Romanticismo y Realismo: Claves del Siglo XIX en Literatura

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S. XIX: Romanticismo y Realismo

Conflictos sociales, mentalidad exaltada, sociedad europea inmersa en un proceso revolucionario. El realismo emerge como el estilo más pragmático. El romanticismo contrapone lo ideal y lo real, mientras que el realismo busca describir la sociedad tal como es, sin idealizarla. El escritor romántico utiliza la literatura para expresar su agitado mundo interior, y el realista para hablar de la sociedad que le rodea. El romanticismo está ligado al liberalismo, conectando con los movimientos políticos de su tiempo y las transformaciones sociales y económicas de la época. Se inicia con la restauración de las monarquías absolutas, y la revolución de 1830 dio un nuevo impulso a las corrientes liberales.

Mentalidad romántica

Un movimiento cultural complejo y amplio que repercutió en todos los aspectos de la vida, expresión de una intensa crisis social. Algunos añoran la sociedad medieval y el antiguo régimen, mientras que otros buscan el progreso y un liberalismo radical. Rasgos:

  1. Individualismo: El arte y la literatura se convierten en la manifestación del yo, de los sentimientos personales.
  2. Irracionalismo: Se valora lo irracional: emociones, sueños, fantasías.
  3. Defensa de la libertad: En todos los ámbitos. El sentimiento como única forma de conducta, buscando originalidad y estilo personal.
  4. Idealismo: Consideran al poeta y al artista como genios, con ideales inalcanzables.
  5. Nacionalismo: Frente al espíritu universalista, valoran los rasgos de cada país, su historia y costumbres.
  6. Exotismo: Ambientan sus obras en tierras lejanas o lugares no dominados por Europa.
  7. Espíritu rebelde y juvenil: Rebeldía, pasión e idealismo.

Circunstancias históricas del Romanticismo español

El desarrollo del prerromanticismo fue frenado por la Guerra de la Independencia y por el absolutismo, que perseguía a los liberales y reprimía la vida cultural. Más tarde, coincidió la implantación del liberalismo y el triunfo del romanticismo en España, estrenándose la primera obra: La conjuración de Venecia, de Francisco Martínez de la Rosa.

La sociedad del realismo

En la segunda mitad del siglo, la burguesía abandonó el espíritu romántico en busca de estabilidad y moderación. El crecimiento de la industria iba asociado al aumento de la población. España vivía todos estos fenómenos sociales con bastante retraso. Se estableció la monarquía borbónica y comenzó la Restauración, produciendo un lento desarrollo económico y cierta modernización de la vida social. El progreso científico y técnico fue impulsado por la teoría de la evolución de Darwin y las nuevas técnicas o ciencias. La creación del marxismo fue importante, ya que se convirtió en la ideología del movimiento obrero.

La literatura del realismo

Se busca la objetividad, y la subjetividad del autor y sus sentimientos deben quedar al margen de la obra. La novela se convierte en un reflejo de la vida. El punto de vista es omnisciente, donde el autor anticipa lo que va a ocurrir. Los argumentos se basan en la realidad vulgar cotidiana, buscando ser verosímiles, protagonizados por personajes comunes. La obra gira en torno a personajes que acostumbran a dar nombre a las obras, como Madame Bovary. El estilo es sobrio y sencillo. Se utiliza mucho la novela, aunque no consigue del todo su propósito, ya que describe la sociedad de la clase media.

El naturalismo

Creado por Émile Zola. El novelista estudia a sus personajes y los describe con exactitud científica, mostrando su herencia genética y el ambiente social en el que viven. Llevan sus obras a ambientes marcados por la desgracia. El escritor imita el método científico de la observación y documentación, y utiliza detalladas explicaciones del comportamiento apoyándose en la medicina y la psicología.

