Transformaciones y declive del régimen franquista: 1969-1975

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Elementos de cambio en la etapa final del franquismo:

En 1969 se produjo el estallido del escándalo Matesa, que provocó una crisis gubernamental y el nombramiento de un nuevo gabinete de tecnócratas del Opus Dei, con Carrero Blanco como vicepresidente. En 1973 hubo transformaciones en el régimen: crisis del petróleo internacional que en España se prolongó y acrecentó durante dos años más; y en el ámbito político ETA asesinó a Carrero Blanco, posible sucesor de Franco.Después de la muerte de Carrero Blanco, Franco nombró presidente del Gobierno a Arias Navarro (de la línea "dura" franquista). López Rodó y los tecnócratas fueron apartados del poder; el nuevo Gobierno, compuesto por ministros falangistas (espíritu del 12 de febrero), fue incapaz de conciliar unos propósitos aperturistas teóricos con una represión que decepcionó franquistas conservadores y a aperturistas.Unos meses antes de la muerte de Franco, el rey de Marruecos, Hassan II, anunció una Marcha Verde con miles de civiles marroquíes para invadir el Sahara español. El Gobierno franquista decidió abandonar la colonia, entregándola a Marruecos y a Mauritania (Acuerdo de Madrid, noviembre de 1975). El 20 de noviembre de 1975 fallecía Franco.La oposición, en la década de 1950, comenzó en la España interior una lenta reconstrucción, que se expresó con protestas sociales espontáneas y descoordinadas, desplazando la lucha armada de los maquis. Muchos de sus miembros no habían vivido la Guerra Civil ("hijos del régimen"). Las protestas se canalizaron a través de los sindicatos verticales y el SEU. Los primeros conflictos relevantes se iniciaron entre el SEU y los que lo rechazaban. Se produjo un incidente en febrero de 1956 que provocó las destituciones del ministro de Educación Ruiz-Giménez, y los rectores de las universidades de Madrid y Salamanca, Laín Entralgo y Tovar. También se convocaron huelga obreras, acompañadas de boicots populares, aprovechando la oposición desde dentro de los cauces oficiales (entrismo). Destacaron las huelgas de 1951, iniciadas en Barcelona con un boicot popular contra la subida de las tarifas de los tranvías. A esto se añadió una huelga general en la misma ciudad, que fue secundada en abril en el País Vasco y Madrid (huelga blanca). Lograron el descenso de las tarifas y cambios gubernamentales importantes. Entre 1956 y 1958 se reprodujeron las huelgas en el País Vasco, Madrid y Barcelona contra la inflación. Surgieron comisiones espontáneas de obreros para negociar cuestiones concretas, que consiguieron el reconocimiento implícito de las negociaciones colectivas (Ley de Convenios Colectivos, 1958) e incrementos salariales importantes, aunque neutralizados por la inflación.A mediados de 1960, la oposición se incrementó con nuevas formas de lucha, especialmente en el interior del país. Se intensificó la presencia de la izquierda revolucionaria y del terrorismo. También hubo protestas obreras por sindicatos no reconocidos por el régimen, como CCOO, que surgió dentro de la propia organización sindical vertical, o la Unión Sindical Obrera (USO), centristas y cristianos. Además, rebrotó ELA-STV, un sindicato surgido del PNV.La Iglesia se distanció del régimen cada vez más, ya que hubo declaraciones de la jerarquía católica contra el franquismo, sobre todo en el clero vasco y catalán. Además, el cardenal Vicente Enrique y Tarancón, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, criticó el sistema. Algunos sacerdotes y religiosos colaboraron incluso con el movimiento obrero y el PCE. El regalismo franquista provocó enfrentamientos entre el régimen y los papas Juan XXIII y Pablo VI: a principio de los años setenta, el Vaticano estuvo a punto cesar las relaciones.En 1965 estallaron en la Universidad de Madrid varios conflictos que se convirtieron en una revuelta permanente que obligó al Gobierno a declarar el estado de excepción. Los estudiantes encontraron el apoyo de profesores como Tierno Galván, López Aranguren y García Calvo. También alcanzó influencia el movimiento de los profesores "penenes". El movimiento estudiantil sintonizó con organización políticas clandestinas como el FLP, el PCE y, en Cataluña, el PSUC. La oposición universitaria se identificó cada vez más con organizaciones de extrema izquierda (ORT, la LCR, el PTE y Bandera Roja), partidarias de una revolución socialista de tipo maoísta o trotskista, y rechazó al PCE y al PSOE, considerados revisionistas y reformistas. También hubo asociaciones de vecinos