El Romanticismo en la Literatura: Características, Autores y Obras

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Características de la Literatura Romántica

El Romanticismo en literatura significa libertad, en la elección de la forma y en la elección del contenido. Se trata de una literatura revolucionaria por cuanto supone la liquidación de la norma clásica y la enemiga de los neoclásicos.

A) Características Ideológicas

• Subjetivismo y Egocentrismo

El rasgo distintivo del movimiento romántico es su arraigo en lo subjetivo. El principio de organización es el sujeto, concebido como Yo individual. Los románticos convirtieron al sujeto individual en el punto de vista desde el que había de considerarse el mundo, por lo que tuvo este movimiento un carácter profundamente introspectivo.

En la literatura romántica también se exageró el valor de lo individual y lo subjetivo. Por tanto, el tema preferido es la exhibición de la intimidad: sentimientos, anhelos, dudas, de ahí que la lírica fuera el género más característico del momento.

Si la razón tiene sus límites, son necesarias otras formas de conocimiento, que para los románticos son la intuición, la imaginación y el instinto (postulados de la filosofía idealista de Fitche, Shelling o Hegel). De ahí la importancia de emociones, sueños o fantasías que permiten bucear en el inconsciente para descubrir allí los impulsos no racionales. Frente a la razón, se levanta ahora la bandera del sentimiento, siempre arrebatado, aun cuando se tiña a veces de melancolía. La expresión se hace intensa, confusa y desigual porque ha desaparecido el sentido del buen gusto y el ideal de perfección. No interesa la armonía, la belleza serena, sino excitar violentamente la sensibilidad del lector.

• Libertad

El reino de la libertad absoluta es el ideal romántico, el principio de toda ética romántica: libertad formal en el arte, rechazando la tiranía de las reglas y entendida como necesidad del individuo para explorarse y explorar el mundo exterior. El romántico no puede aceptar leyes ni sumisión a ninguna autoridad. Así se da una atracción por personajes marginales y transgresores como Titán, Prometeo, Caín o Lucifer como ángel caído. El héroe romántico es un ser que se enfrenta a Dios y le interroga acerca del misterio de la vida.

• Insatisfacción y Desengaño

La exagerada afirmación del Yo conduce al romántico al aislamiento, a la soledad. Desde el punto de vista del arte, es claro que el yo del artista pasa a ocupar el primer plano de la creación y en sus obras se traslada el choque entre el yo y la realidad prosaica y gris que no da satisfacción a sus anhelos e ideales, lo que produce en el artista romántico un hondo desengaño, un tedio y un hastío vitales (le mal du siècle) que lo llevan a un violento enfrentamiento con el mundo y a rebelarse contra todas las normas morales, sociales, políticas o religiosas

• Evasión

Para escapar de ese mundo en el que no encuentra cabida su idealismo extremo, el romántico opta por escapar de esa realidad inmediata que no le gusta. Esa evasión puede conducirlo a épocas pretéritas, como la Edad Media, o a lugares lejanos o exóticos como Oriente, o América o, la misma España, que para muchos escritores europeos era prototipo de país romántico con sus antiguas tradiciones y su peculiar folclore. Como una forma extrema de evasión, aparece a veces el recurso al suicidio, que puso de moda (y no sólo ente los personajes de ficción) el Werther de Goethe escribió el Fausto.

Además de la evasión temporal o espacial, adquiere especial importancia la huida de la realidad mediante el refugio en sí mismo, con lo que el gusto por la soledad se convierte en uno de los temas románticos por excelencia. Esto justifica la preferencia por lugares solitarios como castillos, cementerios, jardines, espacios recónditos, etc.

• Nacionalismo

Los románticos, que han perdido la fe en los valores absolutos tradicionales, encuentran un asidero existencial en la revalorización de un espíritu comunitario que los ligue a su entorno. Es ahora cuando se reivindican los conceptos de pueblo, patria y nación surgiendo un especial interés por la lengua, la literatura y el folclore.

