Teoría de la Neurosis y el Malestar en la Cultura: Perspectiva Freudiana
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La Teoría de la Neurosis: Una Perspectiva Freudiana
La teoría freudiana de la neurosis ofrece una explicación antropológica sobre la naturaleza humana. Freud no hacía distinciones entre sus pacientes, sino que los veía como una forma directa de conocimiento del ser humano. En aquellos sujetos donde el inconsciente se manifestaba, era donde observaba el deseo, la imaginación y el ansia de saber. Definió algunos prototipos, y su clasificación era la siguiente:
- Represión: El sujeto intenta apartar de lo consciente aquellas representaciones incompatibles con sus principios morales. Los dos elementos que integran las pulsiones (la representación y el afecto) se separan para hacer posible el olvido. Sin embargo, la represión no solo no consigue eliminar el afecto, sino que solo lo hace inconsciente, por lo que acaba produciéndose un retorno de lo reprimido.
Cuando analizamos nuestros pensamientos a través de sueños, chistes y actos fallidos, al contarlos nos desahogamos inconscientemente. Si esto no resulta suficiente, aparecen síntomas. Freud entiende el síntoma como un compromiso entre el deseo inconsciente que quiere salir con la prohibición del deseo representada por el superyó. Los síntomas son el modo de relacionarse los sujetos con el mundo y este es el motivo de su resistencia a desaparecer, ya que forma parte del propio sujeto. La represión es necesaria, porque permite la adaptación del hombre a la sociedad gracias al síntoma neurótico.
Existen tres grandes tipos de neurosis, es decir, tres maneras en que el hombre se somete a las leyes e introduce su deseo:
- Tipo histérico: Pone su deseo en primer plano, tiene mala aceptación social y lo quiere todo para él.
- Tipo obsesivo: Es dócil y sumiso, pide todo para el otro. El neurótico obsesivo domina sus sentimientos reprimiéndolos y tiene el control sobre ello. El temor del neurótico obsesivo es perder el control y anularse a sí mismo por tener que responder a las exigencias de los demás.
- Tipo fóbico: Tiene la angustia de que ocurra algo que él no pueda evitar. Como por ejemplo, la fobia a los ascensores; este lo evita subiendo por las escaleras.
El Malestar en la Cultura: Crítica de la Sociedad
No podemos asignarle a la vida un sentido trascendente como pretenden las religiones, pero sí saber cuáles son las finalidades de la vida tal como se manifiestan en el comportamiento de los hombres. Los seres humanos aspiran a la felicidad, pero es más fácil que se dé la infelicidad. Freud señala las tres fuentes principales del sufrimiento: el propio cuerpo, el mundo exterior y las relaciones con los demás. Evitar el sufrimiento no nos da la continua felicidad.
Freud está convencido de que la restricción de la libertad y el control de las pulsiones conducen inevitablemente al malestar de la cultura. Para Freud, cultura significa una organización de las relaciones sociales que evita que el más fuerte pueda imponer sobre los demás sus intereses y sus deseos. De aquí deriva el conflicto entre la libertad del individuo para satisfacer sus deseos y la demanda de la sociedad para limitar la satisfacción sexual y controlar los impulsos agresivos. No puede haber cultura sin represión y de aquí deriva la infelicidad del hombre. El hombre civilizado ha cambiado felicidad por seguridad, pero la agresividad humana pone continuamente en peligro a la cultura, lo que hace necesaria la represión que siempre implica infelicidad.
La sociedad logra que el individuo dirija la agresión contra su propio yo: el superyó dirige contra el yo la misma agresividad que el yo hubiera querido dirigir contra otros, es decir, las personas intentamos canalizar nuestros sentimientos o agresividad hacia nosotros mismos, reprimimos nuestros sentimientos para evitar un conflicto entre la sociedad y el propio sujeto. Esta tensión entre el yo y el superyó causaría el sentimiento de culpa. Freud cree que lo malo no es aquello que pudiera ser peligroso para el yo, sino que es algo que se desea y produce placer, pero que por miedo a ser descubierto acaba dándole ese valor negativo, por lo tanto, distinguir lo bueno de lo malo procede de la sociedad.
Queda la cuestión de por qué sigue el sentimiento de culpa si se renuncia al deseo. Freud dice que no basta con renunciar al deseo y que solo con el pensamiento el superyó lo detecta y le causa sentimiento de culpa. Por ello, Freud piensa que el futuro de nuestra sociedad es negativo si creen que reprimiendo sus deseos encontrarían su felicidad.