Procesos Sensoriales y Perceptivos: Fundamentos Biológicos y Cognitivos

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Sensación y Percepción

Nuestro comportamiento es resultado de la complejidad de variables cognitivas y afectivas. Sin embargo, toda esa riqueza y flexibilidad ocurre gracias a nuestra estructura biológica. Por ende, para poder comprender nuestro comportamiento, debemos comenzar entendiendo que las bases biológicas regulan nuestros pensamientos y afectos.

Nuestro cuerpo posee dos sistemas fundamentales que nos permiten coordinar e integrar la conducta: el Sistema Nervioso y el Sistema Endocrino.

El Sistema Nervioso está conformado por dos subsistemas, y cada uno de ellos se preocupa de regular funciones diferentes:

  • Sistema Nervioso Central (SNC): interviene en las funciones de relación, sensibilidad y movimiento del cuerpo.
  • Sistema Nervioso Periférico (SNP): también llamado Autónomo o Neurovegetativo, regula las funciones de la vida vegetativa (circulación, respiración, digestión, etcétera), que son independientes de nuestra voluntad.

El SNP, a su vez, se encuentra compuesto por el Sistema Somático (SS) y Autónomo (SA). Este último es el que controla los sistemas o divisiones Simpáticos y Parasimpáticos. Ahora bien, los aspectos sensoperceptivos ocurren y son posibles gracias a esta estructura.

Definiciones

  • Sensación: Proceso construido y guiado por vías por donde ingresa la información del medio ambiente y es transformada en impulsos electroquímicos. Su información no tiene significado. La sensación es el elemento básico de interacción de un organismo con un medio y se define como la experiencia de estimulación sensitiva (Morris, 1995).
  • Percepción: Integración, organización e interpretación de la información que proviene de los sentidos y de la experiencia previa.
  • Imaginación: Proceso de creación, representación de elementos que no se encuentran en la realidad. Se construye en el proceso creativo del ser humano. Existe una integración, cuya suma da resultados no esperados y nuevos.

Los Sentidos

El medio ambiente genera estímulos al organismo, los cuales estimulan a su vez células receptoras especializadas que responden a un tipo específico de energía.

Estímulos: Cualquier forma de energía que produce una respuesta en un órgano sensorial, que produce energía a la que podamos responder como por ejemplo: las ondas sonoras, ondas luminosas, etc.

Sentidos: Canal o una vía fisiológica particular por la que respondemos a un tipo de energía específica. Los sentidos son las vías de comunicación que tiene nuestro organismo con el mundo exterior. Los órganos de los sentidos son los que permiten conocer el mundo y captar el medio ambiente.

Operaciones Sensoriales

Para que los órganos de los sentidos respondan a la estimulación es necesario que el estímulo presente una intensidad suficiente para que la célula receptora reaccione. La forma en que reacciona es a través de una señal electroquímica codificada que se va especializando en el camino que recorre hasta llegar al cerebro, donde el mensaje es más preciso y detallado en términos de estimular las áreas de codificación sensorial. Específicamente estas señales crean en el cerebro experiencias sensoriales que son a su vez decodificadas e interpretadas a través del proceso de percepción.

Los científicos han catalogado cerca de 12 sentidos humanos distintos y podrían existir otros. Los sentidos desempeñan cuatro papeles en la percepción:

  • Detección
  • Transducción
  • Transmisión
  • Procesamiento de Información

1. Detección

Los elementos que detectan los estímulos sensoriales se denominan receptores y cada sentido tiene uno específico.

En cada sentido existen receptores, elementos de detección, grupo de células sensibles a un tipo específico de energía.

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Los receptores son sensibles a una gama limitada de estímulos. Por ejemplo, nuestros oídos responden a las vibraciones del aire en un intervalo de 20 y 20000 hertz (ciclos por segundo). Las vibraciones superiores e inferiores a este intervalo no son audibles por la gente.

Umbrales Sensoriales

  • Umbrales absolutos: Son los valores de magnitud mínima del estímulo, que son necesarios para su detección. Si la magnitud del estímulo es demasiado débil, subumbral o sublimal, no produce una respuesta de detección, por otro lado, la magnitud del estímulo que superan el umbral, se denominan supraumbrales o supraliminales.
  • Umbrales Diferenciales: Es la medida de la diferencia mínima entre dos estímulos que es posible detectar. Es decir, es la diferencia más pequeña de intensidad entre dos estímulos para que se pueda percibir dicha diferencia.

