Teoría Epistemológica de Kant: La Crítica de la Razón Pura
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Teoría Epistemológica de Kant
La Crítica de la Razón Pura
Inmanuel Kant (1734-1804) fue un filósofo nacido en Prusia cuya concepción describe la esencia de la Ilustración como el ansia de saber por un sujeto autónomo (“Sapere aude”).
La obra filosófica de Kant reside en la esencia del ser humano, en la preocupación por su vida moral (¿Qué puedo hacer?), por su vida futura (¿Qué puedo esperar?) y, la referida a esta teoría, la preocupación por el conocimiento: ¿Qué puedo saber?
La respuesta y la crítica a esta pregunta se encuentran en “Crítica de la Razón Pura”. Este libro analiza dicha pregunta y se considera una crítica, ya que se sitúa desde una posición que establece los límites del conocimiento. Por otra parte, se refiere a la razón como órgano fundamental de conocimiento de uso teórico exclusivamente y pura ya que se encuentra al margen de los sentidos.
El problema del que parte este análisis es el hecho de que la metafísica sea una ciencia o no, para ello se debe analizar por separado y comparar los dos conceptos.
Kant considera que la ciencia es un conjunto de juicios universales (verdaderos y aplicados a todos los individuos), necesarios (no pueden ser de otra forma) y ampliativos (proporcionan más información de la que está contenida en el sujeto). Estos juicios son llamados juicios sintéticos a priori. Mientras que la metafísica es definida como conocimiento de la razón pura que estudia el alma, Dios y el mundo como totalidad, es decir, como objeto no empírico. Pero la metafísica en la época de Kant se encontraba con clara inferioridad respecto a la física y a las matemáticas debido a que como tal no se la consideraba ciencia.
Las tres posturas referentes a la metafísica
Encontramos tres posturas referidas a la metafísica como ciencia o no:
- El dogmatismo racionalista: Esta postura no hace posible la metafísica como ciencia. Esto se debe a que la metafísica no critica previamente a la razón y cuyos conceptos no hacen referencia a realidad alguna, sus ideas guían pero no permiten fundar una ciencia.
- El escepticismo empirista: Al igual que la postura anterior, tampoco hace posible la metafísica como ciencia porque tanto la sustancia como la causa (ideas claves de la metafísica) no tienen justificación racional. Esta postura es tomada de Hume.
- El método crítico o trascendental: La postura de Kant. Se basa en una idea fundamental, la síntesis entre el empirismo y el racionalismo: “Aunque todo conocimiento comienza con la experiencia no todo el conocimiento procede de ella”. Por lo tanto existen dos condiciones de posibilidad de la ciencia, ya que para Kant, el proceso del conocimiento parte de la experiencia, es decir, el proceso del conocimiento se inicia con las impresiones sensibles, que forman la materia, pero el sujeto en sí es el que se encarga de construir el objeto de conocimiento aportando una serie de formas (tiempo y espacio).
Podemos concluir que el método trascendental propone dos condiciones de posibilidad: las condiciones empíricas a posteriori, es decir, las de la materia particular y contingente (no es necesaria, puede darse o no) y las trascendentales a priori, las de la forma, las universales.
Tras esta visión, se cambia radicalmente la relación entre el objeto y sujeto del conocimiento. Para Kant no existe objeto de conocimiento, solo un grupo caótico de impresiones sensibles, que las facultades del sujeto proporcionan una forma. Este cambio de visión queda reflejado en su crítica y análisis de las facultades del conocimiento.
La Sensibilidad (Estética Trascendental)
La primera facultad en ser criticada es la sensibilidad (estética trascendental).
Kant define a la sensibilidad como la capacidad de recibir representaciones al ser afectadas por los objetos. Se distinguen dos tipos: la sensibilidad interna, las representaciones proceden de procesos psíquicos internos y la sensibilidad externa, las representaciones proceden de objetos físicos externos.
Las condiciones a priori de la sensibilidad son el espacio y el tiempo. Estos se definen como intuiciones puras, intuición ya que es un conocimiento en su aspecto sensible, siendo inmediato, y puro porque no posee contenido empírico.
Por tanto, el espacio y el tiempo son las formas que reordenan los datos que obtenemos por los sentidos y son ideales porque no son propiedad de las cosas, las cuales son puestas por el sujeto a conocer. De esta conclusión procede el Idealismo Trascendental como corriente filosófica, señalando que trascendental se refiere a la condición de posibilidad a priori del conocimiento sensible (experiencia).
