La Restauración Borbónica en España: Claves y Funcionamiento del Sistema Canovista
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Debido al fracaso de la Primera República Española, que no había tenido éxito a pesar de contar con cuatro presidentes en un corto periodo de tiempo, y a la inestabilidad política causada por esta, se quería instaurar de nuevo la monarquía y volver a la forma de gobierno existente antes de la Primera República. Cánovas del Castillo intentó proclamar rey de España al joven Alfonso XII, hijo de Isabel II. Los alfonsinos contaron con los apoyos de la burguesía terrateniente, burguesía catalana, de los intereses cubanos, y del Vaticano. Cánovas redactó el 1 de diciembre de 1874 un manifiesto que el príncipe firmó en Sandhurst, academia militar inglesa donde estudiaba. El general Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII el 29 de diciembre, tras un pronunciamiento en Sagunto. El nuevo Rey no defraudó a nadie. Por su juventud e inteligencia, se ganó la simpatía popular y política, convirtiéndose en uno de los símbolos de la Restauración.
El Sistema Político de la Restauración
El sistema político de la Restauración fue ideado por Cánovas del Castillo. Contó con la ayuda de Sagasta. Cánovas tenía un claro proyecto de lo que debía ser como nación. Los principales fundamentos del sistema canovista son:
- La Restauración significaba la superación de la inestabilidad política del periodo anterior y la consecución de la pacificación social y política del país.
- Era necesario realizar una síntesis entre lo viejo y lo nuevo, lo que él llamaba “constitución interna”. Esta constitución interna estaba constituida por principios políticos esenciales como la libertad, la propiedad, la monarquía.
- Civilismo frente a militarismo. El poder civil es superior al militar.
- Hay que buscar acuerdos, consensos. Para que todos se entiendan es preciso que unos y otros cedan.
- Se imponía un pacto entre todas las fuerzas políticas, que posibilitara una convivencia pacífica en el seno de una monarquía parlamentaria. Tal pacto quedaría fundamentado en una nueva constitución, la constitución de 1876.
La Constitución de 1876
Cánovas inició el proceso constitucional convocando una Asamblea de la que salió una comisión de Notabilidades. La constitución de 1876 fue de equilibrio entre la moderada de 1845 y la revolucionaria de 1869. Consta de 89 artículos distribuidos en 13 títulos y tiene 2 partes sustanciales. Se recogían los derechos individuales del liberalismo progresista. En el artículo 18 queda reflejado el principio de soberanía compartida del rey con las Cortes. El rey promulga las leyes, disuelve las Cortes y tiene derecho a veto. Las Cortes se estructuraron en dos cámaras: el Congreso y el Senado. Las Cortes discuten y aprueban las leyes. La Ley Electoral de 1878 era de tipo censitario y sólo votaba el 5% de la población. Después, gracias a Sagasta, se instauró el sufragio universal masculino. Existía un desfase entre la constitución de 1876 y la realidad de una España en su mayor parte campesina y analfabeta.
El Turnismo y los Partidos Dinásticos
Cánovas creía oportuno la creación de dos partidos políticos que se alternasen en el poder: los llamados partidos dinásticos. Cánovas configuró su propio partido, el Liberal Conservador, que se apoyaba en las clases altas, y el Partido Liberal, sostenido por la burguesía industrial y por las clases medias urbanas, al frente del cual estaba Sagasta, político al que se le debe, en gran medida, el arraigo de la Restauración como sistema político. Cánovas y Sagasta se entendieron perfectamente entre sí. Sagasta integró a la antigua izquierda progresista. A la derecha y a la izquierda se situaron otras formaciones políticas. Fuera del sistema quedaban los partidos antidinásticos. En la extrema derecha estaban los carlistas y en la extrema izquierda los republicanos. El sistema canovista contaba con una amplia base social. Importante fue también el apoyo prestado por el ejército y por la Iglesia.
Mecanismo del Turnismo y el Caciquismo
La mecánica del turnismo de los partidos ideado por Cánovas y Sagasta funcionó perfectamente: los partidos conservador y liberal se cedieron el uno al otro por obra de un acuerdo mutuo o de su desgaste interno. El procedimiento era: el ministro de la Gobernación realizaba el “encasillado”, es decir, decidía los diputados que iban a ser elegidos por cada distrito. El turnismo estaba predeterminado entre “la oligarquía y el caciquismo”. La oligarquía estaba formada por los dirigentes políticos de ambos partidos. A sus servicios estaba el cacique, una persona de gran poder económico en la comarca o pueblo. Éste empleaba su poder para dominar políticamente a los habitantes de su zona de influencia. El fenómeno era propio de una sociedad mayoritariamente rural, subdesarrollada y analfabeta, en la que se daba una fuerte diferencia entre el campo y la ciudad. El turnismo dio estabilidad a la vida política. El caciquismo y la farsa electoral eran inmorales, por lo que llevaban en sí el germen de la crisis del sistema.
Política Interior y Desafíos a la Restauración
En lo que respecta a la política interior de la Restauración, la pacificación social fue el principal objetivo. Cánovas procuró llegar a un consenso con el ejército y la Iglesia. Alfonso XIII fue un “rey soldado”, que asumió el espíritu y la jefatura del ejército y marcó la pauta a seguir por sus sucesores. El ejército abandonó la práctica del “pronunciamiento”, se marchó a sus cuarteles y se profesionalizó. La Iglesia y el Estado también se reconciliaron. Cánovas. Las empresas fundamentales del sistema canovista fueron la terminación de las guerras carlistas. La pacificación de Cuba se logró gracias a la actuación del general Martínez Campos merced al Convenio de Zanjón de 1878. El sistema político de la Restauración también tuvo detractores como el republicanismo, el movimiento obrero y los nacionalismos.
Oposición al Sistema
Ningún partido resultó más afectado por la Restauración que el republicano, que quedó maltrecho, fragmentado y sumido en una intensa crisis interna. Varias son las familias en las que quedó dividido el republicanismo español: posibilistas, federalistas, progresistas y radicales. En la lucha por mejorar sus condiciones de vida, obreros y campesinos se vieron atraídos por el anarquismo y el socialismo. La tendencia socialista estuvo dirigida por Pablo Iglesias y se consolidó tras la fundación del PSOE. El socialismo arraigó mejor en los centros urbanos y en las zonas mineras industriales. El anarquismo gozó de mayores simpatías entre los obreros y campesinos. Los socialistas fundaron su agrupación sindical, la UGT. El anarquismo fundaría CNT y FAI.
Los Nacionalismos
Los nacionalismos suponen una reacción frente al centralismo liberal y una defensa de sus peculiaridades como pueblo. Planteaban una nueva forma de ver España: frente a la España unitaria y uninacional, defendían una España diversa y multinacional. En el nacionalismo se distinguen tres movimientos: nacionalismo catalán, nacionalismo vasco y nacionalismo andaluz, destacan el catalán y el vasco. El nacionalismo catalán tuvo sus raíces en la Renaixença. Con posterioridad, el movimiento nacionalista adquiere un carácter más popular y político. Relacionado con la Renaixença está también el modernismo. Se desarrollaron otras corrientes nacionalistas más radicales, como la encabezada por Prat de la Riba. El nacionalismo vasco fue menos importante que el catalán en sus inicios. Católico y muy conservador, tuvo su principal valedor en Sabino Arana. Era antiespañol. Era contrario al liberalismo, al socialismo y a lo que significaban cada uno de ellos. Tenía apoyo en el clero campesinado y en la pequeña burguesía.