RESUMEN DEL mito de la caverna de Platón

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El fragmento pertenece al libro 7 del dialogo la república. Enmarcado en el llamado mito de la caverna. La intención general de platón es mostrar de qué manera podemos conocer el bien y formar a los nuevos gobernantes sabios d la polis. Es un relato metafórico x la diferencia d expresar que estatuto tiene las ideas y el conocimiento intelectual. Nos encontramos en el periodo en la que la teoría de las ideas llega a su madurez y en un dialogo que versando aparentemente sobre la justicia, recoge las ideas fundamentales de platón sobre la polis ideal.

Idea

Es según Platón, la verdadera realidad, y por tanto el verdadero conocimiento tiene por objeto la Idea. Las Ideas no pueden ser captadas a través de los sentidos, sino sólo a través de la parte racional del alma.
Para que esto sea posible debemos suponer que existe cierta relación entre las Ideas y el alma. En efecto, Platón sostiene que nuestra alma inmortal antes de reencarnarse ha vivido en el mundo inteligible y ha conocido dichas  Ideas. Y justo así es posible el conocimiento. Las Ideas son eternas, inmutables y verdaderas. Se hallan ordenadas jerárquicamente, siendo la Idea de Bien la suprema. El conocimiento de ella es por tanto también el supremo al que sólo algunos pueden acceder mediante el ascenso dialéctico.

Ciencia /verdadera filosofía

Es según Platón, el arte dialéctica, que consiste en ascender paulatinamente desde el grado más bajo de conocimiento, la imaginación (eikasía), hasta el más alto grado: El conocimiento noético, gracias al cual podemos conocer las Ideas. Sin el conocimiento de Idea de Justicia y Bien sería imposible una praxis ética y política ideal. Es por esto último que los mejor capacitados: los filósofos, han de iniciar el recorrido dialéctico gradualmente. Dicho recorrido comienza, como hemos dicho por la imaginación, seguida de la creencia (pistis). Ambos grados no son aún verdadero conocimiento, sino “doxa”, mera opinión, centrada en el mundo sensible, que no es verdadero. El conocimiento propiamente dicho, la “episteme”, se refiere al mundo inteligible. Por lo tanto ese ascenso pasa por otros dos grados de conocimiento: uno intermedio, el “dianoético” mediante el que se captan ideas matemáticas, y, finalmente el grado “noético” gracias al cual conocemos directamente las ideas. Dentro de este último nivel, el conocimiento más elevado es el de la Idea de Bien. Una vez realizado este ascenso teórico, es preciso aplicar lo aprehendido en la práctica ética y política. Tal es el talante del filósofo: teórico y práctico.

Dialéctica

Curiosamente este término no aparece en el fragmento de la República que leeremos, allí aparece el término bajo las dos denominaciones anteriores: “Ciencia” o “verdadera filosofía”, que acabamos de tratar.

Opinión

La opinión, o “doxa”, es el falso conocimiento que nos suministran los sentidos engañosos. Es el saber propio del mundo sensible. Éste es una simple copia o imitación del verdadero mundo: el inteligible. Tanto en la “Analogía de la línea” como en el “Mito de la caverna”, la opinión se representa mediante dos grados inferiores de conocimiento: la imaginación (eikasía) y la creencia (pistis). Mediante el primero conocemos simples imágenes, mediante el segundo captamos entes físicos que imitan o participan de las verdaderas entidades: las Ideas. Por todo ello, Platón considera que este conocimiento propio de la caverna es aún falso conocimiento y que debe ser superado por un conocimiento verdaderamente epistémico: el conocimiento de Ideas, sin el cual sería imposible una praxis ética y política justas.

Justicia:

Es el ideal que persigue Platón en la “República”.La justicia es a la vez el resultado de una correcta acción política y el resultado de la armónía de las tres partes del alma. En el plano individual la justicia es el modo en que las tres partes del alma: racional, irascible y concupiscible se armonizan entre sí. En el plano político, habrá justicia en la polis cuando cada una de las clases sociales cumpla estrictamente con la función que les corresponde: los productores han de encargarse de suministrar los bienes materiales necesarios para la subsistencia; los guardianes, la defensa frente a los enemigos externos e internos; los guardianes-filósofos, han de gobernar según la idea de Bien, centrándose en el bien común.

