Reflexiones profundas de Facundo Cabral: No estás deprimido, estás distraído
Enviado por Francisco y clasificado en Lengua y literatura
Escrito el en español con un tamaño de 4,05 KB
Reflexiones profundas de Facundo Cabral: No estás deprimido, estás distraído
El cantautor argentino Facundo Cabral nos regala una profunda reflexión sobre la vida, la felicidad y la supuesta depresión. Más que un estado de ánimo, Cabral sugiere que la "depresión" es una distracción de la belleza y las oportunidades que nos rodean.
La distracción como origen del malestar
Cabral nos invita a reconsiderar nuestra percepción de la tristeza. No estamos deprimidos, sino distraídos:
- "Distraído de la vida que te puebla."
- "Distraído de la vida que te rodea: Delfines, bosques, mares, montañas, ríos."
El autor nos anima a no caer en la autocompasión, recordándonos la inmensidad del mundo y la gran cantidad de seres humanos que lo habitan. La soledad, según Cabral, puede ser una oportunidad para el autoconocimiento, un elemento "fundamental para vivir".
La edad no es un límite
Cabral desafía la noción de que la edad avanzada es sinónimo de vejez o inutilidad. Cita ejemplos de figuras históricas que demostraron su valía en edades avanzadas:
- "Moisés dirigía el éxodo a los 80."
- "Rubinstein interpretaba como nadie a Chopin a los 90."
La impermanencia de la vida y la liberación de las posesiones
El texto aborda la idea de que todo nos es dado y, por lo tanto, nada nos pertenece realmente. La vida no nos quita cosas, sino que "nos libera de cosas", permitiéndonos "volar más alto" y alcanzar la plenitud. Los problemas se presentan como lecciones en la "escuela" que es la vida, desde la cuna hasta la tumba.
La muerte como mudanza y la presencia del amor
Cabral ofrece una perspectiva reconfortante sobre la muerte, describiéndola como una "mudanza" y no como un final. El amor de aquellos que se han ido permanece en nuestros corazones. Menciona figuras inspiradoras que nos esperan "del otro lado": Gandhi, Miguel Ángel, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, entre otros.
Se destaca la idea de que la pobreza material puede acercarnos al amor, mientras que el dinero puede distraernos y generar desconfianza.
El llamado a la acción: Amar y ser feliz
El mensaje central de Cabral es claro: "Haz sólo lo que amas y serás feliz". El éxito, según él, llegará de forma natural cuando nos dedicamos a lo que amamos. No debemos hacer nada por obligación o compromiso, sino por amor. Esta es la clave para alcanzar la plenitud.
Cabral nos recuerda las palabras de Jesús: "Amarás al prójimo como a ti mismo". Nos invita a reconciliarnos con nosotros mismos, a vernos como obras de Dios y a decidir ser felices, ya que la felicidad es una "adquisición" y un "deber".
La abundancia de la vida y la brevedad del tiempo
El autor enumera una larga lista de maravillas que la vida nos ofrece, desde la naturaleza hasta el arte y la cultura, pasando por la gastronomía de diferentes países. Nos recuerda que nuestro paso por la Tierra es corto y que sufrir es una pérdida de tiempo.
Enfrentando la enfermedad con humildad y gratitud
Incluso ante enfermedades graves como el cáncer o el SIDA, Cabral encuentra un lado positivo. Si la enfermedad nos vence, nos libera del cuerpo y sus limitaciones. Si la superamos, nos volvemos más humildes y agradecidos, lo que nos acerca a la felicidad.
El poder del servicio y el amor
Cabral nos anima a ayudar a los demás, especialmente a los niños y a los ancianos. El servicio es una fuente segura de felicidad. Nos insta a dar sin medida y a amar hasta convertirnos en el amor mismo.
El bien es mayoría
Finalmente, el autor nos recuerda que, aunque el mal existe (homicidas y suicidas), el bien es mayoritario, aunque silencioso. "Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan la vida".
Estas palabras de Facundo Cabral son una invitación a la reflexión, a la acción y, sobre todo, a vivir una vida plena y llena de amor.