La Teoría de la Reminiscencia de Platón: Un Estudio Detallado

La Teoría de la Reminiscencia en el Fedón de Platón

1 CUESTIÓN

El texto que se va a comentar pertenece a Platón, gran pensador de la antigua Grecia y discípulo de Sócrates, en concreto a su obra de madurez “Fedón”. Este diálogo, cuyo subtítulo es sobre el alma, trata principalmente sobre los argumentos a favor y en contra de la inmortalidad del alma, sobre la teoría de las ideas y sobre la teoría de la reminiscencia. Todo ello dentro de los últimos momentos de Sócrates antes de morir. En el fragmento que se comenta, el tema principal es: la teoría de la reminiscencia.

Platón sostiene que el conocimiento es innato y reside en el alma desde antes del nacimiento, cuando ésta existía en el mundo de las ideas y adquiría verdades universales. Según Sócrates, si "naciéramos sabiendo y nunca olvidáramos", no sería necesario aprender; sin embargo, olvidamos al nacer, y aprender consiste en recordar lo ya conocido, como se evidencia en la afirmación: "lo que llamamos aprender no sería recuperar un conocimiento ya familiar". Usando los sentidos, según Platón, recuperamos ideas previamente conocidas, lo que implica que aprender no es crear conocimiento, sino reactivar en la memoria verdades ya poseídas. El texto destaca que el uso de los sentidos facilita este recuerdo, mostrando que aprender es "recordar lo que ya teníamos". Además, Platón plantea que al nacer olvidamos las ideas perfectas, pero no las perdemos completamente, pues podemos rememorarlas, vinculando la teoría de la reminiscencia con la inmortalidad del alma, como señala Sócrates al preguntar: "¿No es eso lo que llamamos olvido, Simmias, la pérdida de un conocimiento?".

El texto desarrolla la teoría de la reminiscencia, un eje central del pensamiento de Platón, que articula el conocimiento, la memoria y la inmortalidad del alma. Este fragmento introduce un problema filosófico esencial: ¿el conocimiento es innato o adquirido?

2 CUESTIÓN

El fragmento pertenece a Platón, un filósofo griego de la corriente idealista, discípulo de Sócrates. En su obra Fedón, analiza cuestiones sobre la inmortalidad del alma, la naturaleza del conocimiento y la relación entre el cuerpo y el alma. Este texto refleja su teoría de la reminiscencia, que articula el aprendizaje con el recuerdo de ideas eternas.

Platón sostiene que el mundo sensible es una copia imperfecta del mundo ideal, donde residen las formas puras y eternas (eidé). Según él, el alma humana existe antes de nacer y adquiere conocimiento en el mundo de las ideas, pero al encarnarse, este conocimiento queda oculto. La teoría de la reminiscencia (anámnesis) establece que todo conocimiento verdadero no se adquiere, sino que se recuerda, ya que el alma ha tenido contacto previo con las ideas. Sócrates explica que “aprender es recuperar un conocimiento ya familiar”, destacando que el conocimiento no proviene de la experiencia sensible, sino de la capacidad del alma para recordar. La interacción con los sentidos no genera conocimiento nuevo, sino que activa el recuerdo de las ideas universales, evidenciando la relación entre percepción y memoria. Platón también utiliza esta teoría para argumentar que el alma es inmortal, ya que si adquiere conocimientos antes del nacimiento y los recuerda durante la vida, esto implica que preexiste al cuerpo. Al nacer, olvidamos estos conocimientos, pero el alma conserva su naturaleza eterna (aidios), aunque el cuerpo mortal limita su acceso al conocimiento pleno.

El texto refleja principios fundamentales de la filosofía platónica: la existencia del mundo de las ideas, la inmortalidad del alma y el aprendizaje como reminiscencia. Platón, influenciado por Sócrates, desarrolla estas ideas en oposición al empirismo, defendiendo que el verdadero conocimiento solo puede provenir de la razón y no de la experiencia sensorial.

3 CUESTION

El problema filosófico planteado en el texto —el origen del conocimiento y su relación con la memoria— ha sido abordado en distintas épocas. En la Antigüedad, este debate opuso el idealismo de Platón al empirismo y relativismo de los sofistas. A continuación, se confrontarán las ideas del texto con el pensamiento sofista, en particular, con su postura frente al conocimiento.

Los sofistas, como Protágoras y Gorgias, rechazaron la existencia de verdades absolutas, afirmando que el conocimiento depende de la percepción y la experiencia subjetiva. Según Protágoras, “el hombre es la medida de todas las cosas” (pántōn chrēmatōn métron anthrōpos), lo que implica que el conocimiento varía según el individuo, en contraste con las ideas universales de Platón. Para los sofistas, el aprendizaje proviene de la observación del mundo sensible, no de la reminiscencia de ideas innatas. Platón, por su parte, critica este relativismo, argumentando que sin verdades absolutas no es posible alcanzar el verdadero conocimiento, pues los sentidos solo despiertan el recuerdo, pero no generan conocimiento. Sócrates refuerza esta postura al señalar que “recuperar un conocimiento ya familiar” implica que el aprendizaje es universal y trasciende las circunstancias individuales. Sócrates, maestro de Platón, también confrontó a los sofistas, defendiendo la búsqueda de verdades universales mediante la razón y la mayéutica. Este método, desarrollado por Platón en su teoría de la reminiscencia (anámnesis), contrasta con la perspectiva sofista, que veía el conocimiento como subjetivo y manipulable a través del discurso persuasivo. En el Menón, Sócrates ejemplifica la reminiscencia al hacer que un esclavo recuerde un teorema geométrico, mostrando que el conocimiento preexiste a la experiencia.

El problema del conocimiento enfrentó dos perspectivas opuestas en la Antigüedad: el idealismo universal de Platón y el relativismo empirista de los sofistas. Mientras Platón defendía que el alma recuerda verdades eternas, los sofistas reducían el aprendizaje a la percepción y la retórica. Este debate marcó uno de los ejes fundamentales de la filosofía occidental, enfrentando la objetividad de las ideas con la subjetividad del conocimiento.