Poesía del S. XIX

La poesía del romanticismo

La poesía lírica adquirió un gran desarrollo durante el romanticismo, ya que describía muy bien los sentimientos como el desengaño amoroso o la soledad. Alcanzó niveles extraordinarios en Francia, Alemania e Inglaterra. En Alemania destacó Goethe con Fausto, donde habla del vivir más allá, de la ansia de la realidad. Heinrich Heine también fue importante por abandonar el tono retórico del primer romanticismo y emplear un lenguaje más sencillo. En Inglaterra destacó Lord Byron por escribir El corsario, creando la figura del héroe romántico. En Francia sobresale Victor Hugo. La poesía romántica se divide en lírica (expresa sentimientos) y narrativa (relata sucesos históricos o legendarios).

Poesía lírica

Uso de estilo retórico y alusionante con abundancia de exclamaciones. Métrica innovada formalmente, fruto del ideal de libertad creativa. Polimetría, usando muchas variaciones métricas dentro del mismo poema, con gran uso del cuarteto. El romance fue la composición favorita en España. Los temas románticos abarcan una misma gama de motivos y sentimientos como la mujer ideal, la tristeza o el desengaño.

Poesía narrativa

Poemas muy extensos que tratan temas históricos, legendarios o fantásticos. El moro expósito del Duque de Rivas, por ejemplo. También hay poemas breves como el romance, Romances históricos, de Duque de Rivas. Zorrilla se especializó en leyendas basadas en tradiciones populares y la recreación del Romancero medieval.

La poesía realista y postromántica

A mitad del siglo XIX, la poesía romántica ya daba síntomas de agotamiento. La reacción contra el sentimentalismo romántico creó varias tendencias:

  1. Poesía realista: Su representante es Ramón de Campoamor, que se burlaba del sentimentalismo romántico.
  2. Poesía ideológica: De temática filosófica, religiosa o social, que se expresa con un estilo retórico. Representante: Gaspar Núñez de Arce.
  3. Poesía posromántica: Continuadora del intimismo romántico. Bécquer y Rosalía de Castro.

Poesía de la Renaixença

Oda a la pàtria de Bonaventura Carles Aribau, que originó un florecimiento literario que se conoce como Renaixença. También poesía épica como Atlantida o Canigó.

Rosalía de Castro (posromántica)

Lideró el Rexurdimento, movimiento que recuperó la lengua y cultura gallega. En su obra poética empleó tanto castellano como gallego y publicó, por ejemplo, Follas novas, que supuso el renacimiento de la poesía tradicional gallega. En Las orillas del Sar, se observa un enlace entre la poesía becqueriana y modernista. Creó nuevas estrofas basadas en la asonancia.

José de Espronceda

Claro representante del romanticismo exaltado. Tomó parte activa en la vida política del país desde posiciones radicales, de orientación republicana y socialista.

Poemas líricos

Trató diversos asuntos como la defensa de los marginados (Canción del pirata, El mendigo, El reo de muerte) o sus ideales políticos (Al dos de mayo). La lamentación por la juventud perdida aparece en (A una estrella / A jirafa en una orgía). El estilo poético es apasionado, con gusto por el verso rítmico y sonoro, los contrastes violentos, y da mucha importancia a la musicalidad.

Poemas narrativos

El estudiante de Salamanca: Ambientado en el siglo XVII y protagonizado por Félix de Montemar, un personaje donjuanesco que simboliza la exaltada y rebelde vida romántica. Tiene 1704 versos y está dividido en 4 partes. Trata de cómo Félix seduce y enamora a Elvira. El diablo mundo: Ofrece una mezcla de distintos géneros, líricos y narrativos. El poema quedó inacabado y tiene una intención ideológica, de demostrar que el hombre es bueno por naturaleza y que es la sociedad quien lo convierte en egoísta y malvado. En la segunda parte del poema aparece el "Canto a Teresa", una emocionada elegía en la que recuerda las apasionadas relaciones que mantuvo con su amada.

Gustavo Adolfo Bécquer

Representante del posromanticismo, dirigió un ambicioso proyecto editorial sobre la Historia de los templos de España. Se colocó como redactor en El Contemporáneo, un diario que publicó buena parte de sus leyendas y artículos de actualidad.