Estado

No es meramente un territorio, sino la organización política del mismo. En este sentido, Platón sostiene que el Estado ideal debe estructurarse en tres clases sociales y cada una de ellas debe cumplir con su función específica. La pertenencia a cada una de las clases viene determinada por la parte del alma que en cada individuo predomine. La clasificación se efectúa por las capacidades que los ciudadanos muestren en el proceso educativo, sin distinción de sexo. Así, en aquellos que predomine la parte concupiscible del alma, serán productores; en los que predomine la irascible, serán guardianes; y en aquellos que predomine la racional serán los guardianes-filósofos, cuya función en el seno del Estado será la de gobernar con vistas al bien común y la justica. Platón establece unas condiciones de vida muy concretas para cada una de las clases. En el caso de los gobernantes filósofos serán célibes y no poseerán bienes propios. Los guerreros tampoco tendrán derecho a la propiedad, vivirán en comunidad y tendrán derecho a matrimonios (concertados) con el fin de mejorar la progenie. Los productores sí tendrán derecho a la propiedad y al matrimonio.

Educación:

La “paideia” es el pilar básico del Estado, y es competencia del mismo. Su finalidad es educar a los ciudadanos en la virtud (“areté”) de modo que se alcance el preciado bien de la justicia. El ateniense no especifica la educación que recibirán los productores, pero sí la de los guerreros y los filósofos. Estos, incluidas las mujeres, recibirán educación primaria: música (en la que incluye el estudio de las letras) y gimnasia, estas dos disciplinas fortalecen atemperan y forman el alma y disciplinan el cuerpo). Dependiendo de las capacidades que manifieste cada individuo ocupará su puesto en alguna de las tres clases, el origen familiar del niño no tiene la menor importancia, según afirma en el mito de los metales y sí lo tiene la valía personal que demuestre. Desde los veinte a los treinta años, los jóvenes mejor capacitados seguirán un estricto programa de estudios en el que se incluyen las matemáticas (importantes para la estrategia militar) con el fin de darles una visión de conjunto. De los 30 a los 35 se entrenarán en la DIALÉCTICA, a la que accederán los más capacitados de entre esta segunda tanda de jóvenes. Finalizado el programa de estudios a los 35 años, este grupo selecto de ciudadanos deberán ocuparse en cargos y cuestiones propias de la clase de los guardianes a la vez que al estudio, todo ello durante 20 años. A los 55 los mejor capacitados entrarán en el conocimiento supremo: el BIEN, estos serán los futuros gobernantes.

Gobernante

Si la finalidad del Estado ideal es la consecución de la justicia y el bien de toda la comunidad, será lógico suponer que los más capacitados para ejercer el gobierno serán aquellas personas que realmente hayan contempladolas ideas de Bien y Justicia. Pero, según Platón, la mayor parte de los mortales viven en el mundo de las apariencias y confunden el Bien con "su" bien particular. El egoísmo y la ignorancia son los mayores enemigos de la polis. Por eso propone que sean los filósofos convenientemente educados en el arte dialéctica los que detenten el gobierno del Estado, porque al conocer la verdadera realidad, es decir, el mundo de las Ideas, y de entre ellas la Idea suprema, la de BIEN, no buscarán su bien particular, sino el bien de todos. Sólo así reinará la justicia y habrá paz y armónía en la polisHombre:
El ser humano es representado en La República como un prisionero ignorante que habita un mundo engañoso. Al igual que los pitagóricos, Platón considera que el ser humano es cuerpo y es alma, pero el primero aprisiona a la segunda, de tal modo que la liberación del alma supone la renuncia a lo físico o sensible. Dicha liberación se produce por un proceso ascético de renuncia a las bajas pasiones y de búsqueda de la verdad y la virtud. La filosofía es lo que nos libera y nos eleva hacia la luz de nuestro verdadero origen: el mundo de las Ideas. Por otra parte, el hombre en cuanto a mortal alcanza su plenitud en la polis en la que puede plasmar el ideal de justicia.

Alma

Platón considera que el alma es nuestro “yo personal”, lo que nos distingue a  unos  de  otros.  Es  a  la  vez “principio vital”  sin  el  cual  morimos,  y,  finalmente, es  la  facultad de conocimiento por excelencia que nos pone en contacto con la verdadera realidad: el mundo de las Ideas, y nos libera de la ignorancia a la que nos condenan nuestros sentidos. En el alma Platón distingue tres partes: racional, irascible y concupiscible. En el mito del carro alado del  Fedro se comparan las tres partes del alma con un carro tirado por dos caballos y que ha de ser dirigido por el auriga. El caballo blanco es la parte irascible; el negro la parte concupiscible, y el auriga la parte racional. Por otra parte, la distinción entre las tres partes del alma, permite a Platón estructurar la polis diferenciando tres clases sociales.

