Revolución Industrial: Maquinismo, Capitalismo y Transformaciones en el Siglo XVIII

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La Revolución Industrial: Orígenes y Desarrollo

La Era del Maquinismo: Máquinas, Vapor y Fábricas

Con una población y una agricultura en crecimiento, otro elemento básico de transformación fue la innovación tecnológica. Las máquinas, al principio muy sencillas pero eficaces, fueron sustituyendo al trabajo manual y modificando los antiguos sistemas artesanales. Cada progreso técnico implicaba un aumento de la productividad y una disminución de los costes de producción, lo cual permitía vender más barato, aumentar la demanda y obtener mayores beneficios.

  • Las primeras máquinas que se introdujeron estaban accionadas por la fuerza humana y, luego, por energía hidráulica.
  • Pero la fuente de energía que revolucionó la producción y los sistemas de transporte fue el vapor.
  • La máquina de vapor, inventada por James Watt en 1769, usaba el carbón como combustible y permitió el abandono de las energías tradicionales, convirtiéndose así en el símbolo de la Revolución Industrial.

La mecanización y la introducción de nuevas fuentes de energía impulsaron la generalización del sistema fabril de producción. Este consiste en la concentración de los obreros y las máquinas en grandes edificios industriales: las fábricas, donde, a diferencia del sistema artesanal, tiene lugar la división del trabajo, es decir, cada obrero realiza tan solo una pequeña parte de la cadena de producción.

La Industria Textil

En Gran Bretaña, el primer sector en mecanizarse fue la industria del algodón, primero en el hilado y luego en el tejido. En el siglo XVIII existía un gran comercio de indianas, un tejido de algodón estampado procedente de la India. Pero el gobierno británico prohibió su importación y con ello estimuló la producción de este tejido en el interior del país.

Para poder fabricar más cantidad, empezaron a aplicarse una serie de innovaciones:

  • Una de las primeras fue la lanzadera volante (1733), que aumentó la velocidad del proceso de tejido.
  • Más adelante surgieron nuevas máquinas de hilar, que incrementaron la producción de hilo.
  • Finalmente, el telar mecánico (1785) completó el proceso de mecanización textil.

Carbón y Hierro: La Siderurgia

Otro sector pionero de la industrialización fue la siderurgia. Anteriormente se producía hierro, pero en cantidades pequeñas, ya que los hornos funcionaban con carbón vegetal, de escaso poder calorífico. El invento que permitió una mayor producción de hierro fue la utilización, por Darby (1732), del carbón de coque, de gran potencia calorífica. Más tarde, Bessemer inventó un convertidor para transformar el hierro en acero.

La demanda de hierro para útiles agrícolas, máquinas y ferrocarriles estimuló el surgimiento de nuevos procesos: eliminación de escorias, fabricación de láminas de hierro, etc.

La Revolución de los Transportes

El incremento de la producción agraria e industrial no tenía sentido si no era posible hacer llegar las mercancías a la población. Una serie de innovaciones revolucionaron los transportes y permitieron el aumento del comercio.

El Ferrocarril y el Barco de Vapor

Desde mediados del siglo XVIII, en Gran Bretaña y en buena parte de Europa, se produjo una mejora en las vías de comunicación tradicionales. En sus inicios, el ferrocarril se utilizaba en las minas para transportar el mineral en vagonetas que se movían sobre raíles. Las primeras innovaciones fueron un nuevo sistema de raíles de hierro y unas ruedas con pestañas que impedían el descarrilamiento del ferrocarril. Pero el fenómeno realmente innovador fue la locomotora de Stephenson (1829), que accionaba el ferrocarril mediante una máquina de vapor.

  • La primera línea de pasajeros unió las ciudades de Manchester y Liverpool (1830).
  • En los decenios siguientes, la construcción de la red ferroviaria en Europa fue un gran estímulo para el desarrollo de la siderurgia.
  • El ferrocarril acortó la duración de los trayectos, aumentó la seguridad de los viajes y, dada su mayor capacidad de carga, abarató el transporte de mercancías.

Posteriormente, la máquina de vapor se aplicó al transporte marítimo, y los barcos de vapor, construidos con hierro, sustituyeron a los de vela. Los primeros vapores comenzaron a funcionar en Estados Unidos hacia 1807, y en 1847 los barcos podían atravesar el océano Atlántico en 15 días.

El Incremento del Comercio

La Revolución Industrial dio paso a una economía de mercado en la que se producía no para el autoconsumo sino para la venta en mercados cada vez más amplios. Este cambio fue posible gracias al aumento de la producción, el crecimiento de la población y la mejora del poder adquisitivo de los campesinos y las clases populares.

Asimismo, la mejora de los sistemas de transporte permitió el aumento del comercio interior. De este modo, se ampliaron los mercados locales y paulatinamente se fue consolidando un mercado nacional.

El comercio exterior también se incrementó de manera considerable a mediados del siglo XIX. Las teorías del librecambio sostenían que la libertad de comercio entre países fomentaría el crecimiento de la economía. Sin embargo, para defenderse de la supremacía británica, muchos Estados que estaban iniciando su industrialización impusieron el proteccionismo, es decir, la defensa de la industria nacional mediante impuestos (aranceles) sobre las importaciones.

El Capitalismo Industrial

La Revolución Industrial originó el capitalismo como modelo económico y el liberalismo como doctrina política que lo sustentaba. Desde Gran Bretaña, el nuevo sistema se extendió al resto de Europa, Estados Unidos y Japón.

Liberalismo y Capitalismo

Una serie de pensadores británicos definieron, a finales del siglo XVIII, el liberalismo económico. Entre ellos destacó Adam Smith, que estableció los principios del liberalismo:

  • El interés personal y la búsqueda del máximo beneficio es el motor de la economía.
  • Los diversos intereses se equilibran en el mercado gracias al mecanismo de los precios que adapta la oferta a la demanda.
  • El Estado debe abstenerse de intervenir en el funcionamiento de la economía y permitir el libre desarrollo de los intereses particulares (librecambio).

Bajo estos principios, el capitalismo industrial se estructura como un sistema en el que los medios de producción son propiedad privada de un grupo reducido, la burguesía, y los trabajadores de las fábricas, los obreros, sin propiedad, se emplean a cambio de un salario.

En el capitalismo, la falta de planificación y el constante aumento de la producción originan crisis económicas que se repiten cíclicamente. Estas crisis se producen porque la oferta tiende a aumentar más rápidamente que la demanda, lo que conlleva la quiebra de las empresas que acumulan demasiados *stocks*. La consecuencia de todo ello es el aumento del paro obrero.

Bancos y Finanzas

Los bancos resultaron una institución muy importante en el desarrollo del capitalismo, ya que suministraban capital a las empresas (préstamos), actuaban de inversores directos (compra de acciones) y facilitaban los pagos mediante cheques y letras de cambio. En consecuencia, la banca se convirtió en intermediaria entre los ahorradores, que entregaban su dinero en depósito, y los industriales, que necesitaban capitales para invertir.

Las empresas exigían grandes aportaciones de dinero, que un solo empresario no podía suministrar. Entonces surgieron las sociedades anónimas, mediante las cuales el capital que requiere una empresa es fraccionado en partes (acciones). Estas pueden ser adquiridas y vendidas por cualquier particular en una institución especializada: la Bolsa de Valores.

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