Las Rimas

Dividida en apartados temáticos según la poesía y la inspiración poética (I-VIII), el amor ilusionado (IX-XXIX), el fracaso amoroso y el desengaño consiguiente (XXX-LI), y la soledad y la muerte (LII-LXXVI). El estilo es sencillo, sin retórica pero con gran intensidad. La poesía no debía tratar temas sociales o ideológicos, sino temas íntimos que el lenguaje usual no es capaz de expresar. Utiliza el lenguaje para hablar de los sentimientos más hondos, por ejemplo en Cartas literarias a una mujer. Bécquer tendrá una enorme influencia posterior, visible en grandes autores del siglo XX como Antonio Machado o Juan Ramón Jiménez, o de la Generación del 27 como Luis Cernuda y Rafael Alberti.

Obras en prosa

Destacan "Las leyendas", relatos fantásticos ambientados en su mayoría en la Edad Media y que expresan sus obsesiones íntimas, como la búsqueda de la mujer ideal. Se conocen leyendas como: El monte de las ánimas, Los ojos verdes, Maese Pérez el organista, El rayo de luna, La corza blanca, o El beso.

La prosa del S. XIX

Prosa romántica

La novela histórica: Se situó en épocas pasadas, en especial la Edad Media, ya que los románticos consideraban que la sociedad moderna era prosaica, vulgar y poco interesante estéticamente. El creador de la novela fue Walter Scott, conocido por Ivanhoe. La más interesante es El señor de Bembibre, de Enrique Gil y Carrasco. Situada en el Bierzo, narra los conflictos que produjo la disolución de los templarios en el siglo XIV. Mención especial merecen las leyendas de Bécquer, cuando ya había pasado la exaltación romántica, creando escenarios medievales en los que sitúa sus temas característicos. El costumbrismo: Trata la sociedad contemporánea, describe costumbres populares y personajes y oficios típicos del país. El escritor critica las tendencias modernas y evoca nostalgia a los usos antiguos. Larra se aparta de esto para defender la modernización de la sociedad. El principal costumbrista fue Ramón Mesonero Romanos, que centró su atención en la vida social madrileña, escribiendo Escenas matritenses.

Prosa realista y naturalista

La novela realista y naturalista en Europa: Experimentó un gran auge, notable en Inglaterra (Charles Dickens, que se basó en la Revolución Industrial con David Copperfield y Grandes esperanzas), en Rusia (Dostoyevski, con Crimen y castigo, que desarrolló la novela psicológica y las pasiones de los personajes; también León Tolstoi con Guerra y paz, retrato de la sociedad de su país) y en Francia (Balzac con La comedia humana, que es un fresco de la sociedad francesa del momento, y Gustave Flaubert con Madame Bovary, en la que narra las aventuras de una mujer casada. Zola se unió al naturalismo, que se basaba en las teorías de la biología y la medicina, y escribió Nana). Generación de 1868: El realismo se introduce con retraso, y La Fontana de Oro de Galdós es la primera novela plenamente realista. Los defensores de las ideas progresistas chocaron contra los sectores católicos tradicionales, opuestos a las ideas democráticas y a las innovaciones filosóficas y científicas. Empieza la Restauración, y España se moderniza. La generación está formada por novelistas que inician la Restauración, como José María de Pereda con Peñas arriba, Pepita Jiménez de Juan Valera, y Galdós y Emilia Pardo Bazán. Tenían una tendencia regionalista, y escribían sobre sus ambientes más próximos: Valera-Andalucía, Pereda-Cantabria, Galdós-Madrid, Clarín-Asturias, Bazán-Galicia. El naturalismo en España: La incidencia en los escritores es bastante escasa, solo Clarín con La Regenta, Galdós con La desheredada y Bazán con Los pazos de Ulloa. La crisis del naturalismo y la reacción espiritualista: Reacción antinaturalista. Valera, Galdós, Bazán y Clarín ponen el acento en la psicología de los personajes y en sus problemas morales y espirituales. Galdós inicia un cambio de rumbo con La incógnita y Realidad. Clarín, en su prólogo a sus Cuentos morales, proclamaba su nuevo pensamiento. La novela de la Renaixença: Narcís Oller, La papallona.

