De la Segunda República al Franquismo: Transformaciones Políticas y Económicas en España (1933-1975)

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La Segunda República: Bienio Radical-Cedista, Revolución de 1934 y Elecciones de 1936

Tras la dimisión de Azaña, se celebraron elecciones en 1933. La abstención del anarquismo favoreció el triunfo de la coalición de derechas, con Lerroux al frente del Partido Radical y el apoyo de la CEDA. La izquierda temía por el futuro de la República, lo que llevó a la preparación de armas y a la fallida insurrección anarquista de 1933. Paralelamente, se produjeron conversaciones entre Calvo Sotelo y Mussolini.

Aunque la CEDA fue el partido más votado, Alcalá Zamora no nombró presidente a su líder, Gil-Robles, por dudas sobre su lealtad republicana. Los socialistas, por su parte, iniciaron una insurrección. Lerroux y la CEDA buscaron desmantelar las reformas del bienio anterior, promulgando una Ley de Amnistía que benefició a Sanjurjo y planteando una reforma constitucional de corte conservador. El proceso de reforma agraria se paralizó, generando grandes enfrentamientos entre la derecha y la izquierda.

Ante la posible entrada de la CEDA en el gobierno, Lerroux formó un nuevo gabinete con tres ministros de esta formación. Los republicanos de izquierda y los socialistas consideraron esto una traición, lo que desencadenó una insurrección armada. La Alianza Obrera convocó una huelga general que triunfó en Asturias, donde la milicia obrera instauró un régimen revolucionario. Franco fue enviado a reprimir la insurrección, con un saldo de ejecuciones sumarias y torturas.

Se inició un programa de contrarreforma social que favorecía los intereses terratenientes. Alcalá Zamora se negó a una reforma conservadora de la Constitución. Los escándalos de corrupción y las ansias de poder de la CEDA llevaron a Alcalá Zamora a disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones para 1936, en las que se enfrentaron el Bloque Nacional y el Frente Popular.

El Frente Popular, que aglutinaba a las fuerzas de izquierda y que contó con el voto anarquista, ganó las elecciones. Se formó un gobierno republicano con apoyo del PSOE, gracias a un acuerdo con Azaña. El nuevo gobierno decretó una amnistía para los presos de la revolución asturiana, restableció el Estatuto de Autonomía de Cataluña y reanudó la reforma agraria.

Casares Quiroga fue nombrado presidente del gobierno. La derecha, cada vez más radicalizada, buscaba acabar con la República mediante un golpe de Estado militar. El clima de violencia se intensificó, con brotes de anticlericalismo, la ilegalización de Falange, huelgas, ocupaciones ilegales y motines. La CEDA se radicalizó tras las elecciones. El asesinato del teniente Castillo por milicias socialistas y el posterior asesinato de Calvo Sotelo, líder de la derecha, precipitaron los acontecimientos. El 18 de julio de 1936, un levantamiento militar contra la República, con tropas en Marruecos, dio comienzo a la Guerra Civil.

El Franquismo: Autarquía y Transformaciones Económicas

A mediados de los años 50, la dictadura franquista estaba consolidada. Se produjo un reconocimiento internacional y una institucionalización autoritaria con la Ley de Principios del Movimiento Nacional en 1958. España se definía como un Estado autoritario católico. La Ley Orgánica del Estado de 1967 y la designación de Don Juan Carlos como sucesor al trono en 1969 consolidaron una monarquía autoritaria basada en las Leyes Fundamentales. La represión se cebó con la oposición, especialmente con el movimiento obrero, como se evidenció en la huelga de tranvías en el País Vasco, Andalucía y Cataluña. El movimiento estudiantil también fue reprimido, destacando los sucesos de 1956, con enfrentamientos entre estudiantes antifranquistas y falangistas.

La Autarquía

La autarquía se caracterizó por la búsqueda de una industria autosuficiente, con licencias para importar productos, la creación del INI y la formación de monopolios. El Estado intervenía en la economía, regulando los precios. Las cartillas de racionamiento, que desaparecieron en 1952, fueron un símbolo de la grave penuria de los años 40, en plena "noche de la industrialización" española. El país estaba atrasado, y la corrupción y el mercado negro eran moneda corriente.

El Desarrollismo

En los años 50, se firmaron acuerdos con Estados Unidos (1953), que supusieron una apertura económica. En 1957, se incorporaron ministros del Opus Dei al gobierno. En 1959, se implementó el Plan de Estabilización, que incluía medidas de liberalización, la devaluación de la peseta y la intervención estatal. Se inició un crecimiento sostenido, conocido como el "milagro económico español" (1960-1975), impulsado por las inversiones extranjeras, las remesas de los emigrantes españoles en Europa y los ingresos del turismo. Se fomentó la industrialización con planes de desarrollo, liderados por López Rodó, y se crearon polos de desarrollo para industrializar regiones atrasadas. Se desarrollaron infraestructuras, pero persistieron desequilibrios regionales y una fuerte dependencia energética. La crisis del petróleo de 1973 puso fin a esta etapa de crecimiento.

Transformaciones Sociales

La gran transformación trajo consigo cambios sociales significativos: un incremento demográfico de 5 millones de personas (el "Baby Boom"), un éxodo masivo del campo a la ciudad (3 millones de personas), una menor urbanización y una disminución de la población agraria. Se consolidó una clase media con nuevos referentes culturales y una sociedad de consumo. La mujer se incorporó al trabajo y a la universidad. Se redujo el analfabetismo, con un aumento de la escolarización en el bachillerato y la universidad. La sociedad española se acercaba cada vez más a la europea.

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