La religión ha estado al servicio de las clases dominantes
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Antropología
: Nuevo humanismo: el marxismo promueve una crítica y una lucha contra la alienación del ser humano, abogando por la libertad, la racionalidad y la individualidad de cada ser humano, manteniendo el ideal racionalista-ilustrado del hombre.
Niega la existencia de un ser superior y distinto a la naturaleza y al ser humano: ateísmo, negación de la existencia de Dios. Afirma la autonomía y suficiencia del ser humano.
El hombre es el sujeto de la historia, la base de su explicación teórica del mundo y de la historia. Los hechos reales y la praxis social definen la vida y la conciencia del ser humano. La naturaleza humana no es algo aparte de sus procesos de producción y de desarrollo
- El ser humano es un ser natural, que se distingue de los animales por ser capaz de fabricar los medios necesarios para modificar la naturaleza mediante el trabajo.
Es un ser activo-productivo, se realiza como ser humano mediante el trabajo.
La actividad práctico-productiva le lleva a relacionarse con los demás seres humanos y a socializarse. El ser humano piensa y actúa según las circunstancias en las que vive, éstas están determinadas por el sistema productivo.
El ser humano es un ser alienado Alienación económica:
Hereda el concepto de alienación de Hegel (alienación del absoluto) y de Feuerbach (alienación religiosa pero considerando la naturaleza como algo exterior al hombre).
El ser humano debería desarrollarse de forma activa mediante el trabajo, pero esto no ha ocurrido en ningún modo de producción a lo largo de la historia (asíático, esclavista, feudal, capitalista), ya que el trabajador es desposeído del producto de su trabajo.
Marx estudia fundamentalmente la sociedad capitalista, en la que distingue dos tipos de seres humanos según su relación con los medios de producción: los poseedores de ellos y los trabajadores, dos clases enfrentadas que han llegado a la situación de alienación del ser humano.
El objeto producido con la energía y el esfuerzo del trabajador no pertenece a éste sino al empresario:
Expropiación del sujeto
El ser humano no se reconoce en el producto de su trabajo, no se realiza sino que es desposeído de su vida, no se realiza sino que se enajena.
El trabajador es usado como medio de producción, convirtiéndose en una mercancía que se compra y se vende, y se le restringe su capacidad creativa. Es la reificación o cosificación del sujeto.
El producto del trabajo se transforma en capital, y pasa a ser instrumento de explotación de la fuerza del trabajo. El trabajo no se reconoce como algo propio, como algo realizador, es algo impuesto.
La naturaleza deja de ser el lugar de realización del ser humano para convertirse en objeto de explotación y de dominación, convirtiéndose en algo hostil.
Todas las alienaciones siguientes tienen su origen y explicación en la alienación económica.
Alienación Social:
La sociedad se polariza en dominantes y dominados, explotadores y explotados, los hombres no se relacionan como personas. Todas las instituciones sociales se encuentran en esta situación de enfrentamiento, alienadas, se componen de seres humanos que se identifican con su condición social y no con su condición de personas.
Alienación Política
: El Estado y el sistema legal protegen el sistema económico vigente, es un “Estado burgués”. El proletariado lo percibe como enemigo, ya que favorece a la clase burguesa.
Alienación Ideológica:
La conciencia del ser humano depende de sus condiciones materiales de vida. El proletariado está alienado porque domina la ideología de la clase burguesa.
La filosofía justifica teóricamente los intereses de las clases dominantes, convenciendo al proletariado de lo inevitable de su situación. “los filósofos se han limitado a interpretar el mundo, hora es ya de transformarlo.”
la religión promete al ser humano un mundo ficticio donde se resolverán todos sus problemas, predicando la sumisión y aceptación del sufrimiento para obtener la salvación en el otro mundo, sirve de adormidera de todos los anhelos de emancipación de la clase trabajadora, estando por tanto al servicio de la clase dominante. Marx considera la religión como el opio del pueblo.