El teatro en la literatura romana
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El teatro
1. Introducción:
Tras la expansión por el Mediterráneo y el contacto con la cultura griega, Roma se nutre de modelos literarios griegos, especialmente los relacionados con el género teatral: comedia y tragedia.
Tanto en la tragedia como en la comedia podemos distinguir obras de tema griego y de argumento romano. Así, según este aspecto, y en cuanto a la comedia (género que en este caso nos interesa), establecemos:
- Comedia de tema griego era la “fabula palliata” (derivado de un vestido “pallium”).
- Comedia de tema romano era la “fabula togata” (por la toga romana).
Junto con la épica, el teatro es el género literario más antiguo de la literatura romana. Surgió de la adaptación de los esquemas dramáticos griegos. Los romanos pudieron observar teatros de colonias griegas en Italia (Magna Grecia) y, atraídos por su belleza, copiaron los esquemas de la tragedia y de la comedia.
Pero además de estos grandes subgéneros teatrales, existían en Roma otras manifestaciones dramáticas populares:
- Las atelanas. Son representaciones basadas en la improvisación. Los actores, a partir de una trama, iban dialogando sobre temas jocosos y burlescos. Los personajes solían ser fijos y se identificaban con unas características determinadas.
- Durante los juegos Fescenios tenían lugar representaciones de diálogos llenos de ironía. Los actores se cubrían el rostro con máscaras.
- El mimo. Actores y actrices (pues aquí sí podían intervenir) representaban chanzas, situaciones cómicas cargadas de erotismo.
- La pantomima. Pieza dramática, basada en la danza y en la mímica, que era representada por un solo actor que encarnaba los diferentes personajes de la obra.
Plauto (254-184 a. C.)
Es considerado el autor cómico más genuino de la literatura romana. Se inició en la dramaturgia como empresario teatral, hasta que acabó arruinándose. Luego, se dedicó a escribir comedias que él mismo representaba, consiguiendo grandes éxitos. De las cien comedias que se sabe que llegó a escribir sólo conservamos 20. Destacan:
- “Anfitrión”: Relata las aventuras de Júpiter que, enamorado de Alcmena, suplanta la personalidad de su esposo, Anfitrión, haciendo creer a la muchacha que él es su marido que regresa de la guerra.
- “La comedia de la olla”: Narra las peripecias de un viejo avaro, que se ha encontrado una olla repleta de oro.
- “Menecmes”: Un personaje busca a su hermano gemelo, a quien no ha visto nunca, y vive numerosas aventuras hasta encontrarlo. (También llamada “Los gemelos”).
- “Cásina”: Dos esclavos de la misma casa persiguen a la misma esclava, uno en provecho del padre; otro, en pro del hijo; aunque la suerte favorece al anciano, finalmente éste será vencido por la astucia del esclavo.
- “Epídico”: Un anciano compra a una esclava que tañe la lira creyendo que es su hija perdida. El joven que la ha vendido utiliza el dinero para comprar a su hermana, a quien no conoce. El anciano ha sido engañado, pero la muchacha es reconocida, y el esclavo que armó el lío es liberado.
La producción de Plauto se caracteriza por su poca complejidad, pues los argumentos de sus obras se reducen a esquemas muy similares, en los que no hay ningún tipo de reflexión filosófica; en cambio sí se aprecian una gran inspiración y un magnífico sentido del humor y del espectáculo.
Sus personajes son planos y constituyen una sucesión de tipos que forman parte de la sociedad romana: el avaro viejo, el esclavo astuto, el vividor... A través de ellos, Plauto refleja con gran realismo el ambiente que lo rodea.
Recogió las inquietudes de la sociedad romana de su tiempo. En esta época, tuvieron lugar grandes cambios con la llegada de los primeros esclavos a Roma tras la segunda guerra Púnica. De ahí, el gran protagonismo de éstos en su obra. Aparecen reflejados también los valores morales de este momento histórico: el respeto a las costumbres, la desconfianza ante las pasiones amorosas, el sentido del deber cívico y la crítica al modo de vida de los griegos.
Todas las obras de Plauto pertenecen al subtipo de las “palliatae”. No son creación original, sino adaptaciones de obras griegas. Tal y como aparecen editadas, las comedias de Plauto constan de cinco actos precedidos generalmente de un prólogo destinado a contar el argumento de la comedia, y ponen al espectador en disposición de seguir la obra.
Plauto cambiaba escenas y personajes de los originales griegos e insertaba pasajes propios con alusiones a costumbres romanas. Su labor puede caracterizarse como una “imitación creadora”.
Combina con gran facilidad todo tipo de registros del lenguaje. Cada uno de sus personajes habla según su cultura o posición: utiliza la lengua formalista de la religión y el Derecho romanos; no rechaza un cierto lirismo en situaciones donde se expresa el sentimiento de dos amantes; es inimitable a la hora de reproducir la jerga de los esclavos, creando nuevas palabras con una gran intención burlesca, o reproduciendo insultos y apodos para conseguir en el espectador la impresión de una lengua viva y real.
Cabe destacar la alegría que desprenden sus textos; alegría y vitalidad que muestran sus personajes, cuando se atreven a burlarse de sí mismos o del propio espectáculo, para divertir en lo posible a sus espectadores.