El Pueblo Elegido y la Esperanza Mesiánica: Un Recorrido Bíblico

Un Pueblo con Esperanza

La Biblia narra la historia entre el pueblo de Israel y Dios. Dios eligió a Abraham para que fuese el padre de un gran pueblo. Además, Dios prometió a Abraham y a su pueblo una tierra donde serían completamente felices. Por eso, en la fe de los israelitas, tienen la convicción de que son el pueblo elegido por Dios. Sin embargo, se observa que este pueblo tiene muchos problemas. La guerra y la injusticia fueron algunos de ellos. La vida de este pueblo no fue completamente fácil; los pobres y los enfermos eran marginados, y los ricos no ayudaban. ¿Cómo es posible que este fuera el pueblo elegido por Dios con todos los inconvenientes que tenían? La respuesta está en la Biblia: Dios quiere la felicidad de las personas que le siguen, pero el pecado les aleja de la felicidad absoluta.

¿Quién es el Mesías?

Las personas que esperaban al Mesías lo esperaban de maneras muy diferentes y opuestas a como es realmente. Tenían ideas diversas y erróneas. Algunos esperaban que fuese un gran rey, otros esperaban un mesías sacerdote que lograría la santidad del pueblo de Israel. Isaías presenta la figura sorprendente del Mesías como el siervo del Señor. Finalmente, otros pensaban que sería un ser celeste con forma humana.

Esperanzas Mesiánicas en Tiempo de Jesús

En la época de Jesús, la tierra de los judíos estaba ocupada por los romanos. La vida de este pueblo no era sencilla. Eran personas con trabajos humildes como agricultores, ganaderos y pecadores que pagaban impuestos, y esto hacía que muchas familias sencillas pasaran necesidades y malas épocas. El pueblo seguía esperando la llegada de un Mesías, un Mesías descendiente del rey David, un Mesías que se preocupara de pobres y enfermos. Otras personas de grupos religiosos tenían ideas diferentes. Los fariseos, que eran personas que estudiaban la ley, esperaban un Mesías que fuera un gran conocedor de la ley e hiciera impartirla.

Jesús, el Mesías según los Evangelios

Los evangelistas comprendieron que Jesús era el Mesías esperado, ya que cumplía todo lo que el Nuevo Testamento redactaba: descendiente del rey David, la virgen María lo concibió sin pecado y le pone por nombre Emanuel, nació en Belén y fue adorado por los reyes. Jesús se autodenominaba el Hijo del Hombre, fue condenado a muerte cargando nuestros pecados. Sin embargo, Jesús no se adaptaba con precisión a los modelos mesiánicos. Jesús pidió a sus seguidores que no revelasen que él era el Mesías y así evitar cualquier interpretación errónea sobre quién era y cuál era su misión.

¿Quién Dice la Gente que Soy Yo?

Jesús perdonaba pecados y curaba a los enfermos. Sin embargo, muchos no llegaban a comprender quién era realmente. Un día, Jesús preguntó a sus discípulos quién decía la gente que era él. El apóstol respondió que Jesús era el Mesías.