Prensa y ensayo

Prensa decimonónica: Diarios como El Imparcial, El Liberal, El Heraldo de Madrid, o La Ilustración Española y Americana, son algunas de las publicaciones más destacadas. El ensayo decimonónico: Larra hace la muestra más importante. Entre los pensadores más tradicionalistas destacan Jaime Balmes y Juan Donoso Cortés. El principal representante de los pensadores liberales es Francisco Giner de los Ríos.

José de Larra

Fundó el diario satírico El Duende Satírico del Día, que duró poco tiempo. Empezó a publicar una revista satírica, El Pobrecito Hablador. Después, bajo el régimen liberal, pudo expresarse con mayor libertad con el seudónimo de Fígaro. Larra tuvo mucho éxito, pero cada vez estaba más decepcionado con la política, y entró en una decepción también por sus fracasos amorosos.

Artículos periodísticos

Artículos de costumbres: Modernización del país. Contribuir a reformar todo su amor por la patria. Artículos políticos: Defensa del modelo liberal. Artículos literarios: Se muestra ecléctico en la polémica entre neoclásicos y románticos. Escribió diversos ensayos sobre este tema.

Benito Pérez Galdós

Obra literaria muy extensa. Sus novelas se agrupan en tres apartados: Episodios nacionales, novelas de la primera época y novelas contemporáneas.

Episodios nacionales

Constituyen una amplia reconstrucción novelada de la historia de España en el siglo XIX. La primera serie está protagonizada por Gabriel Araceli, un muchacho que interviene en los principales acontecimientos de la Guerra de la Independencia. La segunda son los últimos episodios de la guerra que supuso el retorno al absolutismo.

Novelas de la primera época

Están ambientadas en la época contemporánea, como La Fontana de Oro. También destacan Doña Perfecta, Gloria, y La familia de León Roch. Todas ellas tratan el enfrentamiento ideológico que dividía España. Mención aparte merece Marianela, obra que narra el trágico idilio entre una chica y un muchacho ciego, que la idealiza mientras desconoce su fealdad.

Novelas contemporáneas

Constituyen un amplio retrato de la sociedad española, donde aparecen todas las clases sociales de la época. La desheredada, influida por el naturalismo, trata de una pobre muchacha loca. Fortunata y Jacinta, es su obra maestra, que usa para trazar un minucioso panorama de la sociedad española. Etapa espiritualista: temas morales y espirituales con La incógnita y Realidad, o con Nazarín (de un sacerdote que choca con el egoísmo) o con Misericordia (una criada que practica la caridad cristiana).

Leopoldo Alas, "Clarín"

Su producción literaria es una gran producción novelística, con obras como La Regenta o Su único hijo. El autor empezó comentando obras y acabó exponiendo sus ideas sobre las corrientes literarias de la época. Sus importantes cuentos, como Adiós, Cordera, tienen una gran importancia en la literatura española.

La Regenta

Una novela muy importante, solo comparable a Don Quijote. Es un retrato de la complejidad de Vetusta (Oviedo), que al mismo tiempo asume la representación de la sociedad española de la Restauración. Hace una irónica crítica. Va de la atmósfera social asfixiante, con su protagonista: Ana Ozores. La obra se divide en dos partes, y es una novela de acción que da mucha importancia a las descripciones. Autor omnisciente que muestra mucha ironía.

Teatro del siglo XIX

El teatro romántico

Características: Expresa el conflicto entre ideales y realidad, entre el individuo y la sociedad. Sus características son el amor apasionado, condenado al fracaso que choca contra las normas sociales. Para los románticos, el teatro tenía que emocionar al público. La ambientación medieval sitúa los conflictos de la época en otra lejana. Prescindieron de las unidades neoclásicas y vacilaron entre el verso y la prosa. Se impuso el verso. Desarrollo del teatro romántico español: Destacaron los estrenos, con obras como La conjuración de Venecia, de Francisco Martínez de la Rosa, y Macías, de Larra. Los dos dramaturgos más destacados son el Duque de Rivas y José Zorrilla. El primero escribió Don Álvaro o la fuerza del sino, que supuso el triunfo del romanticismo y rompía con el estilo neoclásico, y el segundo es autor de Don Juan Tenorio, una recreación del mito de Don Juan.