Adaptación Sensorial

Es una acomodación en la capacidad sensorial frente a una exposición prolongada a un estímulo o serie de estímulos. Es decir, dada la gran cantidad de estimulación que existe en el medio, el organismo ha aprendido a disminuir los niveles de respuesta de los receptores sensoriales frente a la estimulación continua. Ejemplo: el sonido de los autos fuera de la sala es una estimulación de la cual ya no somos conscientes, o la temperatura del lugar.

Atención Selectiva

La atención es una disposición de nuestra cognición, que efectúa una elección entre las múltiples ofertas de fenómenos perceptibles, por cuanto hace que se perciba precisamente los que concuerda con las motivaciones existentes y se ignore o se considere con menor claridad lo que no se sitúa en el área de la motivación. Es decir, focalizamos la atención en aquellos estímulos que nos generan interés (cabe destacar que algunos estímulos son imposibles de ignorar).

Los umbrales sensitivos equivalen a las intensidades mínimas y máximas de intensidad de energía física que se necesita para producir una sensación.

2 - 3. Transducción y Transmisión

Los receptores transducen, es decir, convierten energía de una forma a otra. Los receptores reciben la estimulación, la convierten en energía que ingresa como señales electroquímicas que el sistema nervioso usa para la comunicación.
Si esta energía tiene la suficiente intensidad, desencadena impulsos nerviosos que transmiten la información codificada acerca de las diferentes características del estímulo. Los impulsos viajan por fibras nerviosas hacia regiones del cerebro.

4. Procesamiento de la Información

Tanto el cerebro como los receptores procesan la información sensorial y en los animales más complejos el cerebro tiene mayor responsabilidad en esta función.

Órganos de los Sentidos

Vista

La vista es el más importante de nuestros sentidos, ya que brinda la información más completa y detallada del mundo externo. Según se ha estimado, el 80 por ciento de toda la información que percibimos llega al cerebro a través de los ojos. Las estructuras que permiten la visión son los globos oculares, las estructuras protectoras y las vías nerviosas ópticas. El estímulo está constituido por las ondas electromagnéticas (luz) correspondiente al espectro visible que inciden en la retina del ojo, donde están situados los receptores llamados bastoncillos y conos, células nerviosas excitables por la luz.

Los bastoncillos son sensibles únicamente a la luz débil, por lo que se utilizan en la visión nocturna; los conos sirven para la visión diurna, además sólo ellos son sensibles al color.

Dentro de las perturbaciones de la visión del color las más importantes son:

  • La Acromatopsia, o incapacidad para percibir cualquier color, a excepción del blanco, negro y gris.
  • El Daltonismo, consistente en la confusión entre el rojo y el verde.
  • La Tritonopía, que consiste en la no discriminación entre el azul y el verde.

Otros trastornos de la visión son la Miopía, Astigmatismo, Hipermetropía, Presbicia, etc.

Oído

La audición, junto con la vista, son los sentidos más útiles que poseemos, porque conforman nuestro sistema de alerta primario frente a situaciones del entorno potencialmente peligrosas. Además, ambos sentidos se apoyan mutuamente, de modo que cuando uno de ellos baja su rendimiento, el otro se agudiza como forma de compensación. El oído es el órgano de la audición, y es responsable de generar las percepciones auditivas. También es esencial para el equilibrio u orientación espacial. Se divide en tres partes: el oído externo, el oído medio y el oído interno.

El estímulo está constituido por las ondas sonoras recibidas por el oído externo y que a través del oído medio, llegan al interno en el que está situado el órgano de Corti (caracol) cuyas células ciliadas son excitadas por las ondas, transformando la energía sonora en impulso eléctrico. El nervio auditivo conduce el impulso eléctrico a su zona correspondiente del cerebro.

Los sonidos se distinguen entre sí por la longitud de onda y por su frecuencia. La frecuencia menor que puede oír el hombre es de 20 ciclos/seg, siendo la mayor de 20.000 ciclos/seg.

