Regencia de Isabel II: Transición Liberal y Conflictos Políticos en España
Regencia de Isabel II: Transición Liberal y Conflictos Políticos
La Regencia y el Levantamiento Carlista
La muerte de Fernando VII y el levantamiento carlista forzaron a María Cristina a buscar una alianza con los liberales e introducir reformas en el sistema político. Tras la muerte de Fernando VII, el poder recayó en Cea Bermúdez, quien impulsó reformas como la nueva división del país en 49 provincias.
El Estatuto Real de 1834
En 1834, el gobierno pasó a manos de Martínez de la Rosa, encargado de elaborar el Estatuto Real de 1834, que inició la transición del absolutismo hacia un régimen liberal. La aportación más importante del Estatuto fue la reforma de las Cortes, que pasaron a ser bicamerales (Cámara de Próceres y Cámara de Procuradores). Sin embargo, carecía de función legislativa, por lo que la Corona mantenía el poder.
División Liberal: Moderados vs. Progresistas
Los liberales sufrieron una división entre moderados y progresistas:
Moderados
Eran el sector más conservador del liberalismo y deseaban compatibilizar las libertades con el orden público y la seguridad. Rechazaban el Antiguo Régimen, pero eran partidarios de que el monarca mantuviera amplios poderes. Se oponían a la democracia y al sufragio universal, siendo elitistas y defendiendo el gobierno de los mejores, con una restricción máxima en el número de personas con derecho a voto. Querían suprimir la Milicia Nacional. Entre sus figuras destacaban Martínez de la Rosa, Narváez, Bravo Murillo y Zorrilla, quienes estuvieron en el poder entre 1844 y 1868.
Progresistas
Defendían ampliar el número de personas con derecho a voto y, al igual que los moderados, desconfiaban de la democracia, siendo partidarios de excluir a las clases bajas de la política. Abogaban por reformas para una mayor libertad y creían en transformar la sociedad a partir de la igualdad de oportunidades. Desconfiaban del clero y querían limitar su poder económico. Eran partidarios de limitar los poderes del monarca y mantener la Milicia Nacional. Entre sus figuras destacaban Espartero, Prim y Mendizábal, aunque no estuvieron en el poder por más de tres años.
Partido Demócrata
En 1849, una escisión en el progresismo creó el Partido Demócrata, que reclamaba el sufragio universal, amplias libertades, derechos republicanos y políticas anticlericales.
Inestabilidad Política en 1835
En 1835, la inestabilidad política, la guerra carlista y los conflictos sociales llevaron a encargar el gobierno a Mendizábal en lugar de Martínez de la Rosa. Las medidas como la libertad económica y la desamortización produjeron malestar, lo que obligó a la reina María Cristina a destituir a Mendizábal en 1836. Sin embargo, esto no trajo estabilidad, ya que en 1836 se produjo la sublevación militar de los sargentos de La Granja.
La Constitución de 1837
La reina tuvo que devolver el poder a los progresistas, nombrando a Calatrava como nuevo presidente. Se restableció la Constitución de 1812 y Calatrava intentó eliminar los elementos del Antiguo Régimen, elaborando la Constitución de 1837. Esta Constitución establecía un sistema monárquico constitucional, integrando la soberanía nacional y compartida, ya que establecía que la potestad legislativa residía en las Cortes con el rey. Tenía un bicameralismo parlamentario (Congreso de Diputados y Senado), iniciativa legislativa, derecho a veto y libertad de imprenta. La Constitución incluía el nombramiento de ayuntamientos elegidos por los vecinos y se aprobó una ley electoral con voto directo y sufragio masculino.
Regencia de Espartero (1840-1843)
Entre 1837 y 1840 hubo una sucesión de gobiernos moderados con el apoyo de María Cristina. Al acabar la guerra carlista, los moderados intentaron imponer medidas más conservadoras (diezmo, modificación de la ley de ayuntamientos). Esta ley de ayuntamientos enfrentó a la regente con los progresistas, quienes obligaron a María Cristina a dimitir, cediendo el poder a Espartero. Asumió el cargo provisionalmente y en 1841 fue nombrado regente por las Cortes. Impulsó la desamortización y recortó los fueros. Los moderados intentaron volver al poder, pero fracasaron. Los métodos dictatoriales de Espartero provocaron una división entre esparteristas y progresistas puros (Joaquín María López o Olazaga), debilitando al progresismo.
Insurrección en Barcelona y Exilio de Espartero
En 1842 estalló una insurrección en Barcelona, mezclando protestas sociales y políticas. Espartero ordenó bombardear la ciudad, lo que causó graves daños y le aisló políticamente. En 1843, una sublevación militar liderada por Narváez forzó a Espartero a exiliarse en Londres.