El teatro de la segunda mitad del siglo XIX

Ambientación contemporánea e intención moralizante, conocido como alta comedia. Sus principales representantes son Manuel Tamayo y Baus, autor de Un drama nuevo, y Adelardo López de Ayala, autor de El tanto por ciento. Tuvo continuidad en la producción de José Echegaray, con El gran galeoto, y logró un premio Nobel. Galdós escribió Electra, que creó gran polémica por la denuncia de la religiosidad fanática. El teatro de la Renaixença: Serafí Pitarra dio inicio, pero Ángel Guimerà lo elevó con su obra maestra Terra baixa.

José Zorrilla

Su producción dramática le ha hecho ser el autor más famoso del romanticismo español, con su verso fácil y sonoro, sus temas de perspectiva patriótica y religiosa. Su obra dramática abarca una treintena de piezas.

Don Juan Tenorio

Su obra teatral más famosa, basada en El burlador de Sevilla y El estudiante de Salamanca, introduce una importante modificación en el argumento clásico al enamorarse de doña Inés. Dividida en dos partes, la primera expone la vida libertina de Don Juan, la seducción de doña Inés y su rapto. La segunda, cuando ya ha muerto de pena doña Inés, trata de la transformación que llevará a Don Juan a la redención. Tuvo un éxito extraordinario, maneja con maestría la acción dramática y se apoya en una versificación variada de ritmo altisonante pero fluido y fácil.

La conjuración de Venecia, de Francisco Martínez de la Rosa. El origen del hombre, de Darwin. El capital, de Karl Marx. Fausto, y Las cuitas del joven Werther de Goethe. El corsario, de Lord Byron. El moro expósito, Don Álvaro o la fuerza del sino de Duque de Rivas. Las orientales / La leyenda de los siglos / Nuestra señora de París / Los miserables, de Victor Hugo. Granada, Don Juan Tenorio, El puñal del godo, El zapatero y el rey, "Traidor, inconfeso y mártir", de José Zorrilla. El estudiante de Salamanca, de Espronceda. Romances históricos, Don Álvaro o la fuerza del sino de Duque de Rivas. Cantares gallegos / Follas novas / En las orillas del Sar, de Rosalía de Castro. Canción del pirata / El mendigo / El reo de muerte / Al dos de mayo / A una estrella / A jirafa en una orgía / El estudiante de Salamanca / El diablo mundo / Canto a Teresa, de Espronceda. Rimas, Cartas literarias a una mujer, Las leyendas, El monte de las ánimas, Los ojos verdes, Maese Pérez el organista, El rayo de luna, La corza blanca, o El beso, de Bécquer. El señor de Bembibre, que fue la obra más representativa en novela histórica, de Enrique Gil y Carrasco. Escenas Matritenses, de Ramón Mesonero Romanos. David Copperfield, Grandes esperanzas, de Dickens. Crimen y castigo de Dostoyevski. Guerra y paz de Tolstoi. La comedia humana de Balzac. Madame Bovary de Gustave Flaubert. Nana de Émile Zola. La fontana de oro, La incógnita, La realidad, Episodios nacionales, Doña Perfecta, Gloria, La familia de León Roch, Marianela, La desheredada, Fortunata y Jacinta, La incógnita, Realidad, Nazarín, Misericordia, de Galdós. Peñas arriba, de José María de Pereda. Pepita Jiménez, de Juan Valera. La cuestión palpitante, La tribuna, Los pazos de Ulloa, de Emilia Pardo Bazán. La Regenta, Cuentos morales, Su único hijo, Adiós, cordero, de Clarín. La papallona, de Narcís Oller. Macías, de Larra. El trovador, de Antonio García Gutiérrez. Los amantes de Teruel, de Juan Eugenio Hartzenbusch. Terra Baixa, de Ángel Guimerà.

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