Ámbito inteligible

Es un concepto metafísico. Se refiere al mundo de las Ideas, la verdadera realidad, causa ontológica y gnoseológica del ámbito sensible. En  La República este ámbito se simboliza con la imagen del exterior de la caverna, iluminado por el sol: el Bien.  El mundo de las ideas tiene para Platón los caracteres del ser parmenídeo: fijo, inmutable, eterno y verdadero, y en él se encuentran las ideas jerarquizadas de la siguiente manera: los arquetipos o modelos de todas las cosas existentes en el mundo sensible;  las verdades matemáticas; las ideas de valores éticos y estéticos: Justicia, Belleza; y finalmente la Idea de Bien, que es la Idea suprema gracias a la cual todo existe y puede ser conocido. La relación que existe entre mundo inteligible y sensible consiste en que éste último participa, copia o imita al primero. Por esta razón interpretamos que el ámbito sensible no es verdadero y que de él sólo podemos conocer apariencias, doxa.

Ámbito sensible

Es un concepto metafísico. Se refiere al mundo que captamos a través de los sentidos. En  La
República
este ámbito se simboliza con la imagen del interior de la caverna oscura y llena de ecos, en la que los prisioneros, los seres humanos, están encadenados por la ignorancia y el peso plomífero de un cuerpo que aprisiona a un alma. El mundo sensible tiene para Platón los caracteres de la physis heraclítea: está en continuo devenir o cambio, sujeto a la generación y la corrupción, y su ser es aparente, no verdadero. El mundo sensible es imperfecto porque el Demiurgo ordenó la materia caótica siguiendo el modelo de las ideas eternas y perfectas, sin embargo la imperfección de la materia impide la perfección del mundo sensible. Pero ¿Qué relación existe entre ambos? Según Platón, el mundo sensible PARTICIPA o IMITA del o al mundo de las ideas. Se dice que el mundo sensible depende ontológica y gnoseológicamente del de las ideas. Ontológicamente porque el mundo sensible es como una copia imperfecta del mundo inteligible, y sin el modelo que son las ideas no podría existir el mundo sensible. Y gnoseológicamente porque si nuestra alma (que es la que conoce) no estuviera en contacto con las ideas, no podríamos re-conocer las cosas del mundo sensible como lo que realmente son para Platón: copias imperfectas de las ideasBien:
Es la idea suprema, causa ontológica y gnoseológica de todo lo que existe o parece existir, es decir, del mundo inteligible y el mundo sensible. Es una Idea a la que todo tiende, puesto que todo aspira a la plenitud: el Bien. Dado que es la Idea suprema, es la última en poder conocerse, de hecho es la cumbre del ascenso dialéctico que realizan los filósofos. En  La República sostiene Platón que los futuros gobernantes sólo pueden tener acceso a ella  a partir de un largo entrenamiento teórico y práctico, concretamente a partir de los 55 años. Una vez aprehendido el Bien, el filósofo está capacitado para gobernar la polis en la que lo pondrá en práctica.

Excelencia /virtud:

La “areté” o virtud, según Platón no se puede aprender, tal como defendían los sofistas, quienes la entendían desde el punto de vista del éxito social. El ateniense considera por el contrario que la virtud es algo propio del alma y que mediante la educación puede corregirse si es necesario, pero no pueden ser “infundidas” todas las virtudes. Platón distingue tres partes en el alma: concupiscible, irascible y racional. Cada una de estas partes ha de fomentar su correspondiente virtud o excelencia. La parte concupiscible ha de practicar la templanza; la irascible, el valor y la fortaleza.  En estos dos casos, las virtudes mencionadas pueden ser adquiridas  por el ejercicio y el hábito. Sin embargo, la virtud de la prudencia, propia de la parte racional del alma, a la que se refiere con la expresión  ”la  excelencia del  comprender”, no  puede ser    adquirida, sino  que puede  y debe  ser  orientada al conocimiento de la Idea suprema: el Bien, mediante una vida ascética.

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