Singularidades Biológicas Humanas: Bipedismo, Cerebro y Lenguaje
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Biológicamente somos "peculiares", mostramos diferencias con los animales más cercanos de nuestra especie, los primates:
Diferencias Biológicas Clave
a. Somos bípedos. Lo que no es fácil. Conlleva muchos cambios: modificación del pie (fuerte talón y alineación del pulgar), columna vertebral en forma de "S", aumento de tamaño y cambio de forma de la pelvis, modificación de la inserción del cráneo en la columna vertebral...
b. Liberación de la mano. Consecuencia del bipedismo. Ya no se tienen que utilizar los miembros anteriores para el desplazamiento. Además, la mano es distinta de la de los primates, el pulgar es oponible (más largo, fuerte y móvil) lo que permite manipular con gran destreza objetos pequeños.
c. Aumento de la capacidad craneal y desarrollo del cerebro. Desarrollo del neocórtex y mayor extensión de la corteza cerebral lo que posibilita un mayor número de conexiones neuronales. En él se asientan una serie de capacidades (memoria y capacidad de aprendizaje, imaginación creativa, capacidad de razonamiento, etc.) que sobrepasan cualitativa y cuantitativamente las de cualquier otra especie conocida.
d. Ortognatismo. Es decir, mandíbula más corta y en forma parabólica, no en forma de "U" como en los primates. Dientes más pequeños y músculos masticadores menos desarrollados.
e. Desarrollo de los órganos fonadores. La laringe se alarga más allá de la faringe lo que crea una cavidad de resonancia que permite emitir muchos más sonidos que los primates.
Implicaciones Antropológicas
La antropología humana ofrece una serie de posibilidades que no se encuentran en la de los antropoides: si los brazos no tienen que cumplir ninguna función de punto de apoyo para el cuerpo, las manos quedan libres y pueden desempeñar muchas funciones que antes se realizaban con la boca: recoger alimentos, desgarrarlos, transportarlos, etc. La mandíbula queda reducida a órgano masticador de un alimento que puede ser previamente reducido y tratado con las manos. En consecuencia, el hueso de la mandíbula puede ser mucho más fino, e igualmente la musculatura del cráneo y de la cara; la musculatura de la cara puede ser lo suficientemente fina y diferenciada como para permitir articular un lenguaje humano y para que aparezca un rostro como el humano. De un modo gráfico y drástico se puede decir que el hombre habla porque tiene manos.
Por tanto, la liberación de las manos dota al hombre de un instrumento de gran movilidad que puede realizar múltiples funciones y que tiene una gran precisión de movimientos.