El Propósito Divino y la Salvación en Cristo

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(PARTE 2): La Misión del Hijo de Dios

7. ¿Para qué Vino el Hijo de Dios al Mundo?

Los motivos o razones por las que el Hijo de Dios vino al mundo son:

a) Para Salvar a los Hombres

El Hijo de Dios vino para que el mundo se salve por Él. Dios quiere que todos los hombres se salven. Como consecuencia del pecado original, el hombre necesitaba ser salvado. La salvación comprende dos aspectos:

  1. La liberación del mal: El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.
  2. La comunicación de la vida divina: «para hacernos partícipes de la naturaleza divina».

La finalidad de la salvación también se expresa en los siguientes términos:

  1. El Verbo divino ha venido a comunicarnos personalmente la verdad, a revelarnos en sí mismo a Dios.
  2. También ha venido para fortalecer nuestra esperanza y movernos al amor de Dios.
  3. Por último, ha venido para ser modelo y ejemplo de santidad; de ahí la importancia de contemplar la humanidad de Jesús como criterio para la vida del hombre.

b) La Salvación es Obra de la Misericordia Divina

Es el amor desbordante o misericordioso de Dios hacia los hombres. Se trata de un don de Dios que expresa su misericordia, un amor grandioso que se vuelca ante la indigencia humana. En esa motivación podemos distinguir tres momentos:

  1. Indigencia del hombre: El hombre, con sus solas fuerzas naturales, no podía alcanzar la salvación. Después del pecado original, todos los hombres habían quedado privados de la amistad con Dios. Es una experiencia universal la tendencia del hombre al mal.
  2. El amor de Dios: La encarnación es obra del amor y de la misericordia de Dios.
  3. La libertad de Dios: La encarnación es una acción libre y gratuita de Dios a favor de los hombres, fruto de la misericordia divina.

El Mensaje de Jesús

3. Jesús Anuncia y Realiza el Reino de Dios

3.2 Noción de Reino de Dios

El reino de Dios anunciado por Jesús significa la presencia e intervención misericordiosa de Dios en la historia, para la salvación eterna de los hombres. Suele hablarse de tres dimensiones:

  • Dimensión Cristológica: El reino es el mismo Jesús que hace presente a Dios en el mundo.
  • Dimensión Espiritual: El reino es la presencia operativa de Dios en el interior del hombre.
  • Dimensión Eclesial: El reino es la Iglesia, comunidad de los creyentes de Cristo.

Se trata, por consiguiente, de un reino interno, invisible, es decir, el reino de la gracia en las almas; y también un reino social y visible, en cuanto que coincide con la Iglesia fundada por Jesús en la tierra.

3.3 Características del Reino de Dios

El reino de Dios anunciado por Jesús presenta estas características principales: es un reino espiritual, que ya está presente en la tierra; es también un reino escatológico, que todavía no ha alcanzado su pleno desarrollo.

  • El reino de Dios es espiritual: No se trata de un reino en sentido temporal o político: no es un reino «de este mundo». Jesús subraya que el reino que Él anuncia e inicia es el reino de su Padre, a quien los hombres deben dirigirse para obtener su venida: «Venga tu reino». El Padre, por medio de la redención obrada por Cristo, ofrece amorosamente a los hombres el perdón de sus pecados y la salvación, y espera la conversión de los hombres como el padre de la parábola esperaba el regreso del hijo pródigo. Por eso, el término «reinado» parece que expresa mejor la realidad del «reino de Dios».
  • Este reino ya está presente en la tierra: Crece y se desarrolla en el mundo y en la historia humana. Poco antes de su pasión, Jesús ruega al Padre que conceda a los discípulos vivir según esta concepción del reino de Dios: «No pido que los saques del mundo, sino que los guardes del Maligno. No son del mundo lo mismo que yo no soy del mundo».
  • El reino de Dios es escatológico: Aunque lo ha iniciado Jesús en la tierra y se desarrolla en la historia de los hombres, solo alcanzará su plenitud en el mundo futuro, en la vida eterna: «Cuando venga el Hijo del Hombre en su gloria…, serán reunidas ante Él todas las gentes. (Entonces, los pecadores) irán al suplicio eterno; los justos, en cambio, a la vida eterna».

En resumen: El reino de Dios ha comenzado a realizarse y se desarrolla en la historia del hombre y del mundo; pero el cumplimiento o realización plena pertenece al futuro. El reino de Dios ya está presente entre los hombres, porque Jesucristo ha redimido al mundo; pero todavía no está realizado plenamente, porque aún estamos peregrinando hacia la vida eterna. El reino de Dios que anuncia y realiza Jesús tiene como objetivo último la salvación eterna.

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