Santa Sofía de Constantinopla: Arquitectura e Historia del Arte Bizantino

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Contexto Histórico del Imperio Bizantino

El Imperio Bizantino surgió de la división del Imperio Romano en el año 395 y se consolidó como potencia en Oriente, con Constantinopla como capital. En el siglo VI, Justiniano intentó restaurar el Imperio Romano y promovió la cultura basada en el derecho romano, la lengua griega y la tradición cristiana.

Tras las invasiones musulmanas (siglos VII-VIII) y el movimiento iconoclasta (siglo VIII), el imperio se orientó más hacia Oriente. En el siglo XI, inició una decadencia por conflictos internos, ataques externos y el Cisma de 1054 con la Iglesia de Roma. Constantinopla cayó en manos de los cruzados en 1204 y, finalmente, de los turcos en 1453.

El arte bizantino sobrevivió e influyó en la tradición ortodoxa.

Santa Sofía: Cumbre del Arte Bizantino

Esta basílica, Santa Sofía, es la cumbre del arte bizantino y una de las obras más importantes de la historia de la arquitectura del arte en general. Se concibe como la gran basílica del emperador Justiniano, construida junto a su palacio, lo que contribuyó a su esplendor.

Sustituye a una iglesia anterior del mismo nombre que se destruyó en un incendio en el año 360. La segunda, que se consagró en el año 415, sufrirá en 532 las consecuencias de la insurrección de Niká, tras la cual Justiniano mandará construir una nueva.

Autores y Construcción

Es obra de dos autores: Antemio de Tralles, destacado por su geometría descriptiva, que actúa como teórico, e Isidoro de Mileto, que actúa como ingeniero, dando cuerpo real a la idea anterior. A estos se le puede añadir Isidoro el Joven, que es quien construye la cúpula definitiva.

Descripción Arquitectónica

Planta

Recoge en gran medida la tradición en construcción y los avances técnicos de la arquitectura romana. Logra sintetizar la planta basilical de tres naves de tradición occidental y la planta central de tradición oriental. Esto lo consigue formando una planta de tres naves sobre una planta de cruz griega y centralizando la concepción espacial por medio de una cúpula impresionante.

Cúpula y Soportes

La cúpula descansa sobre dos grandes medias cúpulas, la primera en la cabecera y la segunda en los pies, cada una sobre dos exedras (semicúpulas) abiertas en los ángulos. Con esto se consigue:

  • Remarcar el eje longitudinal.
  • Reforzar la centralización, dadas las dimensiones de la cúpula y el efecto centralizador que crea la concentración de luz en ese espacio.
  • Situar soportes encadenados para la gran cúpula.

Así, el peso de la cúpula se reparte entre las semicúpulas laterales y cuatro grandes pilares centrales que, a la vez, transmiten el peso de la cubierta hacia los contrafuertes exteriores. Gracias a todo esto, el peso de la cúpula es conducido al suelo con un sistema llamado sistema de contrarresto.

Naves Laterales

Las naves laterales están separadas de la nave central por arcos de medio punto colocados sobre columnas y pilares, cubriéndose por medio de bóvedas de arista.

Interior

El efecto que produce adquiere toda su razón de ser en la concepción espacial única. La cúpula, de 31 metros de diámetro y 55 metros de altura, no es tan grande como la del Panteón, pero sí más espectacular, ya que el sistema de soportes hacía que pareciera "estar suspendida en el aire".

La cúpula está formada por una estructura gallonada de 40 nervios y 40 plementos curvos que apoyan en cuatro pechinas. Está construida con ladrillos puestos en círculos concéntricos y carece de tambor gracias al sistema de soportes.

Este sistema permitía abrir numerosas ventanas en la base de la cúpula, dándole mayor luminosidad, la cual también procede de las exedras mayores y menores y de los muros laterales.

La utilización de mármoles polícromos en los pilares principales lograba eliminar la percepción visual de su grosor, así como la utilización de mármoles de colores en las columnas que separaban las naves.

También destaca la utilización de capiteles bizantinos y capiteles corintios de hojas planas y con tímpanos, buscando el claroscuro, y amplios cimacios para reforzar y aguantar el apoyo de los arcos.

Los mosaicos enriquecían el interior con su fondo dorado, ya que reflejaban la luz creando una "luz celestial".

También destaca la concepción interior de sensación de amplitud que consigue la planta, el dinamismo por la alternancia de formas rectas y esféricas, y la constante combinación de salientes y entrantes, dando una sensación flexible.

Exterior

El exterior es bastante sobrio, con ladrillo de color rojo. Destaca el juego de volúmenes graduados que se aprecia en forma de cascada, desde la cúpula principal a las exedras mayores, hasta las exedras menores y, por último, a las capillas de nivel inferior.

Los contrafuertes exteriores adquieren un carácter más pesado, ya que reciben los empujes de los arcos internos. Esta basílica sufrió terremotos que ayudaron a hundir la cúpula original, pero la alteración mayor ocurrió en 1453, cuando los turcos la convirtieron en mezquita, de ahí la elevación de los minaretes y la transformación del interior. No fue muy imitada posteriormente en el mundo bizantino, pero será el modelo de las futuras mezquitas otomanas (Suleimán, Azul, etc.).

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