Ríos de España: Distribución por Vertientes (Mediterránea, Atlántica, Cantábrica)
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Geografía
Escrito el en español con un tamaño de 4,82 KB
Definición de Vertiente
Se llama vertiente al conjunto de cuencas cuyas aguas vierten al mismo mar. En España, los ríos peninsulares se distribuyen en tres vertientes hidrográficas entre las que hay una gran disimetría: Mediterránea, Atlántica y Cantábrica.
Vertientes Hidrográficas
Vertiente Mediterránea
Esta vertiente drena el 25% del territorio peninsular. Además de los ríos, es frecuente la aparición de torrentes. Las principales características de los ríos mediterráneos son las siguientes:
- Son cortos (a excepción del Ebro) porque nacen en montañas próximas al mar.
- Son poco caudalosos, porque la mayoría no nace a gran altura y porque discurren por zonas de escasas precipitaciones.
- Tienen una gran irregularidad debido al clima, ya que presentan grandes crecidas en épocas de lluvias torrenciales y prolongados estiajes por la falta de lluvias y gran aridez estival.
- Sus caudales están muy regulados, por la gran explotación a la que son sometidos para el abastecimiento de áreas muy pobladas y para los regadíos agrícolas.
El principal río de la vertiente mediterránea es el Ebro, que nace en Cantabria y desemboca en Tortosa, en el mar Mediterráneo, donde forma un gran delta. Es el río más caudaloso de España, sobre todo por el agua que recibe de los afluentes de alta montaña. Algunos afluentes importantes son: Aragón, Gállego, Segre y Jalón.
Otros ríos importantes de esta vertiente son: Ter, Llobregat, Turia, Júcar y Segura.
Vertiente Atlántica
Los ríos de esta zona tienen características distintas según se encuentren más al norte o más al sur. De todos modos, a excepción de los ríos gallegos, son ríos largos porque nacen lejos del mar.
En lo referente a la caudalosidad y los regímenes fluviales encontramos más diferencias:
- Los ríos gallegos (Sil y Miño) son caudalosos y bastante regulares durante todo el año.
- Los ríos atlánticos andaluces tienen un régimen pluvial con caudales muy parecidos a los de los ríos mediterráneos y con una irregularidad semejante debido al clima. Dentro de los ríos atlánticos andaluces, el más relevante es el Guadalquivir que, por su longitud y por recibir importantes afluentes de las cordilleras Béticas, tiene características específicas (nace en la Sierra de Cazorla y fluye casi a nivel del mar durante buena parte de su recorrido, hasta su desembocadura en una gran zona pantanosa en Sanlúcar de Barrameda).
Entre los ríos gallegos y los atlánticos andaluces se encuentran los grandes ríos meseteños:
El Duero
Nace en el Sistema Ibérico y drena la Meseta Norte, formando la mayor cuenca fluvial de toda la península ibérica. Su principal particularidad es que en su desembocadura, en Oporto, es el río peninsular más caudaloso, lo que se debe a la gran cantidad de afluentes que recibe de la Cordillera Cantábrica y del Sistema Central, pero sobre todo, que en su curso bajo recibe muchas lluvias y afluentes caudalosos.
Afluentes: Pisuerga, Esla y Tormes.
El Tajo
Nace en el Sistema Ibérico y desemboca en Portugal (Lisboa) formando un estuario. Es el río más largo de la península ibérica. Al discurrir más al sur, en áreas con menos lluvias, tiene una irregularidad considerable y no tiene un caudal importante, pero aumenta de manera considerable cuando discurre por Portugal, por las lluvias que recibe en la parte final de su recorrido.
Afluentes: Jarama, Alberche, Tiétar y Alagón.
El Guadiana
Tiene un caudal mucho menor que el Duero o el Tajo, pese a tener una longitud considerable. La causa es que nace en montañas y drena áreas muy áridas y con escasas lluvias, por lo que su caudal está muy influenciado por la pura alimentación en cabecera y por los escasos caudales de los afluentes que recibe.
Vertiente Cantábrica
Comprende una estrecha franja de tierra desde el norte de Galicia hasta la frontera francesa. Los ríos cantábricos son cortos, por la proximidad al mar de las montañas en las que nacen, y muy caudalosos y regulares, porque discurren por áreas de clima oceánico, con abundantes precipitaciones repartidas durante todo el año.
Los ríos de esta vertiente tienen un gran poder erosivo por nacer en montañas cerca del mar y por lo abundante de su caudal, lo que hace que sean muy apropiados para el aprovechamiento hidroeléctrico.
Ejemplos: Nalón, Nervión y Narcea.