Transformación Económica en América Latina: Auge Agroexportador en el Siglo XIX
Hacia una Economía Agroexportadora en América Latina
Los cambios políticos que experimentó América Latina a partir de mediados del siglo XIX facilitaron la inserción de la región en la nueva división internacional del trabajo. Sin embargo, es importante resaltar que los estímulos para esa integración no se originaron en América Latina, sino que provinieron de la economía europea. La demanda del viejo continente (desde 1840) incentivó el desarrollo de nuevas actividades económicas, como la ganadería ovina en Argentina o la recolección de guano en Perú. Estas primeras experiencias marcaron el inicio de un proceso de transición hacia economías más integradas al mercado mundial. Entre la década de 1840 y 1870, la mayoría de las economías latinoamericanas transitaron una etapa de adaptación a las nuevas condiciones ofrecidas por las economías centrales. En este periodo, los países debieron enfrentar y resolver una serie de problemas estructurales para adaptarse a las condiciones imperantes en el mercado mundial. Algunos de los problemas más urgentes estaban relacionados con la falta de una adecuada infraestructura de medios de transporte y de comunicaciones, así como la ausencia de una organización comercial y financiera apropiada.
Cambios en el Régimen de Propiedad de la Tierra
Una de las cuestiones que debían resolver los gobiernos de América Latina para ingresar al mercado mundial como productores de materias primas era la disponibilidad de las tierras. Entre los distintos factores de producción, la tierra era el más abundante, a diferencia del capital y del trabajo, que solían ser muy escasos. Los liberales de mediados del siglo XIX impulsaron una serie de reformas económicas para acceder a la mayor cantidad posible de parcelas y facilitar el desarrollo pleno de las potenciales fuerzas productivas con que contaban sus respectivos países.
Uno de los ejes centrales de esas reformas estaba relacionado con la expropiación de las tierras de la Iglesia Católica. En la visión de los liberales, las tierras que pertenecían a la iglesia eran improductivas ("tierras en manos muertas").
Las tierras de los pueblos originarios también se vieron afectadas por las reformas liberales. La cuestión de la tierra se convirtió en factor de tensión social en áreas rurales.
Llegada de Capitales Extranjeros
Muchos de los problemas de infraestructura de la mayoría de los países latinoamericanos fueron resueltos con la llegada de inversiones extranjeras y créditos a los gobiernos. Las inversiones fueron particularmente visibles en el tendido de vías férreas. El tendido se realizó a través de concesiones que otorgaron los gobiernos a empresarios británicos o estadounidenses, con el propósito de acercar los productos ganaderos, agrícolas y mineros a los puertos para facilitar su exportación a los países centrales. Por esta razón, hasta las primeras décadas del siglo XX, los ferrocarriles se construyeron en función del comercio con el exterior, más que como una vía interna de comunicación.