Recursos literarios del poema a un olmo seco
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Este poema que lleva por título “A un olmo seco” pertenece a la obra “Campos de Castilla” (1912) del poeta Antonio Machado. Autor sevillano nacido en 1875 cuya infancia transcurre en la capital andaluza, posteriormente se traslada con su familia a Madrid, donde estudia en la Institución Libre de Enseñanza. Tras esto decide irse a vivir a París, allí entra en contacto con la corriente vanguardista y se relaciona con los principales autores del momento. Más tarde conoce a la que iba a ser su mujer, Leonor, y la que dedica dicho poema cuando ésta se encontraba en sus últimos días de vida, ya muy enferma.
El autor pertenece a la llamada “generación del 98”, un grupo de autores (Azorín, Baroja, Unamuno, entre otros) que compartieron su preocupación por la decadencia de España, así como por los conflictos religiosos y existenciales, tratando cuestiones como la fe, la realidad, el sentido de la vida… Todos abordan el tema de España desde un punto de vista muy subjetivo donde destaca Castilla como símbolo patriótico.
“Campos de Castilla” pertenece a la segunda etapa de la trayectoria de Machado, empieza un periodo de una poesía menos intimista y más histórica, en la que el paisaje de Soria cobra un papel protagonista. Es una poesía en general, más descriptiva, que refleja un paisaje real. Se produce la identificación entre el paisaje y el alma del poeta. Éste, provoca una reflexión y da lugar a críticas de las actitudes españolas, la envidia y la decadencia.
Machado en este poema nos presenta con total detalle el estado en el que se encuentra un olmo que solía ver a orillas del Duero cada vez que paseaba por allí. Nos lo presenta como un árbol pasado, desgastado por el tiempo, “hendido por el rayo” como se cita en el texto. Este olmo, tras la llegada de las lluvias y el sol que trae consigo la primavera, consigue que de sus ramas broten algunas hojas verdes. Machado se dirige a él, como si se tratase de una persona, para decirle que aun existe una esperanza de vida. Existe una personificación de la figura de su mujer Leonor, en el árbol, pues ella al igual que el olmo va muriendo poco a poco, debido a su enfermedad.
El autor adopta una actitud melancólica en el texto, pero bajo un optimismo. Aporta en el poema un mensaje de esperanza; mientras haya vida, existe una razón por la que luchar.
Este poema está formado por treinta versos de arte mayor y menor, ya que son endecasílabos y heptasílabos. Sin embargo, al tratarse de una combinación de versos de siete y once sílabas que riman a gusto del poeta. La rima es consonante y posee una métrica irregular. Se organiza, por tanto, en estrofa, en su mayoría, de cuatro versos con rima alterada. Machado utiliza este tipo de estrofa para conseguir la sencillez y simplicidad carácterística de la poesía del 98.
En cuanto a su intención, Machado deja ver sus emociones a través de un olmo viejo que incita a reflexionar acerca de cómo en cualquier momento se acaba la vida, e incluso al árbol más robusto le llega la hora de la muerte.
El paso del tiempo es inexorable. Consigue este ambiente por medio de símbolos como:
El “agua”, que aparece como imagen de la vida, de regeneración; adopta diversas formas: el río que hace referencia a la vida, al paso del tiempo. El mar, que es el final de la vida, la muerte. Así como la “primavera” que es la esperanza de juventud.
El más importante de los símbolos es el olmo, que además de simbolizar a Leonor, puede compararse con España. Pues en ese momento el país atravesaba por una época de decadencia.
Entre los recursos y figuras retóricas que utiliza Machado, cabe destacar:
Las exclamaciones refiriéndose, sobre todo, al paisaje: “¡El olmo centenario en la colina que lame le Duero!”. Da énfasis a la frase, y aporta también emotividad al poema, te hace comprender mejor el pensamiento del autor. Esta frase, es a su vez, una personificación que le da un sentido más personal y cercano al poema.
El uso de comparaciones: “No será, cual álamos cantones que guardan el camino y la rivera”, para poder contrastar la vida y la muerte.
Utilización del hipérbaton para cambiar el orden normal de la frase “con las lluvias de Abril y el sol de Mayo, algunas hojas verdes le han salido” y así dar contraste.
En cuanto a los recursos de repetición podemos observar anáforas en versos separados; por ejemplo los versos 15 y 18 (“antes que te derribe, olmo del Duero; antes que el rio hasta la mar te empuje”).
El estilo que se presenta en el siguiente poema es totalmente nominal, ya predominan sustantivos y adjetivos y muy pocos verbos y su ritmo es lento, por ejemplo en la primera estrofa solamente aparece un verbo. Los tiempos verbales presentes en el texto son el presente, pasado y futuro. Presente porque se ve como el autor va describiendo al olmo, pasado porque incluye en él pensamientos de su pasado que refleja en el poema y al final se puede apreciar un futuro, ya que está a la espera de un milagro o deseo.
Aparece el campo semántico de los colores (“hojas verdes”, “musco amarillento”, “corteza blanquecina”) y el relieve (“valles”, “barrancas”, “ribera”, “sierra”), ambos aportan un valor estético, como si lo estuvieras viendo con tus propios sentidos. También encontramos el campo semántico de la vejez (“centenario”, “podrido”, “viejo”, “polvoriento”) que remite al paso del tiempo y por tanto un acercamiento a la muerte.
Ante todo Machado pretende envolver al lector con un uso sencillo de la palabra a simple vista, pero que conlleva un gran valor semántico; siendo capaz de provocar una gran emoción. De tal modo que te trasladas por completo a ese paisaje del campo de Castilla.