Principios Esenciales del Pensamiento de Aristóteles
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Sustancia
Aristóteles busca superar la teoría de las ideas platónica integrando los dos mundos en dos dimensiones de una misma realidad: la sustancia. Para Aristóteles, hay algo que Platón deja sin explicar: por qué existe el cambio. Él se preocupará de explicarlo mediante este concepto y el de potencia y acto. La sustancia es la realidad, aquello que es o existe en un espacio y tiempo determinados, pero como individuo concreto (este o aquel gato), compuesto de materia y forma. Platón hablaba de la idea de caballo y de un caballo concreto como cosas diferentes. Para Aristóteles, el caballo está compuesto de materia y forma. La materia correspondería a lo físico, al cambio, a lo corruptible, mientras que la forma sería lo esencial, las características específicas, lo común. Materia y forma son inseparables, la materia es el sustrato de la forma. Sin materia no hay sustancia, pero la materia sin forma tampoco es nada definido. La forma es lo que hará de algo lo que es. A esta teoría la llamamos hilemorfismo (hyle: materia, morphé: forma). El sujeto en el que descansan las propiedades es la sustancia, aquello que sostiene los cambios. Los cambios que pueda sufrir algo serán los accidentes. El individuo será el mismo, aunque modifique su aspecto, por ejemplo, se tiña el pelo. Tener el pelo rojo será accidente, no sustancia. Aristóteles entiende que la idea, la forma, la esencia, está en cada cosa material. Ésta será la que permita identificar a la cosa, igual que la idea en Platón, será la que determine el género o la especie de algo. La materia, sin embargo, será lo que le permite ser, el componente físico, aquello que hace distinta a una cosa de otra y que también lo identifica. Por eso llama sustancia primera a la entidad individual, física y material en un tiempo y espacio determinados, es decir, este gato negro que tengo delante, mientras que la esencia, la forma, aquello que tienen en común todos los gatos y hace que sepamos que este gato negro que tengo delante es un gato y no un perro, será sustancia segunda.
Potencia y Acto
En la doble dimensión de la sustancia, en la materia y la forma, se integran en la naturaleza los dos mundos platónicos. La materia será lo indeterminado, lo concreto, y la forma será lo universal, la esencia, la idea. Parménides sostuvo que el ser es y el no ser no es. Sin embargo, Aristóteles cree que hay diversas maneras de ser. Las cosas no son o dejan de ser absolutamente, sino que a veces somos algo relativamente al momento o al espacio en el que estamos, es decir, somos algo, pero podríamos dejar de serlo en el futuro. Por ejemplo, puesto que soy una mujer, no podré llegar a ser caballo ni padre, pero sí podré llegar a ser madre o policía. Hay cosas que soy y no soy absolutamente, pero otras que no soy, pero que podría ser, por ejemplo, rubia si me tiñese el pelo. Así, Aristóteles llama potencia a lo que algo podría llegar a ser, a la potencialidad, a las posibilidades de realización de una cosa o evento. Todo lo que es puede llegar a tener una modificación o cambio, pero no cualquiera, sino aquella que corresponde a su ser, aquellas potencialidades que le corresponden. La realidad actual de la sustancia, con la forma que tiene ahora mismo, es el ser en acto, la actualización de una potencia. Un niño es niño en acto, pero hombre en potencia. De esta manera, Aristóteles explica el cambio en este mundo y resuelve el problema del devenir-permanencia que plantearon Heráclito y Parménides, disolviendo los dos mundos de Platón en este. El cambio será para Aristóteles la actualización de una potencia. La adquisición de una nueva forma por parte de la materia explica el fenómeno físico del cambio. Todo ser está en acto y tiene diferentes potencias. La potencia afecta a la materia y el acto será la forma particular que haya recibido esa materia, la esencia, lo que decide qué es algo, lo permanente.
Naturaleza
Traducción del griego Physis. Toda la filosofía aristotélica gira en torno a este concepto, recuperando el interés de los filósofos presocráticos por el estudio de la Naturaleza. Podemos entender Naturaleza como la totalidad de lo que hay, el universo o cosmos, la totalidad de seres; o también como el ser propio de las cosas, su esencia. Toda la filosofía de Aristóteles busca explicar el cambio y el movimiento en la Naturaleza y resolver el problema planteado por Heráclito y Parménides, que para el Estagirita, Platón no resolvió. Aristóteles comprende la naturaleza como compuesta de materia y forma (hilemorfismo). Éstas, a su vez, tienen un ser absoluto (acto, la forma o esencia) y un ser relativo o en potencia (la materia, concreta). Si atendemos a la naturaleza como el ser propio de los seres, es el principio del movimiento, la sustancia de una cosa, su esencia y sus potencialidades, descontando los accidentes. Lo que es por naturaleza es distinto a lo que es por accidente. El ser humano es por naturaleza un ser social, político, esto es lo que le es propio, aunque accidentalmente pueda vivir en solitario. Además, Aristóteles defiende una concepción teleológica de la Naturaleza. Sólo podemos conocer el cambio si conocemos las causas (formal, material, eficiente y final) que lo motivan. Mantiene una visión finalista según la cual todo tiende a un bien, todo tiene un fin. Para Aristóteles, la causa que explica el funcionamiento de lo real no es la eficiente (como en el planteamiento mecanicista), sino la final.
