Segunda República Española: Reformas, Constitución de 1931 y Ascenso de la Derecha

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La Segunda República: la Constitución de 1931 y el Bienio Reformista

Tras unas elecciones municipales el 12 de abril de 1931, interpretadas como un plebiscito sobre el cambio de régimen, los firmantes del Pacto de San Sebastián lograron una coalición electoral victoriosa. El rey Alfonso XIII, falto de apoyos, partió al exilio. Así se instauró la Segunda República (1931-1936), un ambicioso intento de modernización política que buscaba adecuar el marco legislativo e institucional a los acelerados cambios sociales y económicos de la época.

El nuevo régimen se proclamó el 14 de abril y apenas encontró resistencia. El Gobierno provisional fue constituido casi íntegramente por los miembros del Comité Revolucionario formado un año antes a raíz del Pacto de San Sebastián. La proclamación de la Segunda República española se produjo en un momento muy complicado para el parlamentarismo, marcado por la consolidación del régimen soviético, el fascismo italiano, el nazismo alemán y la dictadura austriaca. Además, el mundo atravesaba una difícil coyuntura económica derivada de la crisis del 29.

Grupos Políticos del Gobierno Provisional

  • Antiguos monárquicos: Alcalá-Zamora y Maura.
  • Republicanos moderados tradicionales: Martínez Barrio y Lerroux (Partido Radical).
  • Republicanos intelectuales: Manuel Azaña (Acción Republicana), Marcelino Domingo y Albornoz (Partido Radical Socialista).
  • Socialistas: Prieto, Fernando de los Ríos y Largo Caballero.
  • Regionalistas o nacionalistas moderados: Casares Quiroga y d'Olwer.

La Constitución de 1931

La principal tarea del nuevo gobierno fue convocar elecciones a Cortes constituyentes. Las elecciones se celebraron en junio de 1931 y dieron una gran mayoría a la coalición gobernante. El PSOE se convirtió en la formación parlamentaria más numerosa, seguido por los radicales de Lerroux, los radical-socialistas y el partido de Azaña. Se dedicaron a debatir el texto de la futura Constitución.

La nueva norma configuraba un régimen democrático, parlamentario, laico y descentralizado, en el que se recogía la función social de la propiedad. Esta Constitución velaba por la soberanía popular; el poder legislativo unicameral estaba representado por el Congreso de los Diputados; el poder ejecutivo lo ejercían el jefe del Gobierno y el presidente de la República; y el poder legislativo tenía preeminencia sobre el ejecutivo. Además, se establecía el Tribunal de Garantías Constitucionales, y el poder judicial estaba en manos del Tribunal Supremo.

Mediante sufragio universal se elegía a los diputados a Cortes (voto femenino en 1933). El presidente de la República era designado de forma indirecta por compromisarios. Las corporaciones municipales también eran elegidas por sufragio universal. La Ley Electoral favorecía al ganador en cada circunscripción, lo que beneficiaba a las mayorías. Por ello, los partidos se unieron en bloques o coaliciones.

También se contempló la aprobación de estatutos de autonomía en las regiones y la formación de cabildos insulares en Canarias y Baleares. Se extendió una serie de derechos individuales y se reconocieron derechos sociales como el acceso a la Seguridad Social, protección del trabajo infantil y femenino, limitación de la jornada laboral o el salario mínimo. También se limitó el derecho a la propiedad y se establecía la posibilidad de nacionalizar servicios (transportes, telefonía…).

Además, se terminó con el subsidio al clero y se prohibió ejercer la enseñanza a las órdenes religiosas, así como el permiso para poder divorciarse. Esto provocó la oposición radical de toda la derecha católica y la Iglesia.

El Bienio Reformista (1931-1933)

Entre abril de 1931 y septiembre de 1933, se desarrolló el Bienio Reformista. Durante este período, por motivos religiosos, dimitieron Alcalá-Zamora y Maura (octubre de 1931). Además, la negativa a seguir colaborando con los socialistas motivó la salida del Gobierno de los ministros del Partido Radical, Martínez Barrio y Lerroux (diciembre de 1931). Pese a todo, Alcalá-Zamora fue elegido presidente de la República (diciembre de 1931-abril de 1936) mientras Azaña ocupaba la presidencia del Gobierno (hasta 1933).