Las cualidades propias del sonido son:

  • La Intensidad, que depende de la amplitud de las ondas sonoras.
  • El Tono, originado por la frecuencia; el tono agudo responde a una frecuencia alta, el grave a una baja.
  • El Timbre, que depende de los sonidos armónicos que acompañan al sonido principal. Es el timbre el que permite diferenciar un mismo sonido emitido por un piano o un violín o diferenciar la voz entre una persona y otra.

Gusto

El gusto tiene la función de identificar los sabores por medio de la percepción de sus cualidades químicas. El gusto y el olfato, funcionan en complemento, de tal manera que se les ha denominado los sentidos químicos. El estímulo son las sustancias en estado líquido. La saliva tiene, entre otras funciones, disolver las sustancias que entran en la boca para poder sentir el sabor. El gusto se percibe a través de las papilas gustativas, que se concentran en la mucosa de la lengua y, en menor medida, en el paladar y la faringe. Las papilas están distribuidas en forma desigual en la lengua y todas perciben los cuatro tipos básicos de sabores, no obstante, algunas papilas reaccionarían con mayor intensidad ante determinados estímulos, de manera que en la punta de la lengua se capta el sabor dulce; el amargo se percibe en la parte posterior, y los sabores salado y ácido o agrio se sienten en los lados de este órgano. El resto de los sabores son sensaciones, producto de la combinación de estos cuatro, estimuladas por los olores emanados de los alimentos.

Olfato

El estímulo son las sustancias volatilizadas, que excitan los receptores olfatorios situados en la parte superior de las fosas nasales. Mediante esta sensación captamos los olores, indefinidos en número; se han intentado diversas clasificaciones de los olores, todas ellas muy discutibles.

Comparado con las otras funciones, el olfato ocupa un lugar secundario en nuestra vida, sin embargo, es el sentido más sensible, ya que se estimula con concentraciones sorprendentemente bajas de moléculas de alguna sustancia. Como vimos antes, el olfato y el gusto están interrelacionados. Además, el olfato actúa como un detector que nos advierte de peligros como los gases tóxicos o venenosos, o los alimentos en descomposición. El sentido del olfato reside, específicamente, en las fosas nasales, que se ubican detrás de la nariz y por encima de la boca.

Tacto

El tacto es el encargado de la percepción de los estímulos que incluyen el contacto y presión, los de temperatura y los de dolor. Su órgano sensorial es la piel, que, además, tiene el mérito de ser el órgano más grande del cuerpo. La percepción de estos estímulos externos se realiza a través de las células receptoras específicas que tiene cada una de estas señales en la piel. Se estima que en la piel humana existen alrededor de cuatro millones de receptores para la sensación de dolor, 500 mil para la presión, 150 mil para el frío y 16 mil para el calor.

Sistema Vestibular

Con sus receptores en el oído interno, es el sentido del movimiento de nuestro cuerpo en el espacio. De esta forma nos provee información fundamental para orientarnos en el espacio, mantener un campo visual estable a pesar de que nuestra cabeza y/o cuerpo se estén moviendo. También nos permite coordinar el movimiento de ambos lados del cuerpo, como al recortar con tijera, abotonar, andar en bicicleta, etc. y anticiparnos espacial y temporalmente al movimiento, como al atajar una pelota o saltar una cuerda.

Propiocepción

Con sus receptores en músculos, tendones y articulaciones, nos permite saber dónde está cada parte de nuestro cuerpo y cómo se está moviendo, sin necesidad de usar la vista. Esto nos provee información fundamental para tener destreza y coordinación motora, tanto en nuestra motricidad gruesa (correr, saltar, etc.), como funciones manuales (escribir, recortar) y control motor oral (comer, hablar). Nos permite graduar la fuerza de la contracción muscular y realizar los movimientos en tiempo justo (timing), para ser efectivo.

Cinestésico

Nos informa de la tensión de nuestros músculos. Mediante este sentido coordinamos la actuación de nuestros músculos de modo automático. Los órganos receptores son unas terminaciones nerviosas situadas en los tendones y en las juntas articulares.

Una anomalía en este sentido produce una arritmia o falta de coordinación en los movimientos. Si cerramos los ojos y otra persona nos pone los brazos en cruz, por ejemplo, sabemos que los tenemos en cruz.

Interoceptivo

Nos informa de nuestros órganos internos, por ejemplo, una vejiga llena.

