Superación Humana: Nietzsche, Platón y la Alienación
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La teoría del superhombre de Friedrich Nietzsche y el mito de la caverna de Platón son dos conceptos filosóficos que abordan la idea de la superación humana y la búsqueda de una existencia superior. Nietzsche, en su obra "Así habló Zaratustra", introduce la noción del superhombre como aquel individuo que trasciende las limitaciones de la moral convencional y crea sus propios valores. Para Nietzsche, el superhombre es alguien que vive una vida auténtica, desafiando las normas establecidas y manifestando su voluntad de poder. Esta figura representa la capacidad del individuo para liberarse de las cadenas de la moralidad tradicional y alcanzar su máximo potencial.
Por otro lado, el mito de la caverna de Platón, narrado en su obra "La República", presenta una alegoría sobre el proceso de conocimiento y liberación del alma. En este mito, los prisioneros encadenados en una caverna representan a la humanidad que vive en un estado de ignorancia, limitada por las percepciones sensoriales y las creencias falsas. El ascenso fuera de la caverna hacia la luz del sol simboliza el camino hacia el conocimiento verdadero y la comprensión de las formas ideales. Este proceso de liberación espiritual lleva al individuo a una comprensión más profunda de la realidad y de sí mismo.
Aunque tanto el superhombre de Nietzsche como el proceso de liberación del mito de la caverna de Platón apuntan hacia la idea de la superación humana, difieren en su enfoque y su concepción de la excelencia. Mientras que Nietzsche enfatiza la importancia de la individualidad y la creación de valores propios, Platón resalta la búsqueda de la verdad y la comprensión de las formas eternas e ideales.
En resumen, ambos conceptos invitan a reflexionar sobre el potencial humano y el camino hacia una existencia más plena y significativa.
La Alienación
La alienación es el proceso por el cual un individuo o colectividad transforma su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que se espera de su condición. El hombre se realiza por su trabajo y la conciencia del hombre se vuelve víctima de sus relaciones de producción social. La propiedad privada aliena al hombre, transforma el fin en medio. Por eso Marx dice que hay que abolirla.
El obrero trabaja para el capitalista, el cual cambia el producto de su trabajo por un salario fijo. La diferencia entre el valor de lo producido y lo pagado se llama plusvalía, que es el beneficio del capitalista. Cuanto más produce el obrero, menos capital se invierte. El obrero no es dueño de lo producido, por eso el trabajo es alienado. Ya no se realiza en su trabajo.