Racionalismo continental
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Tema 10: FILOSOFÍA EMPIRISTA
La respuesta empirista
Por empirismo entendemos la corriente filosófica que se desarrolló en los siglos XVII y XVIII en las islas Británicas. Se caracterizó básicamente por defender que, en el proceso de conocimiento, la razón no es omnipotente. Para los empiristas la razón estaba supeditada y limitada por los datos sensoriales.
Hay que señalar como precedentes remarcables: Guillermo de Ockham que establece el recurso a la experiencia como procedimiento indispensable en cualquier investigación, y Francis Bacon. Características Comunes:
- Supremacía de la experiencia. La experiencia es la fuente fundamental de conocimiento. Pasa a ser el criterio para establecer la verdad y el límite hasta el que puede acceder la razón humana. Más allá de los sentidos. Aunque se valoran la función y la importancia de la razón en el proceso de conocimiento, se supedita se capacidad a la experiencia.
- Negación de la existencia de ideas innatas. La mente humana está inicialmente vacía, es como una hoja en blanco donde no hay nada escrito. Para llenarla dependemos de la información de los sentidos. Todo conocimiento es adquirido.
- Interés por el estudio del conocimiento humano. Se ocupan de cómo es posible nuestro conocimiento, su origen, sus límites..
- Dificultad o imposibilidad de una metafísica. Constatan las dificultades para obtener un conocimiento metafísico válido. Algunos pensadores, incluso, niegan la posibilidad de conseguirlo.
- Ciencias experimentales como modelo. Se fijan sobre todo en el recurso a la observación y la experimentación de ciencias como la física.
El contractualismo social
Tradicionalmente se consideraba que, por su nacimiento, los seres humanos ocupaban en la sociedad una posición a la que iban asociados unos deberes. Unos eran responsables de proteger, otros tenían el deber de velar por el bienestar espiritual de la comunidad; pero la mayoría cargaba con las labores más pesadas: trabajar y proveer de todo lo necesario. Unos pocos escogidos gozaban del derecho divino de mandar y ser obedecidos, eran los que detentaban en su persona todo el poder político del Estado.En el siglo XVII, acontecimientos como guerras y conflictos religioso hacían difícil justificar la concepción divina del poder. Además, la burguesía, junto a sus reivindicaciones de igualdad hicieron tambalear la visión inamovible de la autoridad política
Apareció la teoría del contrato social, según el cual el Estado y el poder son fruto de un pacto o contrato entre todos los miembros libres. Éstos, conscientes de la inseguridad crean construyen un Estado y se someten, a cambio de protección, a su autoridad.
HOBBES: El contrato social
La teoría política de Hobbes comporta un giro de la perspectiva tradicional: el poder no tiene un origen divino, sino que proviene de la voluntad de los seres humanos.
Este replanteamiento es consecuencia de la nueva concepción del ser humano: los seres humanos son esencialmente iguales, no han nacido predeterminados para llevar a cabo labores diferentes, todos los hombres gozan de parecidas posibilidades. En el sentido de que en conjunto todos tienen similares posibilidades de conseguir sus objetivos.Esta igualdad, unida al natural egoísmo humano hará pensar a Hobbes que la vida sin una autoridad sería un auténtico infierno.
- El estado de naturaleza. El ser humano viviría en completa libertad e igualdad, no existirían las leyes n la autoridad, todo el mundo tendría derecho a todo. A causa del egoísmo y de la falta de limitaciones, el hombre se convertiría en un hombre para el mismo hombre ( homo homini lupus), y el estado de naturaleza se transformaría en un estado de guerra generalizada. Esta situación impediría cualquier avance o progreso humano. Ahora bien, el instinto de autoconservación, juntamente con el deseo natural de seguridad, hará que los hombres busquen la manera de salir de esta situación.
- El pacto. La razón humana y el deseo de vivir en unas condiciones más propicias impulsaron a los hombres a renunciar a la libertad y a pactar una forma de vida más represiva pero más segura. Un contrato por medio del cual se traspasa todo el poder a un tercero, que se convertirá en el soberano al que todos se someterán a cambio de protección, esto viene provocado por el miedo.
- El Estado o Leviatán. Este pacto constituye el origen del Estado. Del contrato surge un soberano que acapara todo el poder. No tiene que ser necesariamente un monarca personal, pero su poder ha de ser absoluto. Ningún ser humano puede quitarle su poder. Solo en el caso de que el soberano sea incapaz de cumplir la función para la cual le han sido dados todos los poderes los súbditos tendrán derecho a romper el pacto y derrocarle.
Locke: el liberalismo político
Un pacto liberal
La teoría política de Locke se halla muy cercana a la de Hobbes, pero, por otro, en las antípodas del absolutismo de éste.
Para Locke, el origen y la legitimación del Estado también son fruto de un pacto entre los individuos. Ahora bien, este contrato, mediante el cual se legitima el Estado, no comporta la renuncia a los derechos personales ni la justificación del absolutismo. Locke pretende justificar la legitimidad de derechos personales, como el derecho a la subsistencia o el derecho a la propiedad privada. La sumisión al poder político en ningún caso puede significar una renuncia a los derechos individuales. El Estado, se subordina a los intereses individuales.
En Locke, el contrato social se concreta de esta manera:
- En estado de naturaleza. Para Locke, en este, además de disfrutar de libertad y de igualdad, los hombres poseen derechos naturales: derecho a la subsistencia, derecho a la propiedad, a la salud. Tener derecho a todo esto no quiere decir que en la realidad todos estos derechos se respeten, y más si tenemos en cuenta que la fuerza que tenga suficiente poder como para obligar a que se cumplan.
- El pacto. Con la intención de asegurar el cumplimiento de estos derechos, los hombres libres pactan su incorporación a la sociedad y la creación de la autoridad. Los hombres no renuncian a sus derechos transfiriéndolos al soberano, lo que hacen es otorgar a los gobernantes el poder necesario para que los protejan.
- El estado liberal. De este pacto, pues, surge el Estado, pero el poder del Estado no pasa a ser absoluto, sino representativo. Los gobernantes están al servicio de los individuos, ya que éstos renuncian a parte de su libertad para que la autoridad proteja sus derechos. En el caso de que el soberano no cumpla esta función el pueblo tiene derecho a la insurrección y a la anulación del pacto.
La epistemología empirista: la experiencia fija los límites
Locke intento aclarar cuáles eran las posibilidades y capacidades del entendimiento humano. Sólo cuando hayamos establecido la naturaleza y el alcance de las facultades cognitivas, podremos estar seguros de la verdad de la información que nos proporcionan. Ensayo sobre el entendimiento humano.
El valor de Locke consiste en haber fijado el principio del empirismo: la razón ni es infalible ni completamente autónoma, sino que trabaja con el material de la experiencia o sentidos. Esta constituye la garantía y el límite del éxito racional.
Origen de nuestras ideas
Sólo podemos acceder al mundo que nos rodea y conocerlo mediante las representaciones que nos hacemos de él, ya que estas ideas constituyen los contenidos básicos con que trabaja el entendimiento.
No hay ideas innatas, ninguna idea es connatural al entendimiento y no hay ningún tipo de contenido mental anterior a la experiencia. Cuando nacemos la mente que tenemos es un White paper, un papel en blanco o una tabula rasa que, poco a poco, se va llenando de información. Lo que hay en nuestra mente proviene de la experiencia:
- Las ideas simples son las que no pueden dividirse en partes y que provienen de la experiencia: de la sensación o experiencia externa los sentidos o bien de la reflexión o experiencia interna (pensar, dudar, creer).
- Las ideas complejas (arco iris) son fruto de la labor de combinación y unión que realiza el entendimiento con las ideas simples.
La idea de sustancia
La idea de sustancia es, una idea compleja, producto de la unión y combinación que el entendimiento lleva a cabo con las ideas simples. El entendimiento agrupa bajo una misma idea las cualidades o ideas simples que acostumbramos a percibir juntas. Acostumbrados a dar un paso más y consideramos esta idea de sustancia no como el conjunto de sensaciones que suelen producirse juntas, sino como una realidad material como soporte y causa de éstas. La idea de sustancia como soporte es la que Locke discutirá.
Aparte de las cualidades y los accidentes, como el color rojo que vemos o el aroma ¿tenemos alguna sensación del soporte material que provoca sensaciones en nosotros? Locke dirá que no. La sustancia, permanece inaprehensible e incognoscible.
Locke no llega a rechazar totalmente la existencia de las sustancias tenemos que creer en la existencia de realidades que sean la causa de nuestras experiencias. ¿De qué modo se explicaría, entonces, que ante la misma rosa todos la percibiéramos de manera semejante? Únicamente si existe una realidad objetiva podemos explicarnos las experiencias coincidentes entre sujetos diferentes.
Berkeley: el rechazo del materialismo
-Un pensador que, partiendo de ideas empiristas, deduce conclusiones, nada empiristas: la no-existencia de la realidad material. Su deseo es acabar con el materialismo y el deísmo.
-El deísmo defendía la existencia de un Dios que, después de crear se desentendía de su creación. Berkeley no podía concebir más que un Dios que intervenía y participaba continuamente en su creación. Por otro lado, el materialismo, que cada vez estaba más divulgado, lo identificaba todo con la materia; Berkeley rechazará firmemente esta creencia.
-“Arremete contra el materialismo, intentando demostrar que no hay que suponer cosas materiales tras las ideas, sino que el ser de los objetos no es otra cosa que ser. Percibidos sensorialmente y que el sujeto los perciba (“Esse est percipí aut perciper”).
-Berkeley hace suyas las teorías de Locke: sólo podemos tener certeza de nuestras ideas o percepciones. Ni siquiera de la realidad que origina y causa las percepciones puedo estar seguro. Y es que las percepciones son enteramente subjetivas. Solo podemos afirmar con rotundidad la existencia de contenidos mentales, ideas y la existencia de (mentes) que los poseen.
-Ahora bien, si no existe la realidad material, ¿cómo es que los diferentes sujetos tienen también percepciones semejantes si éstas son subjetivas? La respuesta que Berkeley da a todo ello es Dios. Dios, como causa de nuestras ideas, es el responsable de su orden y su regularidad. Los “objetos” de las ideas sensoriales tienen que hallarse en todo espíritu que los perciba en Dios y ser producidos en nuestro espíritu por medio de afecciones.
Hume: la culminación del empirismo
Investigando el conocimiento
Hume considera, que antes de iniciar cualquier indagación, es indispensable investigar el conocimiento de uno mismo para establecer una base firme que lo sostenga. El sujeto del conocimiento es siempre el ser humano, por lo que la filosofía ha de estudiar en primer lugar al ser humano y sus facultades.
El origen de nuestras ideas
Nuestros contenidos mentales son percepciones. Y todas las percepciones provienen de la experiencia. El innatismo, es falso.
Las clasifica según el grado de vivacidad:
- Las impresiones son las sensaciones inmediatas de la experiencia: imágenes, pasiones y emociones.
- Las ideas, son imágenes o copias difusas de las impresiones. Son productos de la imaginación y de la memoria que no consiguen imitar el grado de intensidad de los originales.
Nuestras percepciones, pueden ser clasificadas. Según su procedencia:
- Percepciones de sensación: son aquellas que provienen de los sentidos.
- Percepciones de reflexión: son estados exclusivamente mentales, como el aburrimiento que nos produce esperar el autobús o la satisfacción que nos proporciona aprender cosas nuevas.
Según su composición:
- Simples: no pueden dividirse en otras menores. Por ejemplo, el dulce aroma de un perfume.
- Complejas: pueden distinguirse y dividirse en otras más simples. Unas rosa roja se descompone en otras más simples: el olor, el color, el tacto…
La asociación de ideas
¿De dónde provienen las ideas simples? Todas las ideas simples provienen de sus correspondientes impresiones simples. ¿Las ideas complejas son también una copia de impresiones complejas? Así ocurre en algunos casos: la idea de manzana proviene de la impresión completa de manzana. Existen otros tipos de ideas que no son estrictamente copias de impresiones complejas. Por ejemplo, si pensamos en un unicornio o en un sapo que habla, ¿de qué impresión diríamos que provienen? De ninguna. En este caso, las ideas complejas son fruto de la combinación y unión fantasiosa que realiza la imaginación con las impresiones.
La imaginación crea ideas complejas siguiendo ciertas leyes y regularidades. Hume llamó leyes de asociación de ideas.
- Semejanza: Hay algo en nuestra mente que la impulsa a asociar ideas entre las cuales hay algún grado de similitud. Fotos con personas.
- Contigüidad en el espacio y en el tiempo: Una idea nos conduce naturalmente a otra cuando entre ellas existe una relación de proximidad, ya sea espacial o temporal. El arco de un violín
- Relación causa-efecto: Ante los fenómenos que se acostumbran a suceder nuestro entendimiento crea una expectativa de futuro: espera que ciertos hechos sigan a otros al igual que ha sucedido en el pasado.
El problema de la causalidad
La conexión causa-efecto, además de una ley de asociación de ideas, es una relación que atribuimos a los acontecimientos que suceden en el mundo.
La validez de esta relación ha sido aceptada acríticamente durante mucho tiempo. Hume quiere examinar la legitimidad de esta idea. Lo hace aplicando el principio empirista: para toda idea o creencia se ha de comprobar de qué impresión es copia; en el caso de que no se halle el original, ésta tendría que ser rechazada.
¿Qué entendemos por relación causal? Entre el fuego y el calentamiento del agua se produce una relación causal: el calentamiento del agua. Esta relación se concibe como si se tratara de una conexión necesaria, como si ambos fenómenos se hallaran inevitablemente unidos, ya que la aparición de uno impondría la aparición del otro.
Hume recurre a la experiencia para dar validez a este supuesto conocimiento, y no encuentra ninguna impresión de necesidad entre el fenómeno A causa y el fenómeno B efecto. Lo único que observamos en este proceso en que un hecho va seguido de otro fenómeno, pero no observamos conexión necesaria entre ambos.
Hume concluye que la idea de conexión necesaria es fruto de la imaginación. Al observar en innumerables casos cómo un fenómeno va seguido de otro, tendemos a considerar, llevados por la costumbre o hábito, que siempre sucederá así. Resulta muy útil para vivir sin ella el mundo se volvería caótico e imprevisible. Ahora bien, una costumbre sólo puede proporcionar creencias, pero nunca conocimiento universal y necesario.
La probabilidad de la ciencia (Continuación de la pregunta anterior)
La duda sobre la validez de la relación de causalidad supone un cuestionamiento de la ciencia. Las ciencias, se basan en la relación de causalidad. Al ser cuestionado su fundamento, el edificio científico queda afectado. Los enunciados científicos no pueden identificarse con leyes universales. Estas leyes son simplemente creencias apoyadas en la costumbre y en la tradición. Las creencias no son ni universales ni necesarias; como mucho, son probables.
El emotivismo moral (Ética de Hume)
Hume fue uno de los primeros pensadores en reivindicar el papel fundamental de las emociones y los sentimientos en el comportamiento humano. Es cierto que reflexionamos y razonamos antes de tomar decisiones, no actuamos alocadamente, de una manera inconsciente e irresponsable; Hume no lo niega, pero lo matiza: estos razonamientos están motivados por creencias en las cuales tienen un peso fundamental las emociones.
Nuestras acciones están motivadas por los sentimientos de atracción o aversión que nos producen ciertos comportamientos. Del placer o del dolor que determinadas acciones nos provocan. Buscamos y apreciamos lo que nos causa placer, y aborrecemos y rechazamos lo que nos ocasiona dolor.
Placer y dolor están en la base de los juicios morales lo que nos complace, mientras que el mal consiste en el disgusto y el dolor que determinadas acciones nos provocan. Este sentimiento de placer no se ha de entender en un sentido egoísta. Para Hume, la simpatía es propia de la naturaleza humana, la inclinación que los seres humanos sienten a participar y revivir las emociones de los demás. Esta inclinación hace naturales los sentimientos que en nosotros despiertan las desgracias ajenas, como por ejemplo la compasión y la solidaridad, la justicia, la benevolencia, la gratitud y la amabilidad son actitudes que me gustan, aunque de ellas no obtenga directamente un beneficio personal. En este contexto, tiene un papel fundamental la educación, ya que racionaliza y encarrila los sentimientos de aprobación y rechazo ante determinadas acciones. Cuando el placer y la felicidad afectan al máximo número de personas me proporcionan tanto placer como mi propio provecho. La ética de Hume es una ética utilitarista que concibe como bien lo que proporciona placer y es útil a la mayoría.