Santa Sofía de Constantinopla: La joya arquitectónica del arte bizantino

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Santa Sofía de Constantinopla

Introducción

La obra es una construcción de tipo religioso. Sin embargo, hay que partir del hecho de que Santa Sofía no se concibe como una basílica para el pueblo, sino como una gran basílica para el emperador Justiniano, construida junto a su palacio con toda la magnificencia cortesana, factor que contribuyó a su esplendor.

La gran basílica de Justiniano venía a sustituir las antiguas iglesias de Constantino y Teodosio (también dedicadas a Santa Sofía).

Autores

Los autores de la construcción fueron: Antemio de Tralles como teórico, es decir, como autor del plano, e Isidoro de Mileto como ingeniero, materializando la idea del anterior. A estos se puede añadir a Isidoro el Joven, sobrino de Isidoro de Mileto, quien construyó la cúpula definitiva en el año 568, tras el derrumbe de la primera a causa de dos terremotos en la década de los 50.

Materiales

  • Mármoles de diversas cores y pórfido en las columnas.
  • Piedra en sillares para los pilares y en los muros.
  • Ladrillo en los muros.
  • Ladrillo y mortero en las cubiertas.

Características arquitectónicas

La obra, en su conjunto, recoge en gran medida toda la tradición y los avances técnicos de la arquitectura romana.

Planta

Logra sintetizar magistralmente la planta basilical de tres naves de tradición occidental y la planta centralizada de tradición oriental.

Como planta basilical, está precedida por un doble nártex y tiene tres naves separadas por arcos de medio punto sobre columnas, inscritas en una planta de cruz griega, con una inmensa cúpula que centraliza la concepción espacial del edificio.

La nave central es el doble de ancha que las laterales y conduce, como espacio longitudinal, hacia la ábsida semicircular. En cambio, las laterales acaban en un testero plano y tienen dos niveles.

Sistema constructivo

Es abovedado en todo el edificio, con la gran cúpula en la nave central y con bóvedas de arista en las naves laterales, que quedan aisladas visualmente de la gran sala central y, por tanto, con un papel muy secundario. Esta disposición acentúa la idea de espacio centralizado.

Lo más destacable es la gran cúpula. Una cáscara gallonada por 40 nervios y 40 plementos curvos, reforzada en el exterior mediante 40 nervaduras cortas colocadas a estrechos intervalos. Está construida con materiales de poco peso, como ánforas, que permiten abrir el anillo de ventanas, dando la sensación de que la cúpula flota. Tiene 31 metros de diámetro y se levanta a 55 metros del suelo. El peso de la cúpula se reparte en un proceso concatenado, encadenado a través de las semicúpulas, ya que estas, que se encuentran una en la cabecera y otra a los pies, descansan a su vez en dos pequeñas exedras abiertas en los ángulos. Este sistema está afianzado, además, por cuatro enormes pilares que delimitan un cuadrado, que soportan gran parte del peso de la cúpula.

La cúpula se apoya en cuatro pechinas, soportadas, a su vez, por cuatro arcos sobre esos grandes pilares macizos. Estos cuatro pilares principales se refuerzan con cuatro contrapilares macizos disimulados en las naves laterales, cuyas cubiertas abovedadas (de arista) absorben también parte de la tensión. Finalmente, los contrafuertes exteriores contrarrestan las presiones laterales, aún demasiado fuertes.

Alzado

Se observan tres niveles:

  • Las arquerías de los dos primeros pisos se abren a la nave central mediante arcos de medio punto que descansan sobre finas columnas con capiteles bellamente decorados y cimacios labrados a trépano que permiten levantar el arco.
  • El tercer nivel es un muro con vanos por los que penetra la luz.

Los grandes pilares que sustentan el conjunto son otro elemento del alzado.

Interior

El interior impresiona por el tamaño de la cúpula y la disposición de arcos y columnas que crean un espacio amplio, diáfano y luminoso. La luz de las ventanas, que tenían vidrios coloreados, al incidir sobre mármoles y mosaicos, creaba una atmósfera irreal y de espacio desmaterializado. El resultado es un espacio dinámico y continuo en el que los espacios curvos crean un gran dinamismo.

La decoración es un elemento fundamental de este interior. Estaba constituida por mármoles de diversas cores, pórfido y basalto. Las ábsides y cúpulas se cubrieron de mosaicos de tipo geométrico, vegetal o figurativo, en los que las teselas de vidrio alternan con piedras semipreciosas.

Exterior

Esta riqueza interna contrasta con la sencillez exterior, donde Santa Sofía ofrecía a la vista una organización en volúmenes que descienden en "cascada" de manera graduada, desde la cúpula principal a las dos medias cúpulas, a las exedras menores y, finalmente, a las capillas del nivel inferior, constituyendo una auténtica sinfonía de formas constructivas. Al descender las alturas de cada nivel, el conjunto no resulta abrumador, pero la cúpula pierde importancia, pues está disimulada por un tambor cilíndrico que oculta parte de su casquete esférico. Un carácter más pesado adquieren los contrafuertes que reciben los empujes transversales de los arcos internos. Son tan gruesos que las fachadas laterales pierden algo de la agilidad constructiva del resto del edificio, pero son imprescindibles para contrarrestar las tensiones laterales que ejerce la cúpula. El muro no es estructural y está perforado por numerosos vanos.

Conclusión

Santa Sofía constituye el culmen del arte bizantino, en el que se hace patente el abandono del sentir clásico, sustituido por el dominio de lo emocional, con una arquitectura que esconde el artificio técnico para primar las sensaciones producidas por la luz, el color y el espacio.

La basílica se conservó intacta poco tiempo. Nuevos terremotos hundieron la cúpula, luego reconstruida. Pero la mayor alteración se produjo cuando los turcos convirtieron la basílica en una mezquita (1453). De ahí viene la elevación de los minaretes y la reorientación del templo, que altera el original eje longitudinal de la planta, pues la ábsida queda relegada a un segundo plano. También se cubrieron los mosaicos (los musulmanes prohíben representar figuras humanas), que los actuales trabajos de restauración están recuperando. En la actualidad es un museo.

En definitiva, es una de las obras más importantes de la historia de la arquitectura y servirá de modelo a construcciones posteriores, si bien ninguna alcanzó sus dimensiones. Habrá que esperar a la llegada del Renacimiento con Brunelleschi y su cúpula de la Catedral de Florencia.

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