• Naturaleza dinámica

Frente a la naturaleza artificiosa y bucólica característica del Neoclasicismo, que ofrecía una visión ordenada, serena y dulce, el artista romántico representa la naturaleza en forma dramática, en movimiento, de forma agreste, dura, falta de proporción y con preferencia por la ambientación nocturna. La Naturaleza se identifica con los estados de ánimo del creador y, según sean éstos, es turbulenta, melancólica o tétrica, pero, a la vez, la naturaleza está por encima de todo, lo que deja traslucir cierta concepción panteísta del universo, como puede advertirse en el tópico romántico de las ruinas, que simbolizan el predominio de la naturaleza sobre el hombre y sus obras.

B) Características Formales

• Ausencia de reglas

Junto a esta renovación temática, hay una no menos importante renovación estilística, pues al campo formal se lleva también el anhelo de libertad. Para el romántico copiar a los clásicos es falsear la realidad porque ésta no tiene reglas. La literatura aboga por la mezcla de géneros.

• Renovación métrica

Hay una ampliación de las formas métricas. Los románticos acudieron a nuevos ritmos acentuales e inventaron nuevas combinaciones estróficas. En definitiva, la métrica romántica es un claro precedente de la modernista. Asimismo, la tendencia grave, apasionada y dramática del Romanticismo mostró predilección por el metro largo y las rimas sonoras.

• Renovación léxica

El Romanticismo abre las puertas a un caudal léxico: neologismos, arcaísmos, cultismos, extranjerismos. Las voces más prestigiosas no lo son ya por su carácter latino o antiguo, sino por el valor emocional. Hay por ello predilección por las palabras procedentes de campos semánticos del sentimiento, el dolor y la desesperación: arrebato, delirio, ilusión, sombra. Es, además, significativo el exceso de adjetivación y la pretensión de un vocabulario más espontáneo, directo y enérgico.

• Exaltación retórica

La vehemencia sentimental y expresiva explica la sobreabundancia de exclamaciones, frases entrecortadas, puntos suspensivos, hipérboles y, en general, un tono de hinchazón retórica caracterizado por el lenguaje figurado con la abundancia de imágenes, metáforas y comparaciones. Nada de sencillez: exceso verbal, ironía, burla del artista de su obra, etc.

Aunque la unanimidad del movimiento romántico reside en una manera de sentir y de concebir al hombre, la naturaleza y la vida, cada país produce un movimiento romántico particular, distinto; incluso cada romanticismo nacional desarrolla distintas tendencias. En Francia o en España se suelen distinguir un romanticismo de apariencia católica y nacional de otro más liberal y materialista. En Alemania o Inglaterra, se diferencia un primer romanticismo de un segundo movimiento, más maduro y menos teórico. Veamos cómo se manifiesta este sentir romántico de manera más detallada

Los Romanticismos Europeos

El Romanticismo alemán

El Romanticismo inglés

El Romanticismo francés

El autor más universal en este periodo será Víctor Hugo, quien en el teatro proclama el liberalismo en el arte, el derecho del escritor a aceptar solo las reglas dictadas por su fantasía; es la vuelta a la verdad, a la vida; reivindicar el derecho del escritor de, si ello gusta, codearse con lo sublime y con lo grotesco, y de contemplar el mundo desde su punto de vista personal. Escribió obras teatrales como Hernani y novelas como Nuestra Señora de París. Sin embargo su obra más recordada es una extensa novela, Los miserables, de 1862, que refleja la historia de la sociedad francesa y de las revoluciones del siglo XIX en ese país a través de su protagonista, el presidiario Jean Valjean.

El Romanticismo en España

Lírica

1. José de Espronceda (1808-1842)

El poeta que mejor representa el modelo de poeta rebelde romántico es Espronceda. Su faceta literaria más importante es la de la poesía, tanto en su vertiente lírica como en la narrativa. En esta obra poética a lo largo de la vida del autor se percibe una clara evolución que permite dividirla en varias etapas, pero de las que nos quedaremos con la más típicamente romántica:

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