Superación personal: Ejemplos de éxito frente a la adversidad

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Más allá de tus fuerzas

Números 14:24

"Pero a mi siervo Caleb, por cuanto lo ha animado otro espíritu y decidió ir detrás de mí, yo lo haré entrar en la tierra donde estuvo, y su descendencia la tendrá en posesión."

Introducción

En la esfera de la vida siempre hay personas que saben superar sus deficiencias. Alcanzaron lo que otros consideraban imposible con una actitud positiva, "personas con otro espíritu". La palabra espíritu se halla escrita con la letra minúscula al inicio; esto se refiere a la actitud. Estos hombres, por su actitud, rompieron la regla de lo común e hicieron proezas.

  • Charles Elwood Yeager: Rompió la barrera del sonido y el hombre pudo conquistar el espacio. Fue seleccionado para volar con el avión propulsado con cohetes, en el programa del Comité Nacional Consultivo de Aeronáutica (NACA), para la investigación del vuelo de alta velocidad. Yeager rompió la barrera del sonido el 14 de octubre de 1947, volando con el X-1 experimental y a una altura de 45.000 pies (13.700 metros). Dos noches antes del vuelo histórico, Yeager se rompió dos costillas mientras montaba a caballo, pero eso no le impidió asumir el reto de conquistar el espacio. Él tenía otra actitud, una actitud de ir más allá de sus fuerzas. Su actitud le permitió triunfar. El avión, al momento de atravesar la barrera del sonido, es estremecido en toda su estructura, causando vibración al cuerpo del piloto. Sin duda hubo dolor por su lesión, pero no se dio por vencido.

  • Albert Einstein: Catalogado por sus maestros, psicólogos y fisicomatemáticos como retrasado mental. Inventó la teoría especial de la relatividad y fue catalogado como el científico más importante del siglo XX. No le importó que lo llamaran retraído. Se dice que él mismo decía, que de no ser por su personalidad nunca hubiera inventado la teoría de la relatividad. Él se animaba a sí mismo, su actitud le permitió ir más allá de las expectativas negativas que tenían de él.

  • Un joven atleta colombiano: Sus padres no podían ayudarlo para correr en el maratón de Nueva York. Tomó una mochila, puso unos harapos y un cambio de ropa y se fue caminando, corriendo, en camiones hasta llegar a la frontera de México y Estados Unidos. Deshidratado y mal alimentado le contó a un oficial de Inmigración cuál era su sueño. Él vio algo especial en la actitud del joven, le compró el boleto de camión y le tramitó un permiso de tres días. Compitió, no ganó, llegó en el número 500 de 5000 competidores. Un reportero por casualidad lo entrevista dando a conocer su experiencia. La sociedad colombiana, al mirar su actitud, le juntó dinero, medio millón de dólares en su bolsillo. Tenía otro espíritu.

Estos hombres alcanzaron metas en lo natural, se esforzaron y lograron sus sueños. En este tiempo se necesita hombres y mujeres que estén dispuestos a dar el extra, seguros de lo que desean, seguros de lo que son capaces de hacer.

I. Las actitudes negativas nos limitan

  1. El negativismo los detuvo (Números 13:28,29): Observaron los obstáculos. Había gigantes, ciudades fortificadas. En este mundo no se logra nada útil ni grande sin esfuerzo y sacrificio.
  2. El desánimo los condenó a fracasar (Números 13:33): Ellos mismos se veían y consideraban como insectos ante el reto de conquista que estaba frente a ellos. No había ánimo ni voluntad para conquistar. No sabían, ni estaban convencidos de que eran capaces de hacer.
  3. El fracaso los llevó a la muerte (Números 14:29): Todos murieron en el desierto, sin esperanza, sin gloria.

Cuando las circunstancias parecen difíciles, es cuando se necesita "otro espíritu". Los obstáculos es todo aquello que hay que superar. Se necesitaba agotar los esfuerzos antes de quejarse. Yo quisiera que alguien se levantara con otra actitud, aquellos que tienen tiempo en la Iglesia pero su actitud es de apatía, de no triunfar, de seguir igual. Se necesita un grupo de creyentes con "otro espíritu".

II. La victoria es del más perseverante

Números 13:30

"Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: -- Subamos luego, y tomemos posesión de ella, porque más podremos nosotros que ellos." Caleb estaba convencido que tenía la capacidad para conquistar la tierra. Su convicción era de guerrero.

1. Actitud de vencedor

  • Más podremos nosotros que ellos. No importa qué tanto tengamos que luchar, la victoria será nuestra. Caleb sabía que para poder saborear la recompensa había que negarse a darse por vencido.
  • La actitud de Caleb fue reconocida por Dios. "Hubo en él otro espíritu", un espíritu de darlo todo para obtener la victoria. La tierra prometida inspeccionada superaba los obstáculos por más grandes que estos fueran. Qué importaba si había gigantes, la palabra de Dios ya había sido dada, "la tierra es vuestra". Dios ya en su palabra le ha dado la victoria a la humanidad, ahora depende de nosotros esforzarnos para apropiarnos de las promesas.

2. La recompensa del esfuerzo

  • 45 años más (Josué 14:10): Caleb tuvo que caminar 45 años en el desierto por causa de aquellos que no quisieron esforzarse por conquistar la tierra. Pero no murmuró, no se quejó, esperó su momento de reclamar lo que hacía tanto tiempo anhelaba. Sus manos se miraban cansadas por el tiempo, la edad, pero este hombre estaba listo para la conquista. "Dijo: me siento con la misma fuerza".
  • El pódium se conquista con esfuerzo: El pódium de Caleb fue Hebrón. Caleb pudo haber elegido las planicies para conquistar, pero no quiso nada sencillo, eligió la montaña. El lugar que pisaron sus pies antes de la conquista. Estoy listo para echar fuera a los gigantes.

Aplicación

Si las circunstancias no nos favorecen, y al parecer todo nos resulta contrario, recordemos las palabras de Thomas Carlyle que dijo: "Puede ser un héroe lo mismo el que triunfa que el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate". Caleb no abandonó el combate y a la edad de 85 años se subió al pódium, el monte Hebrón. Como dice el escritor a los Hebreos: "Sacaron fuerzas de la debilidad, se hicieron fuertes en batalla". Nuestro pódium es la salvación y no podemos detenernos, quizá nos va a tomar tiempo llegar a él, pero no podemos detenernos, no podemos abandonar la carrera, es necesario continuar hasta llegar a la meta.

Recordemos que si abandonamos la carrera no tendremos victoria. Yo quiero subir al pódium, yo quiero ver desde lo alto, con la medalla en mi mano, a aquellos que luchan todavía. Quiero animarlos, quiero decirles como nos dice Caleb: "No importa el tiempo, lo que importa es que llegues".

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