El Régimen Franquista: Orígenes, Evolución y Contexto Internacional (1939-1955)

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La Creación del Estado Franquista: Fundamentos Ideológicos y Apoyos Sociales

El triunfo del General Franco en la Guerra Civil española (1936-1939) supuso para España el comienzo de una dictadura con evidentes rasgos fascistas, que se prolongó durante casi cuarenta años.

Fundamentos Ideológicos y Apoyos Sociales

La sublevación militar de julio de 1936 pretendía tanto destruir a las fuerzas de izquierdas, que aspiraban a una revolución social en España, como anular las libertades básicas que estableció la República. Esto suponía romper con el Estado liberal iniciado en el siglo XIX para crear un Estado nuevo. El nuevo Estado tendría rasgos propios del fascismo, pero también otros propios de la formación personal del dictador.

El pensamiento político de Franco derivaba de su formación militar y de su espíritu tradicionalista. Inicialmente su aspiración era construir un Estado autoritario, nacionalista y católico, en el que ejercería la máxima autoridad con el apoyo del Ejército, y cuya imagen exterior giraría en torno a la defensa de la religión y la lucha contra el comunismo. Rasgos propios del fascismo serían la idea del “guía”, es decir, la concentración de todos los poderes en la figura de un caudillo. Otro rasgo fundamental era el partido único (Decreto de Unificación, abril de 1937), pero en España el peso de FET de las JONS (“el Movimiento Nacional”) no fue comparable al del Partido Fascista en Italia o al Partido Nacionalsocialista en Alemania. Falange fue tan sólo un instrumento de gobierno en manos del dictador. Se trató, por tanto, de una dictadura personal en la que Franco trataba de mantener un equilibrio entre las distintas “familias” que apoyaban al régimen: la familia falangista, la familia militar, la familia católica, la familia tradicionalista.

El nuevo Estado nunca tuvo una constitución, sino que se rigió por una sucesión de leyes fundamentales que a lo largo de los años fueron configurando su estructura. Destacan las siguientes:

  • Ley de la Administración Central del Estado: Otorgaba a Franco el papel de Jefe del Estado, el poder ejecutivo como Presidente del Gobierno, y también el poder legislativo al tener la potestad de dictar normas.
  • El Fuero del Trabajo: Exaltaba el valor del trabajo y definía el papel de los sindicatos. Estos eran “sindicatos verticales”, controlados por el Estado; integrados por empresarios y trabajadores.
  • Ley Constitutiva de las Cortes: El Parlamento perdía toda potestad legislativa. Su papel era meramente consultivo, y sus miembros no eran elegidos por los ciudadanos.
  • Fuero de los Españoles: Definía los derechos y deberes de los españoles. Aprobado tras la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial, pretendía reducir la imagen dictatorial del régimen. Sin embargo, no hubo un reconocimiento efectivo de la libertad de conciencia, ni de expresión, ni de reunión o asociación. Durante toda la dictadura hubo un control total de la información mediante la censura y la propaganda.
  • Ley de Referéndum (1945): Destinada también a dar una mínima apariencia democrática, establecía la posibilidad de realizar votaciones para leyes de especial trascendencia. Sólo se realizaron dos: para la Ley de Sucesión (1947) y para reafirmar los principios autoritarios del régimen con la Ley Orgánica del Estado de 1967.
  • Ley de Sucesión: Estableció que España era un reino, aunque sin rey efectivo y con un Jefe de Estado, Franco, que ejercía de regente vitalicio. Franco pactó con Don Juan de Borbón (1948) que la sucesión recaería en su hijo, el infante Juan Carlos, que sería educado bajo la dirección política del Caudillo.

Los apoyos fundamentales del régimen fueron el Ejército y la Iglesia. El Estado se declaró confesionalmente católico. La Iglesia, a cambio de bendecir la dictadura, recibió una importante ayuda material, al tiempo que adquiría un papel predominante en la enseñanza y la vida social. El régimen se convirtió en un instrumento de las clases dominantes, pero no sólo la oligarquía económica apoyó al dictador. Amplios sectores del campesinado y de las clases medias urbanas también mostraron su adhesión, deseosos de un gobierno de orden y autoridad que frenase la presión obrera.

Evolución Política y Coyuntura Exterior: Del Aislamiento al Reconocimiento Internacional

Los primeros años del franquismo estuvieron marcados por una represión implacable de sus enemigos. Franco no mostró ninguna compasión con los derrotados: más de treinta mil personas fueron ejecutadas entre 1939 y 1945. La persecución de los vencidos fue absoluta; a finales de 1939 había en las cárceles españolas 270.000 presos, en su gran mayoría políticos y muchos de ellos utilizados en trabajos forzosos. La Ley de Responsabilidades Políticas y la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo fueron los instrumentos principales para esa cruel represión.