Percepción

La percepción es el proceso mediante el cual la conciencia integra los estímulos sensoriales sobre los objetos, hechos o situaciones y los transforma en experiencia útil. La percepción incluye la interpretación de esas sensaciones, dándoles significado y organización (Matlin y Foley 1996). La organización, interpretación, análisis e integración de los estímulos, implica la actividad no sólo de nuestros órganos sensoriales, sino también de nuestro cerebro (Feldman, 1999). En los seres humanos a un nivel más complejo se trata de cómo el cerebro traduce las señales o estímulos recogidos.

Ahora bien, es importante señalar que la percepción no es un proceso simple y mecánico. Por ejemplo, si se invita a varios artistas a que pinten el mismo paisaje, cada uno de ellos nos da un cuadro diferente. Cada espectador de una película puede hablarnos de las diferentes cosas que ha observado; varios testigos de un accidente o de un suceso nos cuentan variadas versiones. No percibimos sólo con un órgano sino que cada fenómeno es registrado por varios y la más ligera desviación en cada uno puede dar lugar a considerables variaciones en cada persona. Si cada uno percibe el mismo material con ciertas diferencias, si la descripción habla más del descriptor que de lo descrito, podemos repetir la proposición del filósofo Kant: "Vemos las cosas no como ellas son sino como somos nosotros”.

La Percepción entonces:

  • Es el proceso cognoscitivo a través del cual los individuos organizan e interpretan sus impresiones sensoriales de manera de darle un significado a su ambiente.
  • Nos permite entender y dar sentido a las sensaciones que experimentamos continuamente. Debe comprenderse que la información que llega de los sentidos no está elaborada. Esta función es la que realiza la percepción (Morris, 1995; Torres, 2002).

La Percepción comprende dos procesos (Bruner y cols. 1958):

  • La selección del enorme caudal de datos que nos llegan del exterior, reduciendo su complejidad y facilitando su almacenamiento y recuperación en la memoria.
  • Un intento de ir más allá de la información obtenida, con el fin de predecir acontecimientos futuros y, de ese modo, evitar o reducir la sorpresa.

Está influida por:

  • Señales externas (estímulos)
  • Señales internas (factores personales), la motivación, la experiencia pasada o las expectativas en un momento dado, pueden actuar como señales internas.

Proceso Sensoperceptivo

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Principios Gestálticos de Organización

La teoría de la Gestalt postula que percibimos los objetos como "todos" bien organizados, más que como partes separadas y aisladas. El "todo" que vemos es algo más estructurado y coherente que un grupo de fragmentos aislados; la forma es más que la simple unión de los fragmentos.

Max Wertheimer (1923), Kurt Koffka (1935) y Wolfang Köhler (1947), en el siglo XX emprendieron la tarea de descubrir los principios por los que interpretamos la información sensorial. Estos principios se estructuraron básicamente en dos leyes: Ley de figura o fondo y ley de buena forma (llamada también de agrupamiento o de pregnancia).

Ley de Figura y fondo: para que un estímulo se note, debe contrastar con el ambiente. Los individuos organizan los estímulos en forma y fondo:

  • La figura, es el elemento central que capta la mayor parte de nuestra atención, porque, en contraste con su fondo aparece bien definida, sólida y en primera plana.
  • El fondo, poco diferenciado, se percibe como indefinido, vago y continuo.

Si bien las personas tienden a organizar su percepción en términos de figura y fondo, dependerá del proceso de aprendizaje la decisión acerca de qué estímulos se percibirán como figura y cuáles como fondo.

Ley de buena forma: remite a un principio de organización de los elementos que componen una experiencia perceptiva y que los gestaltistas llamaron Pregnancia (Prägnanz). Este mecanismo permite reducir posibles ambigüedades o efectos distorsionadores, buscando siempre la forma más simple o la más consistente; en definitiva, nos permite ver los elementos como unidades significativas y coherentes.

Además, la Ley de la Buena Forma se rige por una serie de principios básicos:

  • Proximidad: Cuando los objetos están cerca uno de otro tendemos a percibirlos juntos y no separados.
  • Semejanza: Los objetos de color, tamaño o forma semejante suelen percibirse como parte de un patrón.
  • Cierre: tendemos a no reparar en lo incompleto de la información sensorial y apercibir un objeto entero, aun cuando no exista en la realidad.
  • Continuidad: Tendemos a agrupar como parte de un patrón los objetos que siguen un patrón o dirección.

