La renovación de la novela española en los años 60 y la obra de Miguel Delibes

Enviado por Chuletator online y clasificado en Español

Escrito el en español con un tamaño de 6,9 KB

Epígrafe 4.3 La renovación de la novela en los años 60: procedimientos narrativos. Luis Martín Santos y Tiempo de silencio; Juan Marsé; Juan Goytisolo

En los años 60 se vive una profunda renovación de la narrativa, motivada por causas múltiples. Comienzan a manifestarse signos de cansancio del realismo dominante en la década anterior: se siente que esta estética había fracasado en su objetivo principal de cambiar la sociedad. Cobran importancia las ansias de experimentación, la necesidad de recuperar la fantasía en los relatos, el interés por el lenguaje, y por último, la influencia tanto de escritores modernos europeos y norteamericanos (Proust, Kafka, Joyce), como del “boom” de la novela hispanoamericana. Son factores importantes que van a dar paso a la novela experimental, iniciada en España en 1962 con la novela de Luis Martín Santos, Tiempo de silencio. Los novelistas abandonan la esperanza de que sus obras tengan repercusión en la sociedad de forma directa y centran sus esfuerzos en la renovación formal y en la experimentación técnica y lingüística.

La trama narrativa o argumento pierde importancia; la acción es escasa y a menudo las novelas son de estructura abierta. La temporalidad se fragmenta hasta llegar a un laberinto temporal y el espacio tiende a comprimirse, e incluso desaparecer. En cuanto a los temas, se recurre frecuentemente a la infancia, la adolescencia, la guerra, el paso del tiempo y la reconstrucción de la propia memoria. El protagonista pasa a ser el centro de la novela. Se cambia de perspectiva, ya que se utiliza un solo personaje, no múltiples personajes secundarios. El narrador se manifiesta mediante un flexible empleo de las personas narrativas y destaca el uso del perspectivismo (que permite ofrecer distintas interpretaciones de una misma realidad). Son importantes ciertas técnicas de organización del relato como el contrapunto o la técnica de conciencia que permiten al lector sumergirse en la mente del personaje. Por último, la renovación lingüística y estilística es característica de la novela experimental; el lenguaje se complica con un léxico rebuscado, rupturas sintácticas, oraciones muy complejas.

El ciclo de la novela de los setenta se inicia con Martín Santos y Tiempo de silencio, y después llegarán Cinco Horas con Mario de Delibes, Señas de identidad y Últimas tardes con Teresa de Juan Marsé.

Luis Martín Santos se adelantó con su obra al espíritu innovador de la novela española posterior y su obra rompe con la novela social-realista. Lo novedoso de su obra reside en los rasgos formales: la mezcla de perspectivas, un narrador omnisciente y subjetivo… Hay un uso continuado de la ironía y de la hipérbole y aparecen cultismos, vulgarismos… En la novela hay una ácida crítica de la miserable sociedad española y sus valores.

Juan Marsé podría encuadrarse dentro del realismo social: Encerrados con un solo juguete; pero se incorpora después a la corriente renovadora de la novela con Últimas tardes con Teresa y con su obra maestra Si te dicen que caí.

Juan Goytisolo se sumó después de varias obras próximas al realismo social con Señas de identidad, que continúa en una trilogía con Reivindicación del conde don Julián y Juan sin Tierra.

El panorama literario dio un giro brusco con la muerte de Franco en 1975, lo que produjo una abertura de libertades sociales y se eliminó la censura.

Epígrafe 4.4 Un novelista atraviesa el siglo: Miguel Delibes. La visión artística de la realidad. El espacio rural y otros espacios. La evolución novelística

En el año 1947 Miguel Delibes publica La sombra del ciprés es alargada, por lo que recibió el Premio Nadal. En ese momento comienza la trayectoria literaria del que será uno de los novelistas más significativos del siglo XX.

Para Delibes la tarea del novelista es “descubrir al hombre” a través de la palabra, ahondando en su esencia para encontrar la verdad. Solo estando cerca del hombre se abre la posibilidad de ofrecer una visión artística del mundo, la realidad y la vida, en la que la nota predominante sea el equilibrio entre individuo y sociedad, entre naturaleza y civilización, entre razón y sentimiento. El conjunto de su narrativa nace de las premisas de un liberalismo cristiano y solidario que le lleva a defender los valores y la dignidad de la persona y a volcar su ternura y comprensión en los seres desvalidos. Toda su obra reposa en un compromiso ético y nunca renuncia a luchar por la justicia contra cualquier manifestación de intransigencia. Aunque su visión se ha calificado de pesimista, también mantiene vivo unos últimos reductos de esperanza, que con la ternura y la compasión.

Las raíces de su narrativa hay que buscarlas también en el amor al espacio rural de su Castilla natal. Para Delibes, la naturaleza es un valor capital de la vida, pero la idealización rural no implica ni evasión ni conformismo absolutos. Delibes entiende el campo como la tierra de cultivo, el entorno inmediato del aldeano, donde se produce la fusión lógica del hombre con el paisaje. Exalta la naturaleza y el espacio rural en confrontación con el espacio urbano. Relaciona el pueblo con la autenticidad, la sobriedad y el amor por la naturaleza, en cambio, la ciudad se vincula a la hipocresía, el poder autoritario o la sociedad clasista.

Para Delibes, el lenguaje ha de ser por encima de todo, un instrumento de comunicación. Su lengua literaria busca la sencillez y la claridad. Sin embargo, esa aparente facilidad es fruto de una depurada elaboración. Irá descubriendo la fuerza de la lengua coloquial y la convertirá en la base de su expresión. Delibes deja hablar a sus personajes según el ambiente en que se desenvuelven y traslada a las páginas de sus novelas los desajustes y las vacilaciones de la lengua viva. El ideal estilístico de la plenitud de Delibes se halla en una naturalidad sin afectación.

Desde su primera novela en 1947 hasta su última obra en 2007 transcurren 70 años, en los que se puede apreciar la evolución narrativa de Delibes. Comienza con una época de iniciación. En ella escribe La sombra del ciprés es alargada en 1948. Se atiene a una concepción estrictamente tradicional del género, con un argumento lineal y un protagonista insolidario que defiende su individualidad. Otras novelas son Aún es de día y Mi idolatrado hijo Sisí.

En su época de formación destacan sus obras El camino (1950), Diario de un cazador (1955) y Las ratas (1962). Finalmente en su época de madurez destacan Cinco horas con Mario, Parábola para un náufrago (1969), El disputado voto del señor Cayo, Los Santos Inocentes (1981), Diario de un jubilado y El hereje.

Entradas relacionadas: