El Realismo Literario en España: Evolución, Autores y Obras Clave

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El Realismo: Una Revolución Estética en el Siglo XIX

A mediados del siglo XIX, se desarrolla en Europa el Realismo, un movimiento estético y artístico que puede interpretarse como una reacción al Romanticismo. El Romanticismo había tenido un estallido violento, pero con el tiempo, la exaltación se aminora y se evoluciona hacia una mirada crítica del mundo circundante. Así, los escritores realistas van a escribir sobre las realidades más cercanas, documentándose sobre los personajes y los ambientes que plasman en sus obras. La mirada se desplaza a lo cotidiano, a lo cercano, como si fueran notarios que plasman de manera fidedigna la realidad.

La Poesía en la Época del Realismo

Poesía Realista y Postromántica

Aunque la novela es el género primordial del movimiento, lo cierto es que durante la segunda mitad del siglo XIX se compuso abundante poesía para una burguesía dominante. Por tanto, se exaltan los valores tradicionales y se condena todo lo que implique desorden e inseguridad. La figura más destacada es Ramón de Campoamor.

Hay otra línea muy interesante que es la llamada poesía postromántica, que intenta superar ese Romanticismo retórico y trivial, pero que, al igual que los mejores románticos, trata de profundizar en los rincones del alma. Los máximos representantes son Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro.

Bécquer y Rosalía de Castro: Voces Intimistas

Bécquer (1836-1870), además de excelente prosista, escribió unos bellos poemas que apenas vieron la luz durante su vida. La primera edición de sus textos poéticos apareció en 1871, bajo el nombre de "Rimas". La obra se presenta como un largo poema unitario que desarrolla una historia amorosa, que va desde la ilusión a la desesperanza, el desengaño y la soledad. En estos poemas, con frecuencia breves y aparentemente sencillos, Bécquer está anticipando todo el simbolismo de la poesía contemporánea al aludir a símbolos físicos que expresan sentimientos.

Rosalía de Castro es también otra gran figura de la poesía intimista. Compuso tanto en gallego como en castellano y con ella estamos ya muy cerca de la poesía contemporánea, entendida como una canción de una experiencia personal. Su obra más conocida es "Cantares gallegos".

La Prosa Realista: El Auge del Periodismo y la Novela

En el desarrollo de la prosa, tiene gran importancia el periodismo porque con él se desarrolla a lo largo del siglo el llamado artículo de costumbres, germen de la novela que reproduce de manera fidedigna la realidad.

Son varios los autores realistas, como Juan Valera, José María de Pereda, Armando Palacio Valdés, Benito Pérez Galdós o Leopoldo Alas "Clarín".

Galdós y Clarín: Maestros de la Narrativa Realista

Galdós es uno de los narradores más prolíficos del momento. Sus obras se dividen en los "Episodios Nacionales", constituidos por 46 novelas en donde se reconstruye de forma novelada todos los hechos más importantes de la historia del siglo XIX español. Aparte, escribió numerosas novelas ambientadas en su mayoría en Madrid, en las que se hace una perfecta fotografía de la sociedad de su época. Además, en sus obras aparecen descritas todas las clases sociales.

Clarín, además de su gran labor como articulista, escribió relatos cortos y dos novelas: "Su único hijo" y "La Regenta". "La Regenta" es una de las grandes obras de la literatura española. La obra se encuadra dentro de uno de los modelos típicos de la novela realista, que es la llamada novela de adulterio, pero su auténtica protagonista es la sociedad provinciana en su conjunto, reflejándose perfectamente todas las mezquindades, frustraciones y miserias de la sociedad del momento.

El Teatro Realista: Del Género Chico a la Alta Comedia

El teatro realista también, aunque lentamente, se va a ir alejando de los moldes románticos que habían dominado hacia la mitad del siglo XIX. Los dos géneros que se van a desarrollar son:

  • Género chico: Entre las clases populares se va a poner de moda el llamado género chico, que es un tipo de representaciones breves, con personajes y situaciones muy castizas, de carácter cómico y donde se conjugaba también la música. Algunas de estas obras dieron lugar a la zarzuela.
  • Alta comedia: El público burgués, por su parte, asiste a un tipo de representación denominada alta comedia o comedia de salón. Estas obras cuentan con un limitado repertorio de personajes y los temas tratados son los problemas de la clase burguesa vistos desde una postura conservadora. Un personaje muy característico de estas obras es el razonador, que es el exponente de las ideas del autor.

Los autores más destacados de la alta comedia son: Manuel Tamayo y Baus, José de Echegaray y Joaquín Dicenta.

La Generación del 98 y la Novela de Entreguerras

Los escritores de la generación del periodo entre guerras van a seguir acentuando esta línea de experimentación iniciada por los autores del 98, aunque ninguno de ellos logró resultados brillantes en este campo. Los autores más destacados son: Gabriel Miró, el cual destaca por su excepcional capacidad para contar sensaciones, un título es "El obispo leproso"; y Ramón Pérez de Ayala, con un tipo de novela muy intelectual más próxima al ensayo, destaca su novela "Belarmino y Apolonio".

La Novela de Posguerra: Realismo Social y Crítico

España va a salir de la Guerra Civil profundamente destrozada, y en el terreno cultural, hay una violenta ruptura de todas las corrientes anteriores. Los años inmediatamente posteriores a la guerra son muy poco fructíferos y lo poco que se publica son traducciones de novelas extranjeras. Así están las cosas hasta que hay dos títulos claramente representativos, que son los que van a abrir el camino hacia un tipo de relato comprometido con la realidad del momento. Estos dos títulos son "La familia de Pascual Duarte", de Camilo José Cela, y "Nada", de Carmen Laforet.

Así se abre el camino hacia una corriente que abarca toda la década de los años 50, que es el realismo social o crítico. Los escritores que se adhieren a esta corriente van a manifestar en una serie de escritos su nueva concepción del arte y la literatura. Así, para ellos, lo social debe ser una categoría superior a lo artístico, y utilizan la literatura no como un fin en sí mismo, sino como un medio de denuncia de todos aquellos aspectos que no podían denunciarse en otros medios. Este tipo de novela, salvo magníficas excepciones, posee una cierta pobreza de estilo, y esto sucede porque pretende llegar a un público lo más amplio posible y, por lo tanto, anteponen los contenidos a las destrezas formales.

La estructura del relato se caracteriza por su aparente sencillez, prefiriéndose la estructura lineal. Se suele preferir el protagonista colectivo, y en ellas el narrador permanece bastante oculto. La parte más importante la ocupan los diálogos, a través de los cuales conocemos a los personajes. La obra más representativa de esta corriente es "La colmena", de Camilo José Cela, o "El Jarama", de Rafael Sánchez Ferlosio.

La Novela a partir de los 60: Ruptura y Experimentación

A principios de la década de los 60 empiezan ya a manifestarse signos de cansancio respecto al realismo anterior. Además, hay que tener en cuenta que por estas fechas empiezan a publicarse en España las obras de los narradores hispanoamericanos. Así, por ejemplo, en 1966 se publica "La ciudad y los perros", de Mario Vargas Llosa; en 1967, "Cien años de soledad", de Gabriel García Márquez. Esta ruptura que los escritores latinoamericanos realizan respecto del realismo anterior no supone un alejamiento de la realidad, sino que abordan dicha realidad desde perspectivas y ángulos mucho más ricos estéticamente hablando. Como muy bien dijo Julio Cortázar, el primer deber de un escritor revolucionario es ser revolucionario como escritor.

En nuestro país hay una novela que inaugura el cambio de estética, se trata de "Tiempo de silencio", de Luis Martín Santos. A partir de este momento, algunos autores que habían comenzado su andadura dentro de los moldes realistas y clásicos van a escribir novelas más o menos experimentales, tal es el caso de Miguel Delibes con "Cinco horas con Mario".

La Novela Española desde 1975 hasta nuestros días: Eclecticismo y Diversidad

Así como en la década de los 50 el realismo social se había decantado por el contenido en perjuicio de la calidad formal, y así como en la década de los 60 el afán de experimentación había acabado desplazando el interés de muchas novelas hacia un puro despliegue formal, en la década de los 70 los narradores van a tratar de encontrar un cierto equilibrio entre forma y contenido. Si hay algo que define a los narradores de las últimas épocas es el hecho de que vivimos en una época dominada por el eclecticismo.

Así, por ejemplo, observamos las distintas tendencias. Una línea muy fecunda la constituye la llamada novela lírica o prosa poética, que centra el máximo interés del relato en la calidad poética de cada página. Ejemplos de esto son "Mortal y rosa", de Francisco Umbral, o "La lluvia amarilla", de Julio Llamazares. También se cultiva la llamada novela histórica, con recreaciones más o menos fieles de acontecimientos históricos.

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