El Sexenio Revolucionario (1868-1874): Crisis y Transformación en España
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El Sexenio Revolucionario (1868-1874)
Contexto Histórico
Durante el reinado de Isabel II, se llevaron a cabo una serie de reformas con el objetivo de establecer un régimen liberal moderado. Sin embargo, en 1868, la sociedad española, en busca de una mayor democratización, se levantó contra la monarquía. La Revolución Gloriosa, un auténtico movimiento popular, destronó a Isabel II y la obligó a exiliarse.
El Liberalismo y la Propiedad Privada
La revolución liberal, iniciada en 1808, sentó las bases para un nuevo ordenamiento jurídico en torno a la propiedad. El liberalismo consideraba la propiedad privada como un derecho natural fundamental, esencial para el desarrollo individual y la prosperidad nacional. Se buscaba garantizar la igualdad de oportunidades y la libertad económica.
El Estado, en este contexto, tenía una doble función: proteger el derecho a la propiedad y evitar cualquier limitación a la misma. La correlación entre propiedad y libertad era un pilar fundamental del pensamiento liberal.
Estructura Social y Conflictos
El racionalismo liberal, si bien defendía la igualdad de derechos, reconocía la existencia de una jerarquía social basada en la capacidad y la propiedad. Esta estructura clasista se componía de la aristocracia, la Iglesia, el ejército, la burguesía, los campesinos y el proletariado.
Las clases más bajas, especialmente los campesinos sin tierra, protagonizaron diversas revueltas y sublevaciones, marcando el inicio de su participación en la vida política. Este periodo vio el surgimiento del movimiento obrero español.
Conflictos Coloniales y Cantonales
La inestabilidad política en la península, junto con la acción de grupos independentistas, desencadenó un conflicto colonial en Cuba. Paralelamente, la negativa del gobierno republicano a declarar un estado federal provocó la insurrección cantonal. Ciudades como Cartagena se autoproclamaron cantones independientes, desafiando al poder central.
La Revolución de 1868: Un Movimiento Interclasista
La Revolución de 1868 fue un movimiento popular que aglutinó a diversas capas de la sociedad: la clase media urbana, el proletariado industrial, los campesinos y parte de las élites. El objetivo común era la instauración de un sistema constitucional y democrático, similar a los movimientos europeos de 1848.
Etapas del Sexenio Revolucionario
1. Revolución de 1868 o Gloriosa
El 19 de septiembre de 1868, el almirante Topete, con el apoyo de Prim y Serrano, se sublevó en Cádiz. La población civil se unió al levantamiento, formándose juntas revolucionarias por todo el país. Isabel II, sin apoyos, se vio obligada a exiliarse en Francia. La Revolución de Septiembre marcó el triunfo de un nuevo liberalismo y de una sociedad civil más activa.
2. Gobierno Revolucionario y la Regencia
Ante la ausencia de un monarca, se estableció una regencia presidida por el general Serrano, mientras que Prim asumió la dirección del gobierno. Diversas corrientes políticas propusieron candidatos al trono vacante. Cánovas del Castillo comenzó a organizar un partido para la restauración de la monarquía borbónica en la figura de Alfonso XII, mientras que Carlos VII, pretendiente carlista, también aspiraba al trono.
3. Reinado Constitucional de Amadeo I
Gracias a las gestiones del general Prim, Amadeo de Saboya fue elegido rey por las Cortes en noviembre de 1870. Sin embargo, el asesinato de Prim dejó al nuevo monarca sin un apoyo sólido. La división de los progresistas, las agitaciones obreras y la crisis colonial debilitaron el reinado de Amadeo I. En febrero de 1873, abdicó, dando paso a la proclamación de la Primera República.
4. La Primera República
La Asamblea Nacional eligió a Figueras como presidente de una república unitaria. Su principal objetivo era convocar Cortes Constituyentes para elaborar una nueva Constitución. Sin embargo, la república enfrentó numerosos problemas: la guerra carlista en el norte, la crisis cubana y la tensión social. A pesar de ello, se implementaron medidas democráticas como la amnistía y la abolición de la esclavitud en Puerto Rico.
La falta de apoyo a la república unitaria llevó al triunfo de los republicanos federales en las elecciones. Figueras dimitió y las Cortes proclamaron la república democrática federal, con Pi i Margall como presidente. Las discrepancias entre los republicanos federales sobre la organización del Estado llevaron a la revolución cantonal, iniciada en Cartagena. Pi i Margall, incapaz de aprobar su proyecto de Constitución, fue sucedido por Salmerón, quien se centró en restablecer el orden mediante la represión de los movimientos obreros y cantonales.
Salmerón, defensor de una república unitaria, dimitió por discrepancias con su gobierno. Le sucedió Emilio Castelar, cuyo objetivo principal fue restablecer el orden frente a la guerra carlista y la crisis cubana. Los federales intransigentes intentaron derrocar a Castelar, pero el general Pavía, con el apoyo de la Guardia Civil, disolvió las Cortes en enero de 1874, poniendo fin a la Primera República.
5. La Restauración Borbónica
Tras el golpe de Pavía, el general Serrano asumió el poder. La burguesía catalana presionó para la restauración de la monarquía borbónica. A finales de 1874, el general Martínez Campos proclamó a Alfonso XII como rey, con el apoyo del ejército. Cánovas del Castillo, artífice de la Restauración, entregó el poder a la burguesía, iniciando una nueva etapa en la historia de España.