Causa
La explicación del cambio se complementa con la teoría de las cuatro causas. Causa es todo aquello que es necesario para que se produzca un fenómeno, es el principio de algo, lo que hace que se produzca algo y también aquello de lo que depende la existencia de ese algo. Aquello de lo que está hecho algo (materia), sus cualidades, su esencia, sus propiedades (su forma), el que hace que algo sea, ejecutor o productor de ese algo (causa eficiente), y el objetivo que persigue (finalidad) son causas de algo. Nosotros llamamos actualmente causa a la causa eficiente, que es lo que produce un cambio. Sin embargo, Aristóteles diferenciaba en todo cambio y en cualquier cosa o evento, cuatro causas: La causa material, que es aquello de lo que está hecho algo, el mármol en una escultura de Zeus. La causa formal, que es la idea o forma, el modelo con el que ha trabajado el artista. La causa eficiente, que será aquello que produce esa escultura, es decir, el artista o productor de la obra. Y la causa final, que será el móvil u objetivo que ha motivado a la acción, para lo que existe esa escultura y fue hecha, por ejemplo: para honrar a los dioses. Para Aristóteles, de las cuatro causas, la más importante es la causa final. Para el estagirita, la naturaleza no hace nada en vano, todo en la naturaleza tiende a mejorar y perfeccionarse. Al igual que el hombre tiene unos objetivos para actuar, la naturaleza también tiende a un fin. Para Aristóteles, todo movimiento necesita un motor que lo produzca. Todo lo que es modificado lo es por algo o por sí mismo y con una finalidad determinada. De hecho, sustancia significa también ser principio de modificación sobre otras sustancias o de las modificaciones propias. Si todo lo que se mueve o es movido lo es por algo, tiene que haber algo que sea el primer motor, la primera cosa que mueve. Ese primer motor será causa de sí mismo, inmóvil, acto puro, forma pura sin materia, y moverá como causa final hacia la perfección del universo todo lo que hay. Este primer motor será para los teólogos aristotélicos medievales Dios.
Felicidad
Es el bien supremo del hombre, es la realización de aquello que le es propio. Por tanto, la felicidad que le corresponde al hombre es la que le sobreviene cuando realiza la actividad que le es más propia y cuando la realiza de un modo perfecto, virtuoso. Puesto que la actividad del alma más típicamente humana es la intelectiva o racional, su felicidad consistirá en el ejercicio de ésta. La felicidad humana será la vida teorética o de conocimiento, la contemplación. Por ello, el hombre más feliz es el filósofo, y lo es cuando éste dirige su vida al conocimiento y a la vida virtuosa. Para ser virtuoso debe también dirigir su razón a encontrar el término medio o moderación en sus acciones, ya que el ser humano no sólo posee alma intelectiva. Las virtudes dianoéticas se adquieren mediante instrucción. Sin embargo, las prácticas o éticas deben adquirirse mediante la repetición o el hábito, mediante la costumbre. Aristóteles insiste en esto, uno no es bueno por cometer un acto bueno, ni siquiera unos cuantos, sino por aplicar la prudencia, la moderación y la bondad a lo largo de toda una vida. Ambos tipos de virtudes sólo pueden adquirirse en sociedad y están destinadas a los hombres libres. Finalmente, y desde un punto de vista más realista, Aristóteles también acepta que para ser feliz es necesaria una cantidad moderada de bienes exteriores y afectos humanos. En resumen, Aristóteles hace consistir la felicidad en la adquisición de la excelencia en la acción (virtud ética), y en la reflexión (virtud dianoética), siempre que no falte un mínimo de posesiones y afectos.
Ser Social
El ser humano es por naturaleza un ser social, un animal político. Los seres que viven solos o son dioses o son animales. El ser humano necesita de lo social para satisfacer sus necesidades y para realizarse a sí mismo, para realizar lo que le es propio: las funciones intelectivas y racionales. La vida preferible es la de la comunidad y además es más importante que la del individuo, es más importante el todo que la parte. Sin una mano seguiremos siendo nosotros mismos, sin embargo, la mano sin nosotros no será nada. Igualmente, el individuo sin la comunidad no tiene sentido. Sólo mediante la convivencia, las reglas sociales y el hábito, la costumbre y la repetición podrán convertirse los hombres en hombres virtuosos. Así, tanto para la realización de las virtudes intelectivas como para las prácticas, el hombre necesita la sociedad. Al contrario que para Platón, cree que la familia es el primer núcleo social, es el que satisface las necesidades básicas alimenticias y afectivas. Además, considera que es el origen de la polis. Primero fue la familia, después una unión de familias que formarían una aldea y finalmente una unión de aldeas conformaron una polis. De todas las relaciones humanas (todas necesarias y constituyentes de la humanidad y de la felicidad) la más perfecta es la amistad entre hombres virtuosos, porque se trata de una relación de igual a igual. Para el resto, el estagirita considera que en todas ellas hay un elemento rector y uno regido. Aristóteles considera natural la esclavitud o la inferioridad de la mujer, aunque por supuesto no se debe tratar mal ni al esclavo ni a la mujer. Ambos, amo y esclavo, marido y mujer tienen el mismo objetivo, la misma finalidad y alguien debe tomar las decisiones y este será el hombre libre. De su teoría política podemos deducir que solo los hombres libres podrán ser enteramente felices, ya que sólo ellos tendrán acceso a la virtud.