Sociedad, Cultura y Literatura en los Siglos XIII y XIV: Un Panorama Histórico

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La Sociedad y la Cultura en los Siglos XIII y XIV

Durante el siglo XIII, la derrota infligida a los almohades en la batalla de las Navas de Tolosa (1212) puso en marcha una nueva ofensiva de los reinos cristianos, que se iban consolidando a medida que avanzaba la Reconquista. En efecto, el territorio de Al-Ándalus se vio reducido y fragmentado. En el territorio cristiano se produce por entonces una interesante mezcla de culturas, sobre todo en la ciudad de Toledo: los cristianos (muchos de ellos llegados desde Europa a través de la ruta jacobea) convivieron con los musulmanes y con los judíos. Esta relativa prosperidad del siglo XIII permite el desarrollo en la península de un renacimiento cultural que en el resto de Europa ya había tenido lugar durante el siglo anterior. Fue entonces cuando se fundaron las primeras universidades.

En el siglo XIV, por el contrario, hay una sensación general de crisis, tanto en la península ibérica como en el resto de Europa. La Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra (que implicó en mayor o menor grado a las demás naciones europeas) y la terrible Peste Negra de 1348 provocaron en Europa un elevado número de víctimas y un clima de profundo desasosiego. Por otra parte, la rígida sociedad medieval comienza a evolucionar al amparo de los nuevos núcleos urbanos, también conocidos como burgos. La expansión de las ciudades fue muy notable en zonas como el norte de Italia y en los Países Bajos. Se desarrolla en este contexto la burguesía, ligada a la artesanía y a las actividades comerciales. Su creciente empuje abre paso a una nueva mentalidad, más práctica y apegada a los placeres de la vida, como la que aparece en el Libro de Buen Amor, del Arcipreste de Hita.

La Literatura de los Siglos XIII y XIV: Cambios en la Creación Literaria

A lo largo del siglo XIII se instauran de modo definitivo las lenguas vernáculas como lenguas de cultura, papel que hasta entonces había correspondido al latín. Tanto el castellano como las demás lenguas romances del norte de la península rebasan el uso cotidiano y familiar para irrumpir en los ámbitos de la redacción de leyes y de la creación literaria. Resulta fundamental en este proceso la figura del rey Alfonso X, quien llevó a cabo lo que puede considerarse la primera normalización lingüística del castellano. En efecto, al emprender la monumental tarea de traducir toda la cultura de su tiempo, el rey Sabio y sus colaboradores se enfrentaron, por ejemplo, a la necesidad de un vocabulario científico y técnico. Aunque a menudo no tuvieron más remedio que adaptar al castellano términos procedentes del árabe o del latín, siempre que era posible utilizaban la palabra romance, el castellano derecho.

Paralelamente, Alfonso X realizó un importante esfuerzo por desarrollar una sintaxis castellana más completa y flexible y por fijar las grafías. Por otra parte, a la vez que se dignifican las lenguas vulgares, surge una nueva conciencia del oficio del escritor, de modo que el anterior anonimato abre paso a las primeras personalidades literarias, tanto en catalán, con el mallorquín Ramon Llull, como en castellano.

Los Inicios de la Prosa Castellana

Antes del reinado de Alfonso X, que comenzó en 1252, el castellano solía considerarse una lengua válida para la comunicación oral en contextos familiares, mientras que la lengua de cultura era la mayoría de las veces el latín. Sin embargo, la lengua romance ya empezaba a filtrarse una y otra vez dentro de los textos latinos escritos. El primer testimonio conservado son las glosas de los monasterios de Santo Domingo de Silos (Burgos) y de San Millán de la Cogolla (La Rioja), ambas probablemente del siglo X, que son anotaciones breves en castellano para traducir pasajes latinos que ya entonces resultaban difíciles de entender. Algo parecido siguió ocurriendo en documentos públicos y privados durante los siglos XI y XII, hasta que, durante el reinado de Fernando III el Santo (en la primera mitad del XIII), aparecen algunos testimonios todavía poco importantes de prosa literaria en lengua romance.

La Escuela Alfonsí

El rey Alfonso X el Sabio, que reinó desde 1252 hasta 1284, reunió en su corte a sabios hebreos, árabes y latino-cristianos, para abordar con su ayuda la ingente empresa de sistematizar y traducir al castellano todo el saber conocido en su época. Ya en el siglo XII, la escuela de traductores de Toledo, dirigida por el arzobispo Don Raimundo, había intentado una labor similar, pero con una diferencia importantísima, ya que los libros se traducían al latín, no al castellano.

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