Renacimiento del pensamiento: Origen y legado del Humanismo

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El Humanismo: Un Movimiento Transformador

El humanismo fue un movimiento intelectual, filosófico y cultural europeo, estrechamente ligado al Renacimiento. Surgió en el siglo XIV en la península Itálica, especialmente en Florencia, Roma y Venecia, con figuras como Dante Alighieri, Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio. Este movimiento se caracterizó por el redescubrimiento y estudio de la Antigüedad Clásica, retomando el humanismo griego del siglo de oro. Mantuvo su hegemonía en gran parte de Europa hasta finales del siglo XVI, transformándose y diversificándose debido a los cambios sociales e ideológicos de Europa, como las reformas luterana y calvinista, la Contrarreforma católica, la Ilustración y la Revolución francesa.

El movimiento humanista también tuvo un impacto estético significativo, evidenciado en la creación de la letra humanística, una tipografía redonda inspirada en la letra uncial latina antigua, que gradualmente reemplazó a la letra gótica medieval.

La expresión studia humanitatis fue introducida por Coluccio Salutati para describir los estudios de su amigo Francesco Petrarca, en contraposición a los estudios teológicos y escolásticos. Humanitas, en este contexto, se refería a la filantropía, el amor hacia los semejantes, pero estaba intrínsecamente ligado al estudio de las letras clásicas (litterae). En el siglo XIX, se acuñó el término Humanismus en Alemania para designar una teoría de la educación, y posteriormente se utilizó para contrastar con la escolástica. Finalmente, Georg Voigt aplicó el término al periodo del resurgimiento de los estudios clásicos en su obra El primer siglo del Humanismo.

El Humanismo promovió los studia humanitatis, una formación integral del hombre basada en las fuentes clásicas grecolatinas, en oposición al canon eclesiástico. Estos textos clásicos fueron recuperados de bibliotecas monásticas a lo largo de Europa. La labor humanista buscaba acceder a un latín más puro y genuino, y redescubrir el griego, impulsado por la llegada de sabios bizantinos tras la caída de Constantinopla en 1453. Además, se investigaron restos materiales de la Antigüedad Clásica, aplicando rudimentos de la arqueología para comprender mejor la escultura y arquitectura.

El objetivo del humanismo era restaurar las disciplinas que permitieran un mejor conocimiento de los autores clásicos, considerados modelos de conocimiento. Se buscaba recrear las escuelas de pensamiento grecolatino e imitar el estilo y la lengua de los escritores clásicos. Esto impulsó el desarrollo de la gramática, la retórica, la literatura, la filosofía moral y la historia. Estas disciplinas, centradas en el espíritu humano, se consideraban artes liberales, en contraste con el dogmatismo de la teología. Se favorecieron géneros literarios como el diálogo, la epístola y la biografía, que exploraban la experiencia humana, en lugar de la hagiografía medieval.

Los humanistas adoptaron dos enfoques principales para imitar el estilo y pensamiento grecolatino: la imitatio ciceroniana, que tomaba a Cicerón como modelo único, y la imitatio eclectica, que seleccionaba lo mejor de varios autores, promovida por Erasmo de Rotterdam.

Factores que Impulsaron el Humanismo

A partir del siglo XV, el movimiento humanista se vio favorecido por diversos factores:

  • La emigración de sabios bizantinos: La caída de Constantinopla llevó a muchos eruditos griegos a refugiarse en Europa Occidental, especialmente en Italia, llevando consigo textos y conocimientos que impulsaron el estudio del griego.
  • La invención de la imprenta: La imprenta de Gutenberg permitió la difusión masiva de libros y, con ello, de las ideas humanistas, fomentando el pensamiento crítico.
  • El apoyo papal: Papas como Nicolás V y Pío II convirtieron a Roma en un centro importante del Humanismo.
  • El mecenazgo: Familias como los Médici y figuras como Lorenzo de Médicis apoyaron económicamente a los humanistas y la difusión de sus obras.
  • La creación de universidades y escuelas: Instituciones como la Universidad de Alcalá de Henares y la Universidad de Lovaina contribuyeron a la expansión del Humanismo por Europa.

Características del Humanismo

El Humanismo se caracteriza por:

  • El estudio filológico de las lenguas clásicas y la recuperación de la cultura grecolatina.
  • La imitación (mímesis) de los maestros grecolatinos en las creaciones artísticas.
  • El antropocentrismo, que coloca al hombre y su inteligencia en el centro del universo.
  • La valoración del hombre contemporáneo y su capacidad para superar a los antiguos.
  • La apreciación de la fama, el esfuerzo y el disfrute de lo sensorial.
  • La exaltación de la razón humana.
  • El uso de la perspectiva en el arte para unificar racionalmente la representación.
  • La popularidad de las biografías de Plutarco como modelos de conducta.
  • La legitimación del deseo de fama, gloria y poder, como se refleja en El Príncipe de Maquiavelo.
  • La aceptación del comercio y el éxito económico, especialmente en el calvinismo.
  • El pacifismo o irenismo, rechazando la guerra.
  • El deseo de unidad política y religiosa en Europa.
  • La claridad y el equilibrio en la expresión, evitando la afectación.
  • La idealización de la realidad, buscando la nobleza y la belleza.
  • El optimismo frente al pesimismo medieval, con fe en las capacidades humanas.
  • El retorno a las fuentes originales del conocimiento, leyendo a los clásicos en sus textos originales.
  • La promoción de la lógica aristotélica y el debate intelectual, facilitado por la imprenta.
  • La ginecolatría, valorando y respetando a la mujer.
  • La búsqueda de una espiritualidad más humana e interior.
  • El reconocimiento de los valores humanos y la crítica a la Inquisición.

El Humanismo, en sus inicios, fue un movimiento regenerador que buscaba revitalizar la cultura y el pensamiento. Aunque estrechamente ligado al Renacimiento, sus raíces se encuentran en la antigüedad clásica. La difusión del griego, la invención de la imprenta y el antropocentrismo fueron claves en su desarrollo. Sin embargo, en España, durante la segunda mitad del siglo XVI, el antropocentrismo se transformó en cristocentrismo, dando lugar a la ascética y la mística, lo que eventualmente llevó al desengaño barroco del siglo XVII.

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