Constancias Perceptuales

Es la tendencia a percibir los objetos como inalterables a pesar de los cambios que produce la estimulación sensorial. Una vez que nos hemos formado una percepción estable del objeto, lo reconoceremos casi desde cualquier ángulo. De esta forma la constancia de tamaño, forma, y color nos ayuda a tener una configuración estable de la realidad permitiéndonos relacionarnos mejor con ella.

  • Constancia de forma: tendencia a ver un objeto como si tuviera el mismo tamaño, sin importar desde qué ángulo lo miremos.
  • Constancia de color: inclinación a percibir los objetos conocidos como si conservaran su color, aun cuando se dieran los cambios de la información sensorial
  • Constancia de tamaño: percepción de un objeto como si tuviera el mismo tamaño cualquiera que sea la distancia desde la cual lo vemos.
  • Constancia de brillantez: percepción de la brillantez como si fuera la misma, a pesar de que cambia la cantidad de luz que llega a la retina.

Predisposiciones Perceptuales

Este concepto hace referencia al modo en que nuestras experiencias previas, nuestras expectativas, nuestros prejuicios, etc., influyen sobre lo que percibimos. A menudo vemos, oímos, saboreamos, olemos, etc., lo que esperamos o lo que encaja con nuestras ideas preconcebidas.

Percepción de profundidad

Capacidad para ver los objetos en tres dimensiones aunque las imágenes que capta nuestra retina son bidimensionales. Permite calcular las distancias. Esta capacidad en parte es innata.

Tipos de Percepciones

  1. Percepción sensorial: es la percepción real y objetiva que se obtiene y elabora con la observación directa del estímulo que impresiona a los aparatos receptores sensoriales.
  2. Percepción consecutiva o post-percepción sensorial: Determinada por la persistencia de la imagen sensorial después de desaparecido el estímulo, habitualmente cuando éste ha sido muy intenso. Ocupa un lugar intermedio entre lo perceptivo y lo representativo.
  3. Pareidolias: También llamadas ilusiones fantásticas, consisten en producciones de la fantasía creadora, a partir de un material sensorial de límites difusos.

Ilusiones Visuales

Interpretación falsa de una imagen sensorial, lo percibido no corresponde a las características físicas “objetivas” del estímulo. Existe un estímulo (el objeto), los receptores sensoriales están normales pero existe una falla en la integración y se deforma la percepción. El estímulo contiene señales engañosas que provocan la creación de percepciones que son inexactas, e incluso, imposibles.

Esta deformación se da en relación con la atención, afectividad y la conciencia.

Participan múltiples factores: neurofisiológicos, emocionales y de personalidad.

  • Presencia real del estímulo u objeto.
  • Deformación de lo percibido.
  • Ausencia de convencimiento absoluto de realidad.
  • Es corregible en los sujetos sanos.

Percepción Subliminal

La percepción subliminal alude a la captación de mensajes de los que no tenemos en la conciencia. El estímulo puede ser una palabra, un sonido o incluso un olor que activa el sistema sensorial, pero no es lo bastante intenso para que una persona manifieste haberlo experimentado.

Percepción Extrasensorial: ¿realidad o fantasía?

Habilidad para percibir eventos en formas que no pueden explicarse con las capacidades sensoriales conocidas (telepatía, precognición, clarividencia).

En resumen, la Percepción

  • Actúa en conjunto con la sensación, atención, la memoria, afectividad y procesos superiores.
  • Depende de la cultura, la experiencia, la motivación, los intereses, la estructura del cerebro y configuración propia de los sentidos.

Características del observador: variables personales que aportan a la organización e interpretación de la información sensorial.

  • Motivación: las personas que tienen un deseo o necesidad tienden a percibir más fácilmente aquello que piensan les satisfará.
  • Valores: los valores nos llevan a percibir en forma diferencial a aquellos con los que compartimos algo en desmedro de aquellos con los cuales estamos en desacuerdo
  • Expectativas: percibimos influidos por lo que esperamos percibir.
  • Estilo cognoscitivo: a medida que vamos madurando, vamos adquiriendo y desarrollando un estilo de aprender, entender, ver las cosas, que a su vez afecta nuestro modo de percibir.

La Cultura afecta la percepción:

  • Moldeando estereotipos
  • Dirigiendo la atención
  • Diciéndonos qué es importante y que no

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