios, la crispación social y la violencia bélica introdujeron transformaciones en la producción agrícola durante el siglo XIV. Las principales modificaciones fueron el desarrollo de la ganadería, el auge de la viticultura y la práctica de una agricultura de policultivo avanzado.
- Desarrollo de la ganadería: Impulsado por la industria textil y el aprovechamiento de campos abandonados. La menor necesidad de mano de obra, la estabilidad de los precios de la lana y la creciente demanda de carne y productos lácteos garantizaban buena rentabilidad.
- Auge de la viticultura: Marcado por una mayor demanda de vino en los mercados urbanos, lo que incentivó la producción de vinos de mayor calidad.
- Agricultura de policultivo avanzado: Introdujo cultivos especializados en regiones con condiciones climáticas favorables, como lino, hierba pastel, azafrán, cítricos, frutos secos, azúcar, arroz, olivo, productos hortofrutícolas y morera.
Estas transformaciones fueron posibles gracias a los patronos, quienes impulsaron cambios en el sistema de trabajo, el paisaje rural y las relaciones personales. La crisis del siglo XIV permitió la ruptura del estancamiento agrícola y el inicio de una transformación basada en la concentración de la tierra, el control de la población excedente, la organización del trabajo rural y la racionalización de la producción para su comercialización.
Cambios en la Sociedad Rural
El perfil del arrendador se diversificó entre el arrendador-inversor y el arrendador-trabajador. La reducción del tamaño de las explotaciones y el exceso de mano de obra generaron la necesidad de buscar otras fuentes de ingresos. Algunos emigraron a la ciudad, mientras que otros se convirtieron en obreros asalariados en actividades no agrícolas.
Las transformaciones en el poblamiento rural, la economía agraria y el trabajo campesino se reflejaron en la ordenación de la sociedad rural. Se produjo una fragmentación del campesinado según criterios económicos, una división de la nobleza en función del nivel de renta, el fortalecimiento de las comunidades rurales y el intento de las fuerzas rurales por participar en el poder surgido al amparo de las nuevas estructuras políticas y económicas de tipo estatal.
Revueltas Campesinas
Las revueltas campesinas y urbanas de los siglos XIV y XV deben entenderse dentro del contexto del sistema feudal. Las revueltas bajomedievales alcanzaron dimensiones mayores que las anteriores, abarcando conjuntos políticos territoriales. Mientras que las revueltas en períodos expansivos impulsaban un avance en las relaciones entre la comunidad y los señores, las posteriores tuvieron logros menos evidentes, ya que los protagonistas eran sectores excluidos de la participación en el poder.
Las revueltas se concentraron en zonas económicamente avanzadas como el norte de Francia, Flandes marítimo, la cuenca de Londres, Florencia, Cataluña y Languedoc. El período de mayor intensidad fue la segunda mitad del siglo XIV, coincidiendo con el descenso demográfico, la caída de los precios cerealistas y el alza de los salarios. Tres revueltas destacan: la de Flandes marítimo (1323-1328), la Jacquerie (1358) y la inglesa de 1381.
- Flandes marítimo: Originada por el descontento de la población rural por el aumento de las cargas impositivas. Campesinos acomodados organizaron la revuelta, que fue aplastada en 1328.
- La Jacquerie: Movimiento breve pero de gran impacto, caracterizado por su desorganización y violencia. Surgida en un contexto de conflicto en Francia, la revuelta fue rápidamente sofocada.
- Revuelta inglesa de 1381: Movimiento más estudiado, con cierta coordinación y componente nacional. Afectada zonas densamente pobladas y ricas del país, la revuelta estuvo a punto de arrastrar a la monarquía.
La violencia campesina se dirigió contra los señores y el poder territorial. Su interés inmediato era reclamar libertades y franquicias, pero también buscaban una voz en la sociedad en transformación. La derrota de las revueltas significó una derrota política, evitando la creación de un "cuarto estado" campesino con entidad política.
Organización del Trabajo y de la Producción
Durante los siglos XIV y XV, el corporativismo profesional y la fiscalidad centralizada llevaron a un mayor control del trabajo y la producción. El esquema laboral se dividía en tres niveles: maestros, oficiales y aprendices.
- Maestros: Grado máximo alcanzado tras un examen, controlaban la profesión y la producción.
- Oficiales: Artesanos con conocimientos para desempeñar su trabajo, se incorporaban a un taller mediante un contrato.
- Aprendices: Jóvenes que aprendían el oficio a cambio de trabajo y, en ocasiones, un pago.
La transformación del comercio radicó en la ampliación de la base social capaz de consumir y producir mercancías.
Angustia y Cóleras Sociales
Los tres principales tumultos urbanos del siglo XIV fueron la revuelta de Etienne Marcel en París (1357-1358), el levantamiento ciompi en Florencia (1378) y las sublevaciones en Flandes, Normandía y las Provincias del Norte (1379-1382). Otros movimientos, como el de Cola di Rienzo en Roma o Jacobo Bussolari en Pavía, no resultan comparables.
- Revuelta de París (1358): Originada tras la derrota de Poitiers y el cautiverio del rey Juan II. Liderada por Etienne Marcel, la revuelta buscaba el control de la recaudación de impuestos y el funcionamiento del Consejo Real. La revuelta fue sofocada tras el asesinato de Marcel.
- Revuelta de los ciompi (1378): Sublevación de los asalariados textiles en Florencia contra el monopolio del poder. Tras una breve fase reformista, la revuelta fue reprimida, endureciendo el régimen oligárquico.
- Sublevación de Gante (1379-1382): Iniciada en Flandes marítimo, la revuelta se extendió rápidamente a otras regiones. Gante, centro de la sublevación, logró mantener su independencia.