El resultado de esta síntesis de organización de las impresiones sensibles en el tiempo y el espacio es el fenómeno, lo que conlleva a que sea el objeto de sensibilidad. Se presentará un obstáculo para el conocimiento: solo podemos conocer la información de las cosas que nos viene dada a través de las sensaciones, siendo los fenómenos los límites de nuestro conocimiento. Es decir, no somos capaces de saber cómo son las cosas en sí mismas, de conocer el noúmeno o cosa en sí. Tras todas estas conclusiones sobre la crítica de la sensibilidad se podría dar la posibilidad de las matemáticas como ciencia ya que en ella existen juicios sintéticos a priori, basada en el tiempo (aritmética como intuición temporal) y en el espacio (geometría como intuición espacial).
El Entendimiento (Analítica Trascendental)
La siguiente facultad del conocimiento en ser criticada es el entendimiento (“Analítica trascendental”). Para Kant esta es la facultad de pensar los objetos (fenómenos), de comprender lo percibido, es la facultad activa espontánea y la de los juicios o conceptos. La función de esta facultad es organizar, unificar la multiplicidad crítica del mundo fenoménico, asignando a los fenómenos distintos conceptos, o sea, elaborando juicios. Se considera al fenómeno como la condición empírica del entendimiento. Por otra parte, las otras condiciones del entendimiento serán las categorías, son conceptos al igual que las condiciones empíricas, pero mientras las empíricas proceden de la experiencia, las categorías son conceptos puros y nacen espontáneamente, a priori.
Las categorías o conceptos puros se pueden clasificar según los tipos de juicios, existiendo entonces doce categorías: tres de cantidad, tres de cualidad, tres de relación y tres de modalidad.
La imaginación es la facultad que se encarga del uso correcto de las categorías, siendo esta su aplicación. La imaginación media entre la sensibilidad y el entendimiento. Esto se dará solo si hay un sujeto siendo condición de posibilidad del conocimiento (“yo” trascendental).
Se puede establecer una correlación entre sensibilidad y entendimiento ya que se considera a la sensibilidad como la que aporta los fenómenos y al entendimiento como el que se encarga de aportar las categorías. La suma de ambos da como resultado el conocimiento o ciencia.
Tras estas conclusiones sobre la crítica del entendimiento se podría dar la posibilidad de la física como ciencia, al igual que las matemáticas, ya que en ella existen juicios sintéticos a priori y cuyas leyes se basan en las reglas de uso de las categorías.
La Razón (Dialéctica Trascendental)
La última facultad criticada es la razón (“Dialéctica trascendental”).
El resultado de entendimiento y razón es el conocimiento intelectual, siendo el entendimiento el que elabora juicios y la razón la que enlaza unos juicios con otros.
La razón para Kant queda definida como la facultad de los principios, y de la unificación del conocimiento. Por ello su función será la de anexar los juicios para que estos sean cada vez más generales, de este modo, hasta conseguir el menor número de principios (lo incondicionado).
El filósofo prusiano defendía que la tendencia natural de la razón dentro de los límites de la experiencia es la aportación de conocimiento, sin embargo, la razón sobrepasa estos límites encontrando tras ellos las ideas trascendentales: alma, mundo y Dios.
Las ideas trascendentales se refieren a objetos no empíricos, distinguiendo el alma como el fenómeno psíquico, el mundo como el fenómeno físico y Dios como el que se encarga de unificar todos los fenómenos. En esta concepción de las ideas trascendentales debe quedar claro que no son fenómenos en sí, es decir, las ideas trascendentales no proceden de la experiencia por lo tanto no son empíricas y esto conlleva a que no son conceptos que proceden de ellas: fenómenos.
Ya que la metafísica se basa en estas tres ideas, una de las razones de su imposibilidad como ciencia será esta. La otra razón será la aplicación de las categorías a estas ideas que dará lugar a diversos errores (ilusiones trascendentales) en las diferentes disciplinas y ámbitos de la metafísica (psicología, cosmología…).
Usos de la razón pura y la metafísica
Se distinguen dos usos de la razón pura y de la metafísica:
- El uso negativo: Señala los límites del conocimiento, la experiencia.
- El uso regulador: Se encarga de indicar el camino de la ciencia (forma ideal) como la síntesis, es decir la elaboración de juicios y leyes cada vez más generales que engloben a otros juicios o leyes.
La limitación negativa que supone la Crítica de la Razón Pura, en la cual el campo de la razón en su uso teórico, es decir, el conocimiento, queda limitado, plantea la posibilidad del uso práctico de esta.
Kant defiende que tanto el alma, el mundo y Dios pueden llegar a ser ideales, ya que no son objetos empíricos de conocimiento. Esta deducción se extrae de la diferencia entre fenómeno y noúmeno (cosa en sí). Nuestro comportamiento se regirá por estos objetos ideales y serán los que se impongan en el análisis de la razón práctica. Este análisis será en el que se base su concepción filosófica ética.