Reformas Implementadas

  • Ley de Reforma Agraria: Pretendía llevar a cabo una redistribución de la propiedad para satisfacer la demanda de los jornaleros sin tierras. Encontró oposición en Castilla y el proceso se interrumpió casi completamente a partir de 1934. Creó gran alarma entre los terratenientes y enormes esperanzas entre los jornaleros, sin satisfacer ni a unos ni a otros.
  • Reformas laborales de Largo Caballero (UGT): Se llevaron los beneficios de la legislación laboral al campo. Las principales medidas adoptadas fueron:
    • Ley de Contratos de Trabajo.
    • Ley de Jurados Mixtos.
    • Ley de Intervención Obrera.
    • Ley de Términos Municipales.
    • Ley de Laboreo Forzoso.
    • Ley de Accidentes de Trabajo en el Campo.
    • Imposición de la jornada laboral de ocho horas.
  • Plan de Obras Públicas: Para generar empleo.
  • Reforma del Ejército: Se redujo el número de oficiales, se reorganizó la Administración y la enseñanza militar, se modernizaron las escalas y se sometió la jurisdicción militar a la civil.
  • Estado laico: Se promulgó la Ley de Congregaciones Religiosas y la enseñanza religiosa dejó de ser obligatoria.
  • Política educativa y cultural: Influenciada por la Institución Libre de Enseñanza, se buscó imitar el modelo francés y crear un sistema educativo unificado, público, laico y gratuito (al menos en la enseñanza primaria). Se implantó la coeducación, se concedieron becas y se dotaron a las pequeñas localidades de bibliotecas. Se llevaron a cabo las Misiones Pedagógicas y se pusieron en marcha experimentos de socialización de la cultura, como la Barraca.
  • Estatuto de Autonomía de Cataluña: Aprobado en septiembre de 1932 tras un largo debate. Se celebraron las primeras elecciones al parlamento autónomo de Cataluña, ganadas por Esquerra Republicana con Macià como presidente de la Generalitat, sucedido por Lluís Companys. Los estatutos vasco y gallego fueron detenidos en las Cortes y aprobados durante la Guerra Civil, por lo que el gallego no llegó a aplicarse.

Problemas y Oposición

Surgieron varios problemas, como la conspiración militar que se puso en marcha en abril de 1931 a manos del general Sanjurjo, que encabezó un golpe de Estado en agosto de 1932. El golpe solo triunfó en Sevilla y hubo de enfrentarse a una huelga general organizada por los sindicatos. Sanjurjo fue detenido y condenado a muerte, aunque fue indultado por los gobiernos de centro-derecha en 1934.

Grupos de la Derecha Antiliberal

  • Fascistas: Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), fundadas por Ledesma y Redondo, y Falange Española, liderada por José Antonio Primo de Rivera. Ambos se unieron para construir FE de las JONS.
  • Carlistas: Comunión Tradicionalista, con milicias armadas como el requeté, destacando en Navarra.
  • Monárquicos alfonsinos: Renovación Española, liderada por Goicoechea y con Calvo Sotelo como portavoz.
  • Derecha católica antiliberal: Aglutinada en torno a Alianza Popular, núcleo de la CEDA, liderada por Gil Robles, con las JAP como organización juvenil.

Movimiento Obrero

  • Anarquistas: En la CNT existía una facción, representada por Pestaña, partidaria de un sindicalismo apolítico. La mayor parte de sus dirigentes se decantaron por la línea anarquista insurreccional que promulgaba la FAI, liderada por Oliver y Durruti. Se promovieron huelgas generales e insurrecciones rurales, siendo los incidentes más graves en Casas Viejas.
  • Comunistas: PCE, liderado por José Díaz, y el Partido Obrero de Unificación Marxista, liderado por Nin y Maurín.

Elecciones de 1933 y el Bienio Radical-Cedista

El Gobierno presidido por Azaña tenía problemas para mantener una mayoría parlamentaria favorable. Alcalá-Zamora destituyó a Azaña y nombró a Lerroux, que ensayó varias fórmulas de gobiernos de coalición republicana. Alcalá-Zamora disolvió las Cortes y convocó elecciones para noviembre de 1933.

En ellas, la derecha antiliberal estuvo más organizada y se presentó en coalición la Unión de Derechas y Agrarios, controlada por Gil Robles. Su programa electoral se basaba en la supresión de las reformas y la revisión de la Constitución. Los radicales de Lerroux pactaron con otros republicanos de derecha y con la CEDA. Los de izquierda estaban divididos. Además, las mujeres pudieron votar por primera vez en la historia de España.

Las elecciones dieron el triunfo a las candidaturas de centro-derecha, con predominio de la CEDA y el Partido Radical de Lerroux. Comenzó así el Bienio Radical-Cedista (1933-1936).

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