clandestinas que se concentraban en las barriadas obreras y populares de Madrid y Barcelona; comenzaron por reivindicar para sus barrios infraestructuras básicas, pero derivaron en la protesta política exigiendo democracia y cambio.La oposición política tradicional se renovó. El PCE, dirigido desde 1960 por Santiago Carrillo, promovió los movimientos estudiantiles, vecinales y sindicales, ya que el líder del sindicato CCOO, Marcelino Camacho, era comunista. La estrategia del PCE, conocida como eurocomunismo, consistió en fomentar la unidad de clases contra el franquismo y la reconciliación nacional, rompiendo con el comunismo soviético. En Cataluña, fue encabezado por el PSUC. El PSOE no se renovó hasta 1972, cuando los grupos sevillano y madrileño se hicieron con el partido en el Congreso de Suresnes, desbancando a Llopis. La dirección del PSOE se trasladó a España y eligió como líder a Felipe González. Ambos partidos dirigieron distintas coaliciones democráticas unitarias de oposición: la Junta Democrática en 1974 (PCE, socialistas de Tierno Galván, CCOO y juanistas) y la Plataforma de Convergencia Democrática en 1975 (PSOE, UGT, PNV y grupos nacionalistas catalanes y democristianos).La organización terrorista más importante fue ETA, que derivó hacia el independentismo radical y el leninismo, y llevó a cabo asesinatos, secuestros y chantajes. Aparecieron en 1975 el FRAP y GRAPO. La extrema derecha (Guerrilleros de Cristo Rey) organizó constantes provocaciones y atentados presionando para que el régimen no cediese. Ante la oposición, la única respuesta fue la represión con la creación en 1963 del Tribunal de Orden Público.En cuanto al ámbito social, se produjo un descenso espectacular de la población que trabajaba en la agricultura. El sector industrial pasó a ser el predominante, mientras que el sector servicios aumentó considerablemente. Así, hubo un aumento de las clases medias urbanas y de los obreros industriales, a costa de los agricultores y del servicio doméstico. También disminuyeron los artesanos, los propietarios de pequeñas industrias y las profesiones liberales, mientras que aumentaron los técnicos, los empleados de oficinas y empresas, los pequeños empresarios del comercio y los servicios, y la burocracia estatal del franquismo.La conflictividad social se trasladó a los nuevos sectores industriales, en particular al metalúrgico, y a las grandes fábricas. Los intelectuales y estudiantes universitarios participaron en la oposición al régimen. La sociedad de los años cuarenta y cincuenta se distinguió por una rígida jerarquización en la que predominaban los valores tradicionales y religiosos y la moral católica. Hubo una depuración de todos los docentes de izquierdas y liberales y se transformó la educación pública en subsidiaria de la enseñanza privada religiosa, que multiplicó su presencia monopolizando especialmente la enseñanza secundaria.La censura impidió el debate intelectual y científico libre y dificultó notablemente la creación artística. La prensa estaba compuesta mayoritariamente por la red periodística del Movimiento: Arriba, Pueblo y Marca. Se autorizaron diarios como el Abc, Ya, y La Vanguardia, y en 1966 la Ley Fraga permitió la aparición de publicaciones independientes: la Codorniz. Durante el franquismo fue muy llamativa la censura cinematográfica. Se suprimió la coeducación y se insistió en el papel de la mujer como madre y esposa. En el tardofranquismo, el impacto de la expansión económica sobre la mentalidad de los años sesenta y setenta por la influencia del turismo, el aumento del nivel de vida (y el desarrollo de la incipiente sociedad de consumo fue muy grande. Las comodidades características fueron la luz eléctrica, el agua corriente, el SEAT 600, los electrodomésticos, el piso en propiedad. Además, todo esto fue respaldado por los medios de comunicación y por la televisión pública. También se creó una nueva clase media conformista, satisfecha y agradecida, impulsada tanto por la creciente terciarización de la economía como por las mejoras en la enseñanza pública introducidas en los años setenta con la Ley General de Educación (LGE, 1970), promovida por Villar Palasí, que decretaba la escolarización obligatoria hasta los catorce años y el nacimiento del BUP.Los artistas tuvieron unas limitaciones políticas y de censura difícilmente superables. Hubo una generación de posguerra en la que muchos investigadores e intelectuales se exiliaron; y en los años cincuenta y sesenta se utilizaron nuevas técnicas artísticas y cinematográficas.

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