La Regencia de Serrano y el Reinado de Amadeo I: Inestabilidad Política en la España del Siglo XIX
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Gobierno Provisional de Serrano y la Búsqueda de un Nuevo Rey
Tras la Revolución de 1868, el general Serrano asumió la jefatura del Gobierno Provisional. Este gobierno, formado por progresistas y unionistas, tenía como objetivo principal convocar elecciones a Cortes Constituyentes.
La Constitución de 1869 estableció una monarquía parlamentaria y recogió los principios de las Juntas Revolucionarias. Sin embargo, la elección de un nuevo rey se convirtió en un problema complejo.
Las Revueltas y la Inclinación Monárquica
En octubre de 1869, se produjeron revueltas republicanas debido a la inclinación monárquica del gobierno. A pesar de ello, las elecciones celebradas en enero de 1869 dieron la victoria a la coalición gubernamental.
La Regencia de Serrano y la Elección de Amadeo I
Entre junio de 1869 y diciembre de 1870, Serrano asumió la Regencia. Durante este periodo, se eligió a Amadeo de Saboya como nuevo rey de España. La votación, realizada en noviembre de 1870, obtuvo 191 votos a favor y 60 en contra, provenientes principalmente de los republicanos. Sin embargo, la muerte del general Prim en diciembre de 1870 debilitó la posición de Amadeo I.
Problemas del Reinado de Amadeo I
El reinado de Amadeo I (1871-1873) estuvo marcado por la inestabilidad. La coalición gubernamental se rompió y surgieron nuevos líderes como Sagasta, líder del Partido Constitucional, y Zorrilla, del Partido Radical. Entre los problemas que enfrentó Amadeo I se encontraban:
- La Guerra Carlista
- La Guerra de Cuba
- La oposición del alfonsismo
- La oposición de la Iglesia y la nobleza
- La crisis colonial
- La lucha contra los republicanos
- La inseguridad ciudadana
- La falta de apoyo social
- El atentado contra él por parte del Cuerpo de Artillería
Amadeo I, sintiéndose sin respaldo y desilusionado, abdicó el 11 de febrero de 1873.
La Proclamación de la República y el Debate sobre su Organización
Tras la abdicación de Amadeo I, el Congreso de los Diputados y el Senado, reunidos en Asamblea Nacional, proclamaron la República el 11 de febrero de 1873. De los 391 diputados, 258 votaron a favor de la República y 32 en contra.
La proclamación de la República abrió un debate sobre su organización territorial. Existían tres corrientes principales:
- Unitarios: Defendían un Estado centralizado y la continuación del proceso liberal.
- Federalistas: Abogaban por una organización descentralizada basada en pactos entre municipios y regiones.
- Transigentes: Proponían un modelo intermedio que combinaba un orden social republicano establecido desde arriba con una aplicación gradual para conseguir el apoyo social.
La falta de consenso y la inestabilidad política marcarían los primeros años de la República, llevando a una nueva etapa de conflictos y cambios en la historia de España.