La Restauración en España (1876-1931): Régimen Político, Sociedad y Crisis

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La Restauración en España (1876-1931)

El Sistema Político de la Restauración

Se denomina Restauración al período de la Historia de España (1876-1931) en que se produjo la reposición en el trono de la dinastía borbónica en la persona del hijo de Isabel II, Alfonso XII.

El Régimen Político

Las líneas generales del sistema se contienen en la Constitución de 1876, fiel reflejo del pensamiento de Antonio Cánovas del Castillo. Los principios políticos de Cánovas se resumían en lo que denominaba la constitución interna del país, es decir, las instituciones tradicionales que debían quedar a salvo de discusión: La Corona y las Cortes.

Se elaboró una Constitución de carácter moderado, que establecía el bipartidismo como sistema de relevo en el Gobierno, no reconocía la soberanía nacional de modo suficiente y sí los derechos tradicionales de la Iglesia. Fue promulgada en junio de 1876 y establecía:

  • La «soberanía compartida», la del Rey y las Cortes, como representante de los principios de autoridad y libertad.
  • Una práctica política que debía efectuarse sobre el principio de la existencia de unos partidos oficiales que aceptaran los reglamentos de la legalidad constitucional. Estos eran conocidos como «partidos de notables», puesto que la Ley Electoral de 1878 restableció el sufragio censitario que dejaba la participación ciudadana reducida a no más de un 5% de la población.

La Constitución establecía el centralismo político-administrativo como fórmula de organización del Estado, aboliendo los fueros de las provincias vascas por una ley de julio de 1876, que revalidaba la igualdad fiscal y de prestación del servicio militar de todos los ciudadanos españoles. Solo hay un reconocimiento vago de ciertas libertades.

A partir de la muerte de Alfonso XII en 1885, se consolidó el turno de partidos (Pacto de El Pardo). Sagasta aparecía más liberal y avanzado que Cánovas: bajo sus gobiernos se introdujo el sufragio universal, se ampliaron las libertades de asociación y expresión, y se tomaron en cuenta los problemas sociales. Pero el régimen, a pesar de las reformas, se basaba en el falseamiento electoral. Los candidatos, designados desde el Ministerio de la Gobernación -encasillados- salían elegidos como diputados gracias al control social que ejercían los hombres influyentes -caciques- del partido en esa zona.

Los Fundamentos Sociales

El régimen canovista se basaba fundamentalmente en el apoyo de las clases y grupos más conservadores de la sociedad: la burguesía, los latifundistas e industriales. La Restauración se apoya en una sociedad organizada en torno a los «caciques», hombres ricos e influyentes que controlan la vida social en la mayor parte del país. El caciquismo era la forma de vertebración de una sociedad tan atrasada. Contaba con el apoyo indiscutible de instituciones sociales tan influyentes como la Iglesia y el Ejército.

La Evolución del Régimen y su Descomposición

En 1885 murió Alfonso XII, creándose una situación de riesgo para la continuidad del régimen. Sagasta, llegó a un acuerdo con Cánovas para garantizar la alternancia y el turno de partidos. Sagasta encabezó el partido liberal-fusionista, integrando en sus filas a los sectores más avanzados en materia social. Formó gobierno en cinco ocasiones, hasta su retirada en 1901. Comenzó así el período de la regencia de María Cristina de Habsburgo que duraría hasta 1902.

Bajo los gobiernos de Sagasta se aprobaron diversas leyes que produjeron una cierta democratización del régimen; la más importante, la introducción del sufragio universal masculino en 1890.

Descomposición del Sistema Canovista

Los principales factores de descomposición del sistema fueron:

  • Los nacionalismos periféricos: el nacionalismo catalán que, desde las Bases de Manresa de 1892, exige autonomía. El nacionalismo vasco, que promueve la aparición del Partido Nacionalista Vasco (1895) con parecidas pretensiones.
  • La crisis social y los movimientos obreros: El PSOE y la UGT expresan el movimiento de raíz marxista. Por otra parte, el anarcosindicalismo acabará organizándose en 1911 en la CNT.
  • La crisis colonial: tras el «desastre» del 98, el Ejército sufre serias convulsiones internas y un gran desprestigio. En este contexto, el Gobierno aprobó la llamada Ley de Jurisdicciones en 1906, por la cual podían ser juzgados por tribunales militares los delitos que afectasen al honor del Ejército. Este hecho constituyó una grave quiebra de las sociedades democráticas. Por otra parte, la guerra de Marruecos, sobre todo, motivó fuertes movimientos de protesta entre la población.
  • La inestabilidad política: Tras la desaparición de Cánovas y Sagasta, los nuevos líderes conservadores y liberales no lograban formar mayorías estables en el Parlamento, y fueron frecuentes los gobiernos de concentración.

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