El Teatro en la Antigua Roma: Géneros, Autores y Obras Clave
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El Teatro en la Antigua Roma: Géneros y Tipos
En Roma, el teatro nunca gozó de la misma consideración social que en Grecia; sin embargo, existía una tradición teatral primitiva de tipo popular en las ceremonias religiosas, sobre todo en las fiestas dedicadas a Ceres, diosa de la agricultura, donde se recitaban los versos fesceninos. En estos, jóvenes enmascarados y disfrazados cantaban, bailaban e imitaban, en grupos y por turno, desinhibidos y dejando libre curso a la improvisación; lo que se resumía en un intercambio de burlas más o menos insultantes.
Géneros Dramáticos
Los dos géneros dramáticos principales son la tragedia y la comedia.
- Tragedia: Presenta como protagonistas a héroes y a dioses, tiene un tono solemne y su lenguaje es elevado.
- Comedia: Utiliza un lenguaje desenfadado, que imita el habla de la calle y que, a veces, resulta desvergonzado.
Subgéneros de la Comedia
Dentro de la comedia, hay que distinguir entre:
- Fabula palliata: De tema griego, llamada así porque los actores salían vestidos con el pallium, vestidura griega.
- Fabula togata: Comedia de asunto romano; la toga era el vestido nacional romano de la vida civil.
Subgéneros de la Tragedia
La tragedia, a su vez, se subdivide en:
- Fabula graeca: Obras generalmente traducidas o adaptadas de la tragedia griega.
- Fabula praetexta: Hace alusión a la toga praetexta, bordada con una franja de púrpura, que llevaban los magistrados. Esta ponía en escena episodios sobresalientes de la historia nacional romana.
Además, en la comedia había subgéneros como:
- Atelanas: Obras cortas de teatro bufo con personajes fijos.
- Mimos: Parodias de leyendas mitológicas o críticas sociales.
- Pantomimas: Coreografías sin palabras.
Autores de Comedia
Plauto (254-184 a. C.)
Autor muy prolífico, se conservan 20 de sus obras. Toma sus argumentos de las comedias griegas, aunque de una manera muy libre, y utiliza personajes tipo muy estereotipados: el esclavo astuto, el alcahuete avaro, la doncella raptada, el mercader de esclavos, el soldado fanfarrón, etc. Presenta escenas típicamente romanas con un humor sarcástico y un lenguaje popular y espontáneo de gran riqueza léxica. El carácter popular es lo que da la originalidad a su obra.
La trama argumental suele consistir en personas u objetos perdidos y luego encontrados con final feliz. Algunas de sus obras son: Mostellaria (La comedia del fantasma), Aulularia (La comedia de la olla, en la que se inspiró Molière para crear El avaro), Captivi (Un esclavo hecho prisionero con su dueño se hace pasar por éste para conseguirle la libertad), Miles Gloriosus (El soldado fanfarrón). Las obras de Plauto ejercen gran influencia en el teatro inglés del siglo XVI y en todo el teatro europeo de los siglos XVI y XVII.
Terencio (190?-159 a. C.)
Es más fiel al original griego, sobre todo a Menandro. La obra de Terencio es más refinada y reflexiva que la de Plauto, pero menos divertida y vivaz. Su lenguaje, más cuidado, no tiene la originalidad del de este. Trata de darles a sus personajes rasgos personales, una mayor penetración psicológica y un comportamiento ejemplar. Sus obras son ya dramas burgueses en los que cobran importancia el humanismo y los sentimientos y que tienen un carácter moralizante.
Algunas de sus obras son: Hecyra (Joven matrimonio mal avenido), Los Adelfos (Dos hermanos que se educan en ambientes distintos: rigurosa disciplina para uno y ambiente más liberal para otro), El Eunuco (Parásito que hace una graciosa apología de su oficio). La obra de Terencio sirve de inspiración a la comedia posterior, sobre todo a la francesa del siglo XVII.
Autores de Tragedia
Dejando a un lado a Accio (el mejor autor de tragedias según los romanos), del que sólo nos han llegado algunos fragmentos de su obra, el autor de tragedias latino fue Séneca (siglo I d. C.), del que sí tenemos varias obras completas, basadas sobre todo en las del autor griego Eurípides (Medea, Fedra…), pero también en las de los otros trágicos: Agamenón, de Esquilo, o Edipo, de Sófocles.
La característica fundamental de su estilo es la intensidad del patetismo trágico; sus obras también están cargadas de reflexiones filosóficas. Séneca destierra por completo la influencia de los dioses, pintando al hombre como dueño de su propio destino. Sus obras parecen concebidas más para la lectura que para la representación. No tienen acción, sino que se limitan a presentar los acontecimientos desde varios ángulos. Séneca influirá mucho en los dramaturgos occidentales como Racine, Shakespeare o Unamuno, que en su tragedia Fedra traslada el argumento clásico a un ambiente rural de nuestro tiempo.