Desde un punto de vista económico, los primeros años del régimen estuvieron marcados por graves dificultades. Siguiendo los modelos fascistas que rechazaban la economía de libre mercado, el franquismo apostó por la autarquía económica: todo debía ser producido en el interior del país. Para ello se estableció un rígido intervencionismo estatal: salarios controlados, tipos de cambio fijo, límite de inversión extranjera, regulación estricta para el establecimiento de nuevas industrias, cartillas de racionamiento para artículos de primera necesidad, etc. España quedó así aislada del crecimiento internacional de posguerra: carecía de materias primas y energía y eso provocó una paralización casi absoluta durante la década de los 40 y principios de los 50. El hambre y la escasez marcaban la vida de los españoles. Proliferó un mercado negro (“el estraperlo”) para conseguir productos a precios exorbitantes.

En el ámbito internacional, la posición de Franco fue variando. El “caudillo” quiso participar en la Segunda Guerra Mundial del lado de las potencias fascistas, y mantuvo para ello conversaciones directas con Hitler en Hendaya (1940) y con Mussolini en Bordighera (1941), pero la lamentable situación en que se encontraba España tras tres años de guerra civil y las altas pretensiones del dictador (recuperación de Gibraltar, control del Norte de África, ayuda económica…) provocaron que el Eje rechazara la participación española. No obstante, cuando Alemania invadió la URSS (junio de 1941) Franco envió la División Azul, un cuerpo de voluntarios formado por 47.000 soldados. Durante este periodo el personaje más influyente era Ramón Serrano Suñer, cuñado del dictador, ministro de Asuntos Exteriores y partidario de estrechar relaciones con Alemania e Italia.

Sin embargo, ante el giro de los acontecimientos militares a favor de los aliados (1943), Franco trató de acercarse a los previsibles vencedores y manifestó abiertamente su neutralidad. Finalizada la guerra, las potencias aliadas sometieron al franquismo a una dura condena política y a un aislamiento internacional. Una resolución de la O.N.U. en 1946 tachó a España de régimen fascista y recomendó a los Estados miembros que retiraran sus embajadores. Se prohibió a España la pertenencia a los organismos internacionales relacionados con la ONU.

Franco comenzó a realizar cambios tratando de reducir los aspectos fascistas más evidentes, es entonces cuando promulga el Fuero de los Españoles y comienzan los indultos a presos políticos. Pero el verdadero motivo para superar el aislamiento internacional volverá a ser externo: en 1947 estalla la “Guerra Fría”. Al bloque capitalista, encabezado por EEUU, le interesaba que España estuviese en su esfera de influencia. El valor estratégico de la Península Ibérica y el carácter anticomunista del franquismo pesaron más que la falta de democracia.

En 1950, la ONU revocó la resolución de bloqueo contra España, y retornaron los embajadores. A partir de 1953 se produjeron los mayores éxitos de la diplomacia franquista: se suscribió un tratado con EEUU, que autorizaba a los americanos a establecer bases militares en la Península, a cambio de ayuda económica. Ese mismo año se firmó un nuevo Concordato con el Vaticano: España se obligaba a subvencionar al clero y daba a la Iglesia plena libertad para sus actividades religiosas y educativas. En 1955, España fue admitida en la ONU y desde entonces comenzó el reconocimiento internacional al régimen franquista (integración en el Banco Mundial, el FMI, etc.)

El Exilio Republicano Español

Miles de españoles tuvieron que marchar al exilio terminada la Guerra Civil (se estima que alrededor de 35.000). Algunos acabaron en campos de concentración nazis (en Mauthausen hubo más de 7.000 españoles), otros se enrolaron en la resistencia francesa anti-nazi, o lograron huir a la URSS o países hispanoamericanos como México y Argentina. La victoria aliada dio ánimos a los sectores republicanos: en 1945, José Giral (refugiado en México) fue nombrado Presidente y se formó un gobierno en el exilio. Este gobierno no logró el respaldo de las grandes potencias ni tampoco consiguió influencia en el interior de España, donde las organizaciones eran duramente reprimidas. Tan sólo cobró fuerza un movimiento guerrillero (“los maquis”) impulsado por el Partido Comunista. En su momento de mayor auge contó con unos 2.500 guerrilleros, pero la acción implacable de la Guardia Civil y el ejército acabó por aniquilarlos.

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