La Segunda República Española: Elecciones, Constitución y Reformas (1931-1935)

Elecciones de 1931 y Periodo Constituyente

Las elecciones de abril de 1931 fueron ganadas por las fuerzas republicanas, lo que llevó al rey Alfonso XIII a abdicar y el 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República Española. El nuevo régimen fue recibido con entusiasmo por las clases medias y populares, y con temor por las élites económicas.

Elecciones y Proclamación de la República

En primer lugar, se convocaron unas elecciones municipales con sufragio universal masculino. La fuerza política ganadora fue la de los republicanos-socialistas, firmantes del Pacto de San Sebastián. El nuevo gobierno provisional convocó elecciones a Cortes Constituyentes. Después, las elecciones generales corroborarían la victoria republicano-socialista.

La Constitución de 1931

La Constitución de 1931, redactada durante el mandato de Niceto Alcalá Zamora, fue muy avanzada ideológicamente. El Estado se configuraba de forma “integral”, pero se aceptaba la posibilidad de gobiernos autónomos. El poder legislativo era exclusivamente de las Cortes, que eran unicamerales. El poder ejecutivo pertenecía al gobierno (Consejo de Ministros, jefe del gobierno y presidente de la República). El poder judicial se confiaba a jueces independientes. Por otro lado, la Constitución incluía amplios derechos y libertades: igualdad ante la ley, educación y trabajo, derecho de voto a las mujeres, laicidad del Estado, reconocimiento del matrimonio civil y divorcio, etc. Todo ello produciría fuertes discrepancias entre la izquierda y la derecha, sobre todo con la cuestión religiosa y autonómica. Ante la situación, Manuel Azaña pasa a jefe de gobierno y Alcalá Zamora a presidente de la República.

Fuerzas Políticas

Las fuerzas políticas durante la República se dividían en partidos de izquierda y derecha. En general, la izquierda era partidaria de la laicidad del Estado, la reforma agraria, los derechos sociales y laborales, y la autonomía. La derecha defendía la confesionalidad del Estado, la propiedad agraria tradicional y un Estado unitario.

Izquierda

• Partidos Republicanos de Izquierda: Acción Republicana de Azaña y Partido Radical-Socialista.
• Partidos Autonomistas de Izquierda: Esquerra Republicana.
• Partidos Obreros Izquierdistas: Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unión General de Trabajadores (UGT), Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y Federación Anarquista Ibérica (FAI), y Partido Comunista.

Derecha

• Partido Radical
• Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA)
• Partidos Autonomistas de Derecha: Lliga Regionalista.
• Partidos Contrarios a la República: Renovación Española, Comunión Tradicionalista, Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) y Falange Española.

Bienio de Izquierdas (1931 – 1933)

Reformas y Problemas

El gobierno presidido por Manuel Azaña impulsó un programa de reformas para modernizar y democratizar la sociedad española.

Reformas

• Religiosa: La República pretendía secularizar la población, algo que quedó plasmado en la Constitución de 1931. Se prohibió a las órdenes religiosas dedicarse a la enseñanza, la Compañía de Jesús fue disuelta y sus bienes nacionalizados. Se produjo el resurgimiento de movimientos anticlericales y, con ellos, la quema de conventos y edificios religiosos.
• Militar: Para la modernización del ejército, se redujo el número de militares y oficiales. Se promulgó la Ley de Retiro de la Oficialidad, que establecía que los oficiales en activo debían prometer su adhesión a la República; de lo contrario, podían retirarse y conservar íntegramente su sueldo. Se creó la Guardia de Asalto, una fuerza de orden público. La reforma fue considerada por los africanistas como una agresión a la tradición militar.
• Agraria: Con la reforma agraria se pretendía acabar con el latifundismo y mejorar el nivel de vida de los jornaleros. Se decretó la Ley de Reforma Agraria, cuyo objetivo no era la colectivización de la tierra, sino su modernización. Esta ley permitía la expropiación sin indemnización de las tierras de los grandes de España y la expropiación con indemnización de las tierras cultivadas deficientemente o arrendadas sistemáticamente. Su aplicación fue llevada a cabo por el Instituto de Reforma Agraria (IRA), aunque dicha aplicación encontró graves obstáculos. Los grandes propietarios se opusieron rotundamente y los campesinos vieron frustradas sus esperanzas en la República, adoptando posturas más revolucionarias.
• Autonómica: Se configuró un Estado que permitía a las regiones con sentimientos nacionalistas tener una organización propia. Ejemplos de ello son Cataluña, donde se aprobó un Estatuto de Autonomía, y el País Vasco, que inició el Estatuto de Estella. Francesc Macià fue elegido presidente de la Generalitat y José Antonio Aguirre, primer lendakari.
• Educativa: Se promovió una educación liberal, laica y extendida a toda la población. Se crearon 10.000 escuelas y se impulsaron las Misiones Pedagógicas para mejorar el nivel cultural de los más humildes.
• Laboral: Dirigida por Largo Caballero, buscaba mejorar las condiciones laborales. Se estableció la semana laboral de 40 horas, se estimuló el aumento de los salarios y la creación de seguros sociales.

Problemas

El Bienio de Izquierdas coincidió con una grave depresión económica mundial, que empeoró los problemas internos de la economía española: paralización de la emigración a América y el consiguiente aumento del paro. A ello hay que sumar la subida de salarios decretada por el gobierno, que hizo descender los beneficios empresariales y disminuyó la inversión privada.

En el plano social, había un descontento generalizado por la lentitud de las reformas, que alcanzó su punto álgido en 1933 y unió a la CNT, socialistas radicales y comunistas. Las huelgas, insurrecciones y ocupaciones de tierras fueron en progresivo aumento; un ejemplo de ello es la sublevación campesina propiciada por anarquistas en Andalucía (Casas Viejas).

El gobierno sufrió un enorme desgaste. El centro-derecha se reestructuró, y el Partido Radical de Lerroux y la CEDA de Gil Robles aumentaron sus afiliados. Renovación Española de Calvo Sotelo, las JONS y Falange realizaron una intensa actividad de agitación. En este contexto, el general Sanjurjo protagonizó un golpe de Estado en agosto de 1932, que fracasó estrepitosamente.

Bienio Conservador (1933 – 1935)

Todo ello evidenció la debilidad de la coalición republicano-socialista. Azaña dimitió y Zamora convocó elecciones para noviembre. La izquierda se presentó desunida a los comicios, mientras que la derecha, vencedora de las elecciones, lo hizo unida y organizada. Comenzaba así el Bienio Conservador o Bienio Negro. Alcalá Zamora, presidente de la República, confió la formación del gobierno al Partido Radical, dejando de lado a la CEDA, que había conseguido importantes votos.