Teatro de protesta y denuncia

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Lengua y literatura

Escrito el en español con un tamaño de 5,17 KB

Al finalizar la Guerra Civil española, nuestro teatro se encuentra con tres graves problemas: el agravamiento de los condicionantes comerciales del género teatral, la crisis económica que hace que solo los más pudientes puedan asistir y la censura del régimen. Además algunos de los autores habían muerto (Valle-Inclán, Unamuno y García Lorca) y otros estaban en el exilio (Max Aub, Alejandro Casona, Rafael Alberti).

Además se habla del inicio de una crisis teatral que se explica por varias razones: al no quedar grandes autores españoles, los empresarios recurren a traducciones de obras de autores extranjeros, con lo que los jóvenes dramaturgos españoles se encuentran con más dificultades al estrenar sus obras. El cine se convierte en el gran espectáculo de masas y desplaza al teatro.El teatro español posterior a la Guerra Civil se puede dividir en varias etapas:

- Durante los años 40 y parte de los 50 (posguerra), hay una continuación de las tendencias dramáticas más tradicionales, pero se advierte la búsqueda de otros caminos (teatro existencialista)

- A partir de la década de los 50 aparecerá un teatro realista y social de testimonio o denuncia.

- Finalmente, el cansancio del Realismo social se irá haciendo notar, durante los años 60 y 70. Proliferarán entonces intentos de un nuevo teatro experimental, con una frecuente carga crítica, aunque por razones comerciales o de censura será un teatro marginal.

TEATRO DE TESTIMONIO SOCIAL: PROTESTA Y DENUNCIA (1955-1965)*


A partir de 1955, se puede decir que aparece el teatro social en España, aunque ya había habido manifestaciones anteriores (Buero Vallejo y Sastre). La aparición de estas obras es posible gracias a la necesidad de que el teatro exprese los problemas del momento, común a todos los autores españoles del momento. Por otro lado, la aparición de un nuevo tipo de público, que pide un nuevo concepto de teatro, crítico con la situación histórica que vive España. Además, la relajación de la censura, permite el estreno de estas obras políticamente comprometidas.

Los temas principales son la denuncia de la injusticia y la desigualdad social, y la alienación de los seres humanos en el nuevo orden social. Entre los recursos técnicos destacan el Realismo que recupera elementos de las comedias de costumbres de Carlos Arniches (ambientación popular, lenguaje sencillo); el uso de técnicas esperpénticas que deforman la realidad (animalización de los seres humanos, cosificación de personajes, degradación de los protagonistas etc.); expresionismo y simbolismo.

Como autor debemos destacar a Antonio Buero Vallejo. Junto a Buero y Sastre se revelarán otros autores jóvenes. En sus obras, todos ellos abordan problemas concretos: la deshumanización burocrática y la esclavitud del trabajador (como en “El tintero” de Carlos Muñiz), las angustias de los estudiantes que preparan oposiciones, la vida gris y mezquina de una pensión o la situación de los obreros (como en “La camisa” de Lauro Olmo). Se trata de variantes del tema de la injusticia social y de la alienación. Temáticas muy semejantes a las de la novela social. Todos ellos tendrán grandes dificultades para estrenar sus obras (“teatro soterrado”).

LA RENOVACIÓN TEATRAL DE POSGUERRA*


Teatro de posguerra

Desarrolla tres tendencias principales:

Teatro de “continuidad sin ruptura”: continúa la comedia de salón de Benavente. Se caracteriza por la defensa de los valores tradicionales, aunque introduce siempre una ligera crítica de costumbres (hipocresía). Técnicamente se caracteriza por el uso de una escenografía realista, seguimiento de las normas clásicas y búsqueda de la perfección formal.

• Teatro de humor: hay dos manifestaciones principales. Un teatro cómico que busca la risa fácil con técnicas tradicionales y que continúa las formas anteriores a la Guerra Civil. En segundo lugar, un teatro que busca renovar la risa, intentando provocarla mediante situaciones, personajes, argumentos y lenguaje inverosímil, casi absurdo. Esta forma de teatro había sido iniciada antes de la guerra por Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro) y se continúa ahora con, sobre todo, Miguel Mihura, que tuvo que esperar veinte años para estrenar Tres sombreros de copa (1932).

Teatro existencialista:
Conjunto de obras que pretenden representar los conflictos existenciales del ser humano (soledad, incomunicación, melancolía etc.), junto a estas aparecerán las preocupaciones sociales, pero en estos primeros años no será fácil exponer la crítica y denuncia social debido a la censura. Debemos considerar dos posturas: el teatro posibilista de Antonio Buero Vallejo, iniciado en 1949 con Historia de una escalera, que introduce la denuncia social de forma indirecta para burlar la censura, y teatro radical que ejerce la denuncia política directamente. Su mejor representante es Alfonso sastre, que se inicia a partir de 1953 con Escuadra hacia la muerte.

Entradas relacionadas: