San Agustín: Ética, Pecado, Libertad y la Ciudad de Dios

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Ética según San Agustín

Según San Agustín, el pecado es aquello que nos aleja de Dios. Existía una postura llamada maniqueísmo, que entiende que no solo existe el bien como principio, sino que también existe el mal. El bien y el mal están en lucha entre sí. Esto querría decir que Dios creó el bien y el mal, pero si Dios creó el mal, entonces no es bueno.

San Agustín busca una solución y entiende que el mal es una ausencia del bien. Afirma que Dios solo ha creado el bien, pero este se puede ausentar. Va a distinguir dos tipos de males:

  • El mal moral: Hace referencia a cuando elegimos libremente en contra de la voluntad de Dios.
  • El mal físico: Hace referencia a las enfermedades, catástrofes naturales y la muerte. Es consecuencia del pecado y viene condicionado por la moral.

El origen del pecado surge cuando Adán y Eva se alejan de la voluntad de Dios desde su libertad. Introducen el pecado en el mundo como pecado original, y este se va transmitiendo de generación en generación. La libertad humana está limitada por el pecado original, y el hombre necesita la salvación.

La Salvación y la Fe

La salvación consiste en que el hombre pierde ese pecado original, y para poder salvarse necesita la fe. La fe es un don de Dios; Dios decide quién se salva y quién no.

Existían dos grupos:

  • Los pelagianos: Defendían que el pecado original no nos afecta; el hombre es plenamente libre de decidir si se salva o no.
  • Los origenistas: Creían que el hombre está condenado de antemano por el pecado, y solo Dios nos puede salvar.

La Teoría de la Predestinación

San Agustín plantea la teoría de la predestinación, en la que entiende que, aunque Dios sepa de antemano lo que vamos a elegir, no impide que el hombre pueda decidir libremente si salvarse o condenarse.

Habla de dos tipos de libertad:

  • El libre albedrío: Es la libertad de elegir entre el bien y el mal.
  • La verdadera libertad: La libertad de elegir el bien, siendo libres del pecado, ya que la auténtica libertad es la libertad para hacer el bien.

Además, San Agustín va a hablar de la caridad como virtud que nos lleva a amar a Dios a través de los hermanos.

Política según San Agustín

San Agustín intenta descubrir si existe algún origen detrás de la historia. Hace una reflexión sobre si hay un sentido que explique la causa de las cosas y por qué ocurren. Parte de una visión lineal del tiempo donde hay un inicio (la creación de Dios), un final (el juicio final) y en medio, la revelación.

La Ciudad de Dios y la Ciudad del Pecado

En esta historia hay dos ciudades enfrentadas: Jerusalén y Babilonia.

  • Jerusalén: Es la ciudad de Dios, donde viven ciudadanos que aman a Dios por encima de todo.
  • Babilonia: Es la ciudad del pecado, donde viven ciudadanos que están en contra de Dios.

A lo largo de la historia, estas ciudades están en constante lucha. Más tarde, esto se trasladó a dos nuevos conceptos: la Iglesia y el Estado. Según San Agustín, tenían que colaborar entre sí para obrar el bien común.

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