Relatos Mitológicos: Héroes, Dioses y Criaturas Legendarias

Jasón y Medea

Los hermanos Esón y Pelías estaban enfrentados. Pelías ganó y, para evitar que Jasón, hijo de Esón, le matara, le propuso un trato: si traía el vellocino de oro, le daría el reino. Jasón partió con 50 guerreros, los Argonautas. El rey Aestes no se lo dio y le impuso pruebas. Medea, hija del rey, se enamoró de Jasón y le ayudó a cambio de que se la llevara. El rey quiso matarle, pero ella le envenenó. Jasón entregó el vellocino a Pelías, pero este no le dio el trono, ya que Acaste se hizo con él y desterró a Jasón y Medea. Jasón dejó a Medea y se casó con Creusa, hija de Corinto. Medea mató a sus hijos, a Creusa y a su padre, y huyó. Jasón se suicidó.

Aracne, Edipo y el Enigma de la Esfinge

La Esfinge, sentada en el monte Fición, planteaba un enigma a todo aquel que pasaba. Si no sabían la respuesta, morían. Edipo acertó el enigma y mató a la Esfinge. Estaba condenado a matar a su padre y casarse con su madre, pero no lo sabía. Fue abandonado y unos pastores lo llevaron al rey de Corinto, donde fue criado como un príncipe. En el oráculo de Delfos supo sus orígenes y, confundido, intentó evitar su destino. Yocasta se suicidó y él fue castigado.

El Mito de Pegaso

Pegaso, el caballo alado, nació del cuello de la Gorgona. Fue al Olimpo y se puso a las órdenes de Zeus, llevándole el rayo. Pegaso había sido regalado a Belerofonte por Atenea. Gracias a Pegaso, Belerofonte pudo matar a la Quimera. Tras la muerte de Belerofonte, Pegaso volvió con los dioses. Poseidón ordenó a Pegaso que golpeara una montaña con uno de sus cascos para que volviera a su tamaño normal. Donde Pegaso golpeó, brotó la fuente del caballo. Zeus convirtió a Pegaso en constelación.

Atlanta e Hipómenes

Atlanta fue abandonada y recogida por una osa. Unos cazadores la encontraron y le enseñaron el uso de las armas. Muchos la querían como esposa. Ella propuso una carrera: quien perdiera moriría y quien ganara se casaría con ella. Hipómenes ganó gracias a unas manzanas de oro que le dio Afrodita. Al no dar las gracias a Afrodita, esta se enfadó y les castigó convirtiéndoles en leones para siempre.

Perseo y la Gorgona Medusa

Zeus y Dánae tuvieron a Perseo. Acrisio los arrojó al mar, pero llegaron a la isla de Sérifos, donde un pescador, Dictis, los salvó. La madre de Perseo le reveló quién era su padre. Polidectes, hermano de Dictis y rey de Sérifos, quería casarse con ella. Perseo defendió a su madre. El rey, buscando otra esposa, exigió a todo ciudadano que regalara un caballo a Hipodamia, hija del rey Enomao de Pisa. Perseo no tenía caballos, pero ofreció la cabeza de la Gorgona con la condición de que dejara a su madre en paz. El rey aceptó. Perseo visitó a las Moiras. Atenea fue enviada por Zeus para ayudarle. Las ancianas debían decirle dónde encontrar a las Grayas, pero se negaron hasta que el héroe les robó el ojo. Las Náyades le dieron los útiles para su victoria. Perseo mató a la Gorgona. De su sangre nacieron Pegaso y el gigante Crisaor. Antes de volver, Perseo salvó a Andrómeda, princesa etíope que iba a ser sacrificada para aplacar la ira de Poseidón. Convirtió a Atlas en montaña y salvó a su madre de las manos de Polidectes, convirtiéndole en piedra.

Vuelo de Ícaro

Dédalo, padre de Ícaro, estaba retenido en la isla de Creta por Minos. Intentó escapar, pero le pillaron. Fabricó alas para él y su hijo. Ícaro cayó al mar y murió. Su padre nombró el lugar donde murió con su nombre en memoria de él.

Orfeo y Eurídice

Eurídice murió por la picadura de una víbora. Orfeo bajó al inframundo y convenció a Hades con su música para que le permitiera llevársela, con la condición de no mirarla hasta salir a la superficie. Al salir, la miró, pero aún le faltaba un pie y se desvaneció. Se cruzó con las Ménades, que le mataron. Así, volvió con su amada para siempre.

Mito de Proserpina

Plutón raptó a Proserpina para casarse con ella. Su madre, Ceres, diosa de los cereales, marchó a buscarla. En su desaparición, Ceres detuvo el crecimiento de frutas y verduras, maldiciendo Sicilia. Ceres decidió no volver al Olimpo y empezó a vagar por la tierra, convirtiendo en desierto lo que pisaba. Júpiter envió a Mercurio para que ordenara a Plutón que liberase a Proserpina. Obedeció, pero antes de dejarla ir, le hizo comer seis semillas de granada, de forma que tuviese que vivir seis meses al año con él.