El Teatro Español: De la Dictadura a la Democracia

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Este documento analiza el teatro español en dos épocas históricas muy diferentes: la dictadura y la democracia.

El Teatro Bajo la Dictadura (1940-1975)

Durante la dictadura (de los años 40 al 75), destacan aspectos como los problemas económicos, la censura, el conservadurismo y el aislamiento con respecto a Europa. La censura limitó profundamente la expresión artística y el desarrollo del teatro.

Corrientes Literarias

A pesar de la pérdida de grandes autores como Lorca y Valle-Inclán, surgieron nuevas corrientes teatrales:

  • Alta Comedia: Continuadora del estilo de Benavente, se centra en personajes de clase media sin demasiados problemas económicos. Destaca Joaquín Calvo Sotelo.
  • Teatro del Humor Renovado: Corriente antirrealista basada en situaciones absurdas e ingeniosas. Representantes clave son:
    • Enrique Jardiel Poncela: Su teatro antiburgués y antirrealista, basado en la caricatura, toma argumentos de la novela policiaca y el melodrama. Obras destacadas: Cuatro corazones con freno y marcha atrás y Los ladrones somos gente honrada.
    • Miguel Mihura: Utiliza el humor para criticar las normas morales de la sociedad. Su estilo, precursor del teatro del absurdo, fue inicialmente incomprendido por el público. Obra destacada: Tres sombreros de copa.
  • Teatro Existencial: Surge a finales de los 40, simultáneamente con la poesía desarraigada y la novela existencial. Evolucionará hacia la temática social en la década siguiente. Obras destacadas: Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo y Escuadrón hacia la muerte de Alfonso Sastre.

El Teatro Social (1950-1960)

El teatro social, de compromiso y tradicional, buscaba tanto la reflexión como la propuesta de soluciones. Abordaba temas como la falta de libertad, la miseria y la violencia. Para sortear la censura, se utilizaba el simbolismo y otras técnicas como el expresionismo, el esperpento y el estilo poético-simbólico. Autores relevantes son Martín Recuerda, Carlos Muñiz, Antonio Gala y Buero Vallejo. A partir de los 50 y, sobre todo, en los 60, un público más joven, especialmente universitario, comenzó a demandar este tipo de teatro.

El Teatro en la Transición (1970-1975)

El teatro de los 70 recibe influencias de las vanguardias y del teatro del absurdo. El texto pierde importancia en favor de lo audiovisual. Se vincula con la farsa, lo grotesco y lo esperpéntico. Surgen grupos de teatro independiente, como Tábano, Els Joglars y Els Comediants, que se autofinancian y combinan lo experimental con lo popular. Destaca Fernando Arrabal y su teatro de pánico, de carácter surrealista, con obras como Pic-nic.

El Teatro en la Democracia (Post-1975)

Tras 1975, se observa un retorno al realismo. En los primeros años, surge un teatro costumbrista que trata temas como el paro, la delincuencia y las drogas, con obras como Bajarse al moro de José Luis Alonso de Santos. También aparecen obras que revisitan la Guerra Civil, como ¡Ay, Carmela! de José Sanchís Sinisterra y La bicicleta son para el verano de Fernando Fernán Gómez. La escena teatral se diversifica, con un regreso a los clásicos, teatro comercial (musicales y monólogos de humor), teatro innovador y alternativo, como La ternura de Alfredo Sanzol, y la emergente